Cuando tu amiga es mamá y vos no

En la vida atravesamos distintas etapas, y en todas ellas puede que conozcamos gente nueva, y entre ellas encontrar a esa mejor amiga que creemos durará para toda la vida. Crecimos junto a ella, tenemos una lista infinita de anécdotas y pareciera que no podemos hacer nada separadas. 

Pero puede llegar el temido momento en que nuestras vidas elijan tomar rumbos diferentes. Quizás una de nosotras ha tomado la decisión de convertirse en madre, y la otra bien lejos tiene en sus planes criar a otro ser humano. Sin embargo, la maternidad no tiene por qué significar el fin de una amistad tan fuerte. Implica cambios, sí, pero aún así podemos seguir compartiendo tiempo con nuestra amiga, quizás con algunos cambios en la rutina.

En este punto hace falta aclarar que convertirnos en mamá no nos hace ser una persona radicalmente distinta. De repente vamos a tener que cuidar a otra persona y ser responsables de su bienestar, pero eso no significa que dejemos de salir o de hacer las cosas que nos divierten. La idea de que cuando traemos una nueva vida a este mundo debemos renunciar a todos nuestros hobbies y placeres, ya ha quedado totalmente obsoleta.

Pues bien, nuestra mejor amiga ahora es mamá, y habrá momentos en los que se encuentre totalmente ocupada en aquella pequeña criatura, pero por supuesto que también querrá salir y divertirse. Esta revolución en su vida no significa que ya no quiera ir de fiesta y bailar un rato como solían hacerlo cuando eran dos jóvenes sin muchas responsabilidades.

Es cierto que también podemos agregar otros planes un poco más relajados si así lo queremos. Acompañar a nuestra amiga al parque con su hijo/a es una gran oportunidad para que surjan nuevos temas de conversación, hablar de cosas que nunca habían hablado, y hasta incluso para convertirte en la “tía” preferida de ese pequeño ser humano que comienza poco a poco a conocer el mundo.

Hay cosas que no se negocian

Sin embargo, hay un momento en el que vamos a tener que estar 100% para nuestra querida amiga y es el doloroso post parto. Durante las primeras semanas después de dar a luz nuestra amiga va a necesitar de gente que la cuide más que nunca. Más allá de los dolores físicos que este período pueda implicar, en algunos casos también aparece la depresión post parto y una catarata de emociones incontrolables ataca a la nueva mamá.

Para ese entonces, y si realmente somo buenas amigas, vamos a tener que estar más que presentes para nuestra BFF, ya que de seguro nos va a necesitar. Prepararle una rica comida, o ayudarla con las nuevas tareas que vienen con el bebé es una ayuda enorme e impagable.