Un viaje y el encuentro no casual con una técnica que estaba siendo olvidada fue el puntapié para que Clara de La Torre se iniciara en otro viaje que le cambiaría la vida. Un viaje llamado "Manto" y que la unió con una cultura en donde la artesanía y el trabajo en telar son parte de su ADN y de su identidad. Ella buscaría a través del trabajo textil y los vínculos humanos, la manera de "conectar como con un puente" la gran ciudad con un pueblo del Noroeste argentino.
Años más tarde, se unirían a este proyecto Diana Dai y Verónica Olavide, quienes hoy terminan por componer este trío que revaloriza y reivindica el trabajo con las manos, del artesano. De quien abraza las riquezas que la sabia tierra sabe dar, las transforma con técnicas antiguas y que con ellas hacen "magia" en forma de prendas. Piezas que integran y revalorizan las culturas ancestrales desde un diseño sensible y contemporáneo.
Desde Marie Claire, dialogamos con Clara de La Torre, quien nos contó cómo se despertó su interés en el mundo textil y el sueño de concretar el proyecto en Europa, que está cada vez más cerca.
¿Cómo empezó Manto?
El proyecto Manto se inició en el año 1996, a partir de un viaje que hice al noroeste de mi país, en búsqueda de una cultura que estuviera fuertemente vinculada a la naturaleza y el respeto de sus ciclos. Vi en los pueblos que la artesanía era parte de su origen e identidad. El tejido en telar me llamó la atención porque parecía estar extinguiéndose, quedando en el olvido y en desuso.
Decidí armar un proyecto que diera continuidad a su saber hacer y yo poder ser puente entre las ciudades y el pueblo, aportándole una mirada más actual y diseño. Eso fue motivo e impulso para desarrollar un plan de relevamiento en búsqueda de los mejores tejedores de la Quebrada y La Puna y comenzar a tejer con algunos de ellos. Quedaban muy pocos y su conocimiento moría con ellos.
Unos años más tarde se sumó al proyecto mi amiga y socia, Diana Dai con quien compartimos una misma filosofía. Fue en el pueblo de San isidro provincia de salta, donde finalmente pudimos encontrar la excelencia que queríamos. Luego de sucesivos viajes logramos conformar un equipo de tejedores y establecer un vínculo profundo a partir de la convivencia en su comunidad y así ir alineando nuestra filosofía y su cultura.
El pueblo queda a 3000 mts de altura entre los cerros , acceder se hace muy difícil durante los meses del verano por la crecida del río. En esos años no había todavía luz eléctrica. En el año 2008 se acercó Verónica Olavide por afinidad con la propuesta filosófica de Manto para abrir y desarrollar mercados internacionales , involucrándose en el año 2015 como socia también.
¿Cómo definirían el ADN Manto?
El ADN de Manto, poner en valor el trabajo de los artesanos el diseño y la sastrería. Dar a conocer la cultura de estos pueblos, priorizar la relación humana y el cuidado al producir generando el menor impacto posible. El proyecto en sí mismo nació para proponer otra forma de hacer las cosas. Poner en valor las relaciones humanas el compromiso y el cuidado al hacer. Hablamos de un diseño sensible. Un acto de rebeldía contra un mundo que por momentos parecía deshumanizado.
¿En qué se diferencia la propuesta de Manto de la de otras firmas?
La diferenciación es siempre parte de nuestra filosofía, diseñar piezas únicas. Cuando pensamos la colección buscamos diseñar lo que no hay y si lo hay diferenciarnos con nuestras telas que son 100% artesanales desde su hilo, su tejido hasta los botones que son hechos a mano con diferentes metales. Las estampas también son diseños propios y hablan de las emociones, la señaléctica urbana como un lenguaje común, el quiebre de las estructuras, el lujo de la naturaleza y su diversidad, constelaciones, el mundo vegetal y del fondo del mar...cada año se van sumando nuevas. No tejemos más de 8 mts por telar, eso nos permite jugar y proponer algo siempre diferente.
¿Cómo se llevan con el "zero waste"?
No desperdiciamos nada. Para Manto cada tela es una pieza de arte un tesoro. Cada cual con sus características que la hacen irrepetible, la tela tiene alma. Por lo tanto, cuando se va a cortar pensamos en su mejor potencial y aprovechamiento.
Todo se reutiliza. Se vuelven a armar textiles ensamblando distintos recortes de diferentes cortes. Se hacen accesorios, interiores de carteras y también corazones que prenden en los paquetes, cual ritual Manto.
¿Cómo se inspiran a la hora de armar una colección?
El diseño parte fundamentalmente de la observación y de la tela en sí misma, de la vivencia en el pueblo, la búsqueda de color, patrones de tejido... algún tema que queramos comunicar, Lo que estemos con ganas de usar o un sentimiento que queramos expresar. Una textura, una escena...Somos curiosas por naturaleza. Por momentos, muy simple y en otras compleja, un equilibrio entre color y lo neutro. Es un desafío innovar y ser atemporal. Nuestra identidad parte de lo natural
¿Cuál fue el mayor desafío de trabajar y formar una comunidad de artesanos? ¿Qué aprendieron en este proceso?
El mayor desafío es la paciencia y la construcción del vínculo y confianza.Cuando comenzamos la única forma de comunicación que teníamos era a través de cartas y los días de convivencia que teníamos con ellos. La ansiedad de tener que en pocos días trasmitir, incentivar, establecer códigos, confianza y conocimiento. Aprender ambos lo que podíamos o no podíamos hacer. Siempre respetar sus tiempos, soltar cualquier idea de proyección controlada o sistema lineal.
Nuestro sistema es orgánico. Desde el principio la consigna fue siempre trabajar con lo que había y cada error o cambio fue aceptado: nada se descarta, se reformula o rediseña. No intervenir su cultura sino potenciarla. Aceptar y valorar la diversidad. El disfrute del momento presente, la entrega en cada tarea. La integración del ser humano en naturaleza, respeto, y seguramente muchas más. Es mucho lo vivido en todos estos años juntos y el foco siempre puesto en la relación.
¿Sus procesos de trabajo y el nexo con la comunidad, se vieron afectados por la pandemia de coronavirus? ¿Cómo?
No sentimos que el covid haya afectado nuestra relación. Solo extrañarnos no haber podido ir a visitarlos. Pero cuando los vínculos son fuertes, no hay distancias. Esta forma de trabajo la practicamos desde el inicio cada uno en su casa y a su propio ritmo. Es maravilloso comprobar que la vida en el pueblo no se vio afectada por el covid. Palabras de ellos, sienten que su pueblo es su paraíso y en libertad.
¿Cuál es el próximo paso de la marca?
Estamos analizando y trabajando una propuesta muy atractiva para Europa. Nos tiene súper entusiasmadas, nos lleva a conectar y crear un nuevo puente .
Accedé a los beneficios para suscriptores
- Contenidos exclusivos
- Sorteos
- Descuentos en publicaciones
- Participación en los eventos organizados por Editorial Perfil.
Comentarios