¿Qué tienen en común las historias de Cenicienta y el Príncipe Azul, Jazmín y Aladino, y La Bella y la Bestia? Pues, que no tienen nada en común. El concepto de "los polos opuestos se atraen" ha sido un pilar de la narrativa durante muchos años, hasta el punto de que muchos de nosotros hemos adoptado esa forma de pensar en nuestra vida de pareja real. Pero los "opuestos" pueden ir mucho más allá de los gustos musicales, la comida favorita o la clase social.
Cada uno de nosotros tiene una forma preferida de recibir el amor: un lenguaje del amor, como lo llama el autor estadounidense Dr. Gary Chapman. Él identifica los 5 lenguajes del amor, que son los famosos actos de servicio, los regalos, el contacto físico, el tiempo de calidad y las palabras de afirmación, cada uno de los cuales representa una forma diferente de dar amor y afecto a alguien. Según datos de Ashley Madison, el principal sitio web de citas para personas casadas del mundo, estos lenguajes del amor son vitales para la compatibilidad. En otras palabras, los lenguajes del amor opuestos no se atraen.
Los datos de la encuesta muestran que las caricias ligeras, los besos y el sexo son los más importantes para los miembros del sitio web de citas cuando se trata de cómo quieren ser amados o mostrar su afecto. Sin embargo, sus cónyuges prefieren que se les escuche, que se les ayude y que se les digan cosas cariñosas en lugar de expresiones físicas. Este desajuste plantea un verdadero problema, ya que el 43% de los miembros cree que tener lenguajes del amor idénticos beneficia enormemente las posibilidades de una relación duradera.
No es de extrañar que el 79% de los miembros diga que su amante tiene más éxito a la hora de atender su lenguaje amoroso. Sólo una décima parte está realmente alineada con su cónyuge, y el resto dice que el cambio natural y el conformarse originalmente con menos son las razones por las que no son una pareja perfecta. Finalmente, tres cuartas partes de los miembros creen que esta desconexión entre ellos y su pareja principal es la responsable de la falta de intimidad en su matrimonio.
Esto, por supuesto, hace que surja la pregunta: ¿Por qué se quedan?
Los datos de otra encuesta han demostrado que, incluso en momentos de extrema tensión relacional, los miembros optan por externalizar sus necesidades en lugar de marcharse del todo. No perciben su infidelidad como una amenaza a su relación principal, sino como un camino para preservarla a largo plazo, lo que es una prioridad para ellos. De hecho, el 79% está en contra del divorcio y sus principales motivaciones para engañar en lugar de dejarlo son que quieren demasiado a su pareja, que no quieren cargar a sus hijos con una ruptura y que no pueden permitírselo económicamente. Y cuando se trata de la culpa, ésta se reserva para el abandono en lugar del engaño.
Llamalo contraintuitivo, pero hay quienes dicen que las aventuras les hacen ser mejores cónyuges, más pacientes y tolerantes no sólo con su pareja sino con su familia. La infidelidad puede aliviar la presión de las relaciones primarias, lo que significa que una desconexión en los lenguajes del amor -que de otro modo podría ser destructiva- no es motivo de gran preocupación.
Los polos opuestos no siempre se atraen, pero en las circunstancias adecuadas, pueden prosperar.
Por Christoph Kraemer, director ejecutivo LATAM de Ashley Madison.
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