La chaqueta marrón de Grace Kelly y Carolina de Mónaco queda bien a cualquier edad

Como dos hermanas, o mejor dicho gemelas, Carolina de Mónaco y Grace Kelly con chaqueta marrón atravesaban el hipódromo de Maisons-Laffitte, en Francia, pareciendo dos verdaderas gotas de agua. Similísimas en sus diferencias, eran una el reflejo de la otra, un flashback y flashforward contemporáneo y concreto que se dibujaba ante los ojos de los presentes a partir de sus respectivos looks. Paso a paso se definía el estilo de ambas, profundamente unidas y, por eso, influencias recíprocas en su modo personal de ver la moda e interpretarla a placer.

 

 

Las princesas elegían dos outfits especulares y simétricos, calibrados al milímetro para complementarse y responder a sus respectivas ausencias. Guía y faro dentro de la familia hasta su muerte, Grace Kelly era también la principal portavoz de estilo, un rol que luego asumió sin esfuerzo Carolina de Mónaco, gracias a las “pruebas generales” realizadas en ocasiones como esta. Allí, donde todo estaba en su lugar y cada elemento funcionaba armónicamente, y que a casi cincuenta años de distancia sigue dictando el ejemplo.

 

Carolina de Mónaco y Grace Kelly optan por un look matchy que, aun pareciéndose mucho, conserva diferencias cruciales que respetan la personalidad única de cada una. Todo gira en torno a la prenda principal: una chaqueta marrón, clave de ambos conjuntos. Grace Kelly lleva un blazer cruzado con amplias solapas en tonos tabaco, acompañado por una falda plisada a juego que llega hasta los tobillos. Suma unos zapatos negros de punta con pulsera y un bolso cuadrado perfectamente coordinado.

Su hija Carolina toma inspiración de ese look, pero lo simplifica. Su chaqueta, del mismo color, es recta y de un solo botón; la falda, en cambio, es tipo lápiz, lisa y ajustada. Completa el conjunto con botas altas y un pañuelo al cuello, única nota de color que retoma las tonalidades del cielo. El resultado es un relato intergeneracional que parte de una prenda exterior y se extiende al conjunto entero, uniendo pasado y presente con un hilo invisible que todavía las vincula.

 

 

 

Este artículo se publicó originalmente en MC Italia.

at redacción Marie Claire