Del maquillaje fresco y natural para el día a un look sofisticado para la noche, el rubor se convierte en el gran protagonista de la temporada. En clave rosada o rojiza, estas tonalidades elevan cualquier estilo y aportan color, luz y expresión. Te mostramos cómo adaptar un mismo rostro a tres propuestas diferentes, ideales para lucir radiante de la mañana a la madrugada.
Sofisticación plena con color y contraste
El cierre del recorrido de belleza propone una combinación elegante: ojos más intensos, rubor presente y labios con un toque más pigmentado. Un maquillaje de noche equilibrado, moderno y lleno de luz.

Rosa translúcido y piel despierta
Un rubor suave aplicado hacia las sienes y un bálsamo labial rosa muy translúcido logran un efecto de piel fresca, descansada y naturalmente luminosa. Ideal para un look de día sin maquillaje evidente.

Glow saludable en clave casual
El blush se intensifica sutilmente, manteniendo la textura nacarada que refleja la luz. La boca sigue liviana, pero con más definición. Un maquillaje que acompaña sin imponerse, perfecto para la rutina diaria.

Blush como punto focal
El color en las mejillas gana protagonismo. La aplicación se concentra en la parte alta del rostro y se complementa con una base apenas satinada. Un toque más sofisticado que sigue celebrando la vitalidad.

Mirada definida, mejillas plenas
La mirada cobra profundidad sin perder armonía, y el rubor se mantiene intenso, con un efecto lifting visual. Labios hidratados y pulidos completan un look ideal para la tarde o una reunión especial.

Fotos: Mila Ugryn.
at redacción Marie Claire
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