Cómo las marcas internacionales empujan a las locales a mejorar su negocio

Después de la (falsa) noticia que H&M abre puertas en Palermo, la firma brasilera Melissa vuelve al corazón de Soho con una propuesta sustentable. Melissa: nombre conocido por los fanáticos de moda y del ready to wear, así como H&M.

En la última semana viralizó en las redes la noticia de que la marca de fast fashion llegaría a Palermo - lo que me sorprendió, ya que no es tan fácil traer una marca de tamaña magnitud para Argentina, tanto por temas de importación, como por viabilidad en el mercado actual.

Charlando con algunos amigos insiders del mundillo fashion, descubrimos que la tan esperada “llegada” de H&M era nada más que una estrategia publicitaria – realmente, la marca va  a vender en Argentina, no lloren.

Pero serán ítems de temporadas pasadas y piezas de stock que quedaron. Ahora, la buena noticia: la llegada de ambas marcas a nuestro querido país no nos trae solo la oportunidad de comprar; también da lugar a la oportunidad de repensar como compramos y presionar a las marcas locales para cambiar la manera de vender.

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Melissa por ejemplo, es una marca que supo interpretar la necesidad de algo fresco para una nueva generación - desde entonces, casi 40 años después de su estreno, sigue siendo un hit con modelos divertidos y creativos, versátiles para los fashionistas más extremos, y también para el público general.

El twist de sus productos, desde las zapatillas, hasta carteras y accesorios, es el material 100% plástico. Con este estreno la marca trajo modelos unisex de diferentes colecciones - desde colaboraciones con Fila, hasta productos propios (lo mejor: con talles desde el 35 hasta el 43).

No solo eso, la firma actúa posicionándose políticamente y preocupándose con temas como inclusión en la moda y cambio climático. Además de ofrecer un producto que dura por años, Melissa recoge modelos que ya no están para usar para reciclan el material y crear algo nuevo, fomentando un ciclo de moda consiente y sustentable.

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H&M, por otro lado, es el tipo de marca menos sustentable que se puede nombrar – en este ciclo de compra rápida por baja calidad y precio, incentivan el consumo de manera cero consiente.

Pero el hecho de que estemos reaprovechando piezas que terminarían quemadas o tiradas en algún agujero al otro lado del mundo, es una manera responsable con el medio ambiente y una opción viable para nuestros bolsillos.

Pero, en la situación pré-electoral de Argentina, ¿qué nos enseña la llegada de dos magnates al país?

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Bueno, así como en cualquier época de crisis, el momento divide la industria en dos grupos, trazando una raya bien clara entre los dos: de un lado, tenemos los que no se están adaptando a las necesidades de su consumidor actual y se están quedando en el ayer; del otro lado, tenemos marcas con propuestas creativas y una estructura pensada para guiar su clientes por un mejor camino - en lo que es moda sustentable, slow fashion y consumo consiente.

Como ya dijimos anteriormente, es el momento para que nuevos diseñadores y marcas consagradas trabajen en su material y repiensen su impacto en el mundo.

Esa vuelta refuerza para el público lo importante que es comprar piezas que valen la inversión. Más que eso, la apertura de esta marca en el barrio más comercial de Buenos Aires nos deja en claro una cosa: hay que seguir apostando. La moda no espera sentada para que algo venga y la favorezca; la moda sobrevive.