Cuidar el pelo después de los 60 no es esconder la edad: es acompañar los cambios. El pelo —como la piel, como el cuerpo— también envejece. Pero eso no significa perder belleza, sino transformarla. En una etapa donde muchas rutinas se resignifican, es importante repensar también el cuidado capilar desde un lugar más real: sin presión por parecer jóvenes, sin imposiciones estéticas, y entendiendo que cada mujer, cada cabeza, es un mundo.
Textura, volumen y canas: lo que realmente cambia
A partir de los 60, el cabello suele volverse más fino, poroso o quebradizo. También puede aparecer una mayor pérdida de densidad o sensibilidad en el cuero cabelludo. Las canas —lejos de ser un problema— son un fenómeno natural que muchas mujeres eligen llevar con orgullo y libertad. No es necesario teñirse, ni tampoco renunciar a hacerlo: la decisión debe ser personal, no social.
Claves para una rutina capilar amable (y posible)
-
Hidratación ante todo: el pelo necesita más nutrición. Usar shampoos suaves, sin sulfatos, y sumar mascarillas humectantes una vez por semana puede marcar la diferencia.
-
Masajes en el cuero cabelludo: ayudan a mejorar la circulación y pueden reducir la caída.
-
Evitar el calor extremo: el secador y la planchita pueden sensibilizar más el pelo. Si los usás, que sea con protector térmico.
-
Cortes prácticos (pero con estilo): no hay una única forma de “llevar bien el pelo” a los 60. Cortos, largos, con rulos, con flequillo: lo importante es que te represente.
-
No todo es producto: una buena alimentación y una correcta hidratación también impactan en el estado del cabello.
Pelo blanco, pelo libre: resignificar las canas
El mito de que las canas envejecen es justamente eso: un mito. Cada vez más mujeres eligen dejarlas visibles como un gesto de autenticidad. Lejos de ocultar la edad, la asumen con belleza, poder y presencia. Si preferís un gris vibrante, existen shampoos matizadores que realzan el tono y dan brillo. También podés optar por tonos platinados, lilas o pasteles: la edad no limita la creatividad.
Cuidado sí, presión no: la belleza no tiene edad
Cuidar el pelo después de los 60 no tiene que convertirse en una carga. El objetivo no es “rejuvenecer”, sino sentirse bien, cómoda y conectada con la propia imagen. Cada mujer tiene su recorrido, su textura, su forma de habitar el cuerpo. Esta nota no propone estándares, sino opciones. Porque envejecer también es una forma de libertad.
at redacción Marie Claire
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios