La llamada "barrera cutánea" es la capa más externa de la epidermis. Ayuda a proteger la piel de elementos agresivos, a mantener su inmunidad y humedad, para evitar que se seque.
Esta capa actúa como un escudo protector contra microorganismos dañinos y, cuando está sana, la piel luce suave, clara, uniforme y equilibrada.
Pero existen múltiples factores que afectan la salud de la barrera cutánea: la polución, el entorno, el clima, la exposición a diferentes tipos de luz, los hábitos, el estilo de vida, entre otros.
Cuando la barrera cutánea está dañada, se pueden experimentar brotes, sequedad, tirantez, enrojecimiento, irritación, erupciones y sensación de ardor, entre otros síntomas.
“Para evitar estas lesiones es necesario proteger el estrato córneo para permitir que el microbioma se repare y realice sus funciones naturales”, explica Karla Vasconcel, Técnica universitaria en cosmetología, cosmiatría y estética, y capacitadora de Lidherma, empresa argentina de productos cosméticos con respaldo científico, y recomienda adoptar rituales que nutran y protejan la piel con productos que equilibren la microbiota, regulen los ritmos circadianos, combatan los radicales libres y aporten luminosidad y confort.
Skincare en 6 pasos
La especialista comparte el paso a paso para realizar la rutina Skin Barrier para proteger, mejorar y equilibrar la función barrera de la piel:
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Realizar una primera limpieza con agua micelar para eliminar maquillaje e impurezas.
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Continuar con una limpieza más profunda con un limpiador acorde al biotipo de piel.
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Incorporar renovadores como exfoliantes dos veces por semana, o peelings mensuales.
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Practicar el layering de activos para garantizar que las distintas capas de productos se absorban eficientemente en la piel.
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Sumar mascarillas faciales.
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Utilizar protector solar los 365 días del año.
La importancia de proteger la función barrera de la piel se debe a que en la superficie exterior se encuentra el estrato córneo, compuesto por células, lípidos y factores hidratantes naturales como aminoácidos y ácidos grasos, encargados de brindar salud.
Mantener sus funciones naturales es esencial para evitar daños.
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