Las pieles delicadas quizá sean las más problemáticas, las que más sufren cualquier cambio de tiempo y que reflejan cualquier incidencia en forma de rojez o tirantez.
La piel sensible es un tipo de cutis cada vez más común (las estadísticas hablan ya que siete de cada diez personas lo sufren) que requiere unos cuidados muy concretos para poder estar sana.
Por eso, si la sensibilidad es un problema para vos, seguí leyendo para conseguir que deje de serlo. No es la primera vez que te hablamos de la piel sensible, pero su incidencia empieza a ser tal que siempre se hace necesario realizar un pequeño repaso.
¿Cómo identificar la piel sensible?
Recordá que si tu piel es mixta tenés muchas posibilidades de tener sensibilidad, aunque en realidad es una característica que se puede combinar también con el tipo graso y seco.
Una piel sensible se caracteriza por:
- Una continua sensación de tirantez, especialmente en las mejillas.
- La aparición de rojeces con los cambios bruscos de temperatura.
- Presencia de rojeces causadas por pequeños vasos que se rompen, especialmente en las mejillas y la zona de las aletas de la nariz.
- Cuando hace mucho frío se puede llegar a descamar.
- Tiende a irritarse con gestos tan sencillos como probar un producto nuevo o incluso con ciertos alimentos o temperaturas muy extremas
Las causas de la piel sensible no están muy claras. Muchas personas nacen con este tipo de cutis, pero otras lo van adquiriendo con el tiempo.
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De nuevo, los motivos pueden ser tan diversos como la incidencia de la contaminación atmosférica sobre la piel, la intolerancia que los pesticidas nos hacen desarrollar a ciertos alimentos o la toma de medicamentos.
Si tenés la piel sensible tenés que:
- Ante todo, calmarla con una crema hidratante diaria a base de extractos de ingredientes como el aloe y la camomila.
- Protegerla de las agresiones externas como el frío, el viento o los rayos solares con un buen SPF y un producto que nutra e hidrate debidamente.
- Tener mucho cuidado con cualquier nueva crema que apliques, ya que estas pieles suelen ser muy intolerantes y se irritan con facilidad.
- Pedir consejo a un profesional en estética antes de adquirir ningún producto nuevo.
- No olvidarte de la opción orgánica o bio porque la química es uno de los grandes enemigos de la piel sensible. Buscá fórmulas naturales sin siliconas, parabenos o conservantes que pudieran irritarla y alterarla más.
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