Relaciones boomerang: son más tóxicas de lo que pensamos
La ruptura y la reconciliación se vuelven un hábito dentro de la pareja y están lejos de ser algo romántico
Lo hemos visto en novelas, series, y películas. Parejas que se aman perdidamente pero que se pelean constantemente para luego reconciliarse con un gran beso de amor y la canción romántica del momento de fondo. Estas parejas ya tienen un concepto que las define casi literalmente y es el de relaciones boomerang, que tal como lo hace el juguete, van y vuelven.
Lo cierto es que lejos de ser relaciones sanas, son más tóxicas de lo que aparentan y deberíamos evitarlas. En psicología se las llama relaciones intermitentes y tienen como característica que la ruptura y la reconciliación se vuelven un patrón dentro de la pareja. Por más de que muchos alimenten su relación a base de discusiones para luego volver a unirse “más fuertes que nunca”, la realidad que esconde este tipo de vínculo es que probablemente haya algún conflicto de fondo que necesite resolverse.
Al tiempo que las relaciones boomerang resultan muy adictivas (cualquiera que estuvo en una podría confirmarlo), por otro lado traen grandes dosis de angustia que terminan por perjudicar la salud de los involucrados. Lo que es más, según distintas investigaciones realizadas, estos vínculos intermitentes acaban generando ansiedad y depresión a quienes las transitan. Pueden incluso disminuir la satisfacción de la pareja, y hasta generar caos e incertidumbre.
Si nos encontramos en una relación boomerang, siguiendo los consejos de expertos en salud mental, lo primero que deberíamos hacer es identificar el conflicto de fondo. El paso siguiente es resolverlo para que estas discusiones y motivos de ruptura no sigan desgastando la pareja.
Sin embargo, muchas veces el problema que acontece no tiene solución o las partes no pueden llegar a un acuerdo. Es en ese momento en el que nos debemos sentar y reflexionar seriamente si queremos seguir en una relación así de tóxica. Quizás a veces, y sin saberlo, se esconde bajo el tapete el miedo a estar solos o de estar con otra persona. Para ello lo ideal es buscar ayuda profesional, y analizar nuestra situación acompañados por alguien que nos sepa guiar para encontrar una respuesta.
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