El 2020 fue un año de profundos cambios para el sistema de la moda que se vio obligado a replantear su mecánica de consumo debido a la pandemia que azotó al mundo.
Anterior a la crisis sanitaria, el sector textil ya se encontraba con profundos cuestionamientos al ser considerada una de las industrias más contaminantes del mundo por lo que era inevitable el viraje tanto del consumidor como de las marcas hacia una perspectiva más sostenible.
En ese proceso, con el afán de dar una solución a la crisis sanitaria y de seguir impulsando a nivel estructural el interés de los jóvenes diseñadores de Europa del Este hacia un enfoque de sustentabilidad, nace el proyecto Hooldra promovido por el productor Mitichi Preda en colaboración con otras instituciones educativas del viejo continente. La colección Hooldra 2023 fue creada por diseñadores emergentes, estudiantes y egresados de las facultades de arte y diseño en Rumania. Esta propuesta ofrece una visión sostenible de la moda actual, siendo un movimiento activista en contra del consumismo abusivo que domina la industria de la indumentaria hoy en día. Partiendo del denim como material base, la colección presenta una gran variedad de visiones creativas y enfoques personales, todos unificados por el uso del mismo material.
Además de promover la reducción en el consumo de materiales, el concepto de HOOLDRA busca desafiar la creatividad y visión de los diseñadores, fomentando la continuidad en el campo de la moda a partir de recursos ya existentes y comunes, para dar lugar a productos innovadores.
-¿Cómo fue el proceso para consolidar el proyecto Hooldra en medio de la pandemia?
-Durante la primera etapa de confinamiento en Europa, nos dimos cuenta que la expansión de la crisis sanitaria estaba afectando directamente a los diseñadores emergentes y estudiantes de moda de la región. Por esa razón, comenzamos a dialogar sobre la idea de crear un proyecto que ayude a este grupo a no abandonar sus estudios o interés por el rubro.
El primer paso fue crear un comercio electrónico, con una filosofía sustentable donde se pueda vender las piezas de autor de los estudiantes y jóvenes diseñadores. El segundo paso fue ofrecer a los consumidores, la oportunidad de obtener un descuento a cambio de ropa vieja que, posteriormente, sería reutilizada bajo técnicas de upcycling.
Este movimiento circular permitió que, a partir de la transacción entre diseñador y consumidor, se pueda crear una dinámica comercial de reutilización.
-¿Por qué decidieron bautizarlo con el nombre de Hooldra?
-Una vez que el proyecto se consolidó, lo bautizamos como Hooldra, que proviene de la palabra escandinava “huldra”, que hace alusión a una criatura de aspecto humanoide que habita los bosques para preservar la naturaleza. El carácter principal de la leyenda es que la entidad era bastante seductora debido a su aspecto, por lo que encontramos una analogía interesante entre el relato y el interés de que el consumidor que apueste por el proyecto se sienta único, diferencial y en comunión con cuidar la naturaleza.
Posteriormente, con el apoyo institucional de organizaciones del sector público y privado logramos crear una identidad, campaña y catálogo para las prendas de los creativos. Todo esto con el fin de potenciar los diseños y en miras a fomentar una cooperativa entre los involucrados.
-La primera colección en pasarela de Hooldra se destacó por utilizar denim como material principal, ¿Cómo fue trabajar con un tejido que sabemos contiene componentes que afectan al medio ambiente?
-La colección con denim es justamente sostenible, y explico el por qué: es difícil aún luchar contra la contaminación que genera la industria de la moda y su sistema rápido aún sigue imperando por más de que existan más diálogos sobre sostenibilidad en los medios de comunicación.
Hay que entender que el proceso de crear un sistema sostenible es algo que llevará tiempo y la reutilización de prendas es un camino que permite concientizar al público de manera más directa sobre el consumo circular.
Según cifras de Pulse of The Fashion Industry elaborado por la Global Fashion Agenda, 92 millones de toneladas de prendas terminan en el vertedero. Por esa razón, desde Hooldra creemos que apoyarse en técnicas de reutilización es una manera de convertir lo que se considera desperdicio en una prenda útil.
-Además de apoyar la idea de que los estudiantes emergentes puedan impulsar comercialmente sus diseños y presentar una colección, ¿Qué otros proyectos conectan con la iniciativa de Hooldra?
-Conforme el proyecto de Hooldra fue consolidándose y con la posibilidad de que los estudiantes o diseñadores emergentes puedan gestionar sus diseños dentro de un sistema que les valide sus propuestas, comenzamos a reflexionar cuál debería ser el próximo paso.
El primero fue asociarnos con la Semana de la Moda de Rumania desde donde actualmente estamos promoviendo para la próxima edición una serie charlas sobre educación empresarial con grandes referentes del sector de la moda europea y que será totalmente gratuito para alumnos y los interesados.
Por otro lado, también estamos logrando que los estudiantes que estén dentro del proyecto Hooldra puedan acceder a capacitaciones en algunas de las cuarenta universidades de Europa del Este, Balcanes, Oriente y Asia Central.
Sabemos que la única manera de amplificar el debate sobre el futuro de la moda es a través de la educación, por lo que creemos fervientemente en crear lazos interdisciplinarios que ayuden a potenciar el futuro de los jóvenes diseñadores.
-Por último, ¿Existe posibilidades de extender un proyecto como Hooldra a otras partes del globo?
-Nuestra intención como movimiento sin fines de lucro es crear redes de contacto que nos permita amplificar la posibilidad de traducir un proyecto como Hooldra a otras partes del mundo.
Creemos en la cooperación con instituciones públicas o privadas que quieran crear un sistema sostenible de reutilización aplicable en su localidad. Por otro lado, una meta del proyecto también es crear becas que permitan a estudiantes de diseño de distintas partes del globo venir a capacitarse con algunas de las universidades aliadas.
La única manera de lograr un cambio dentro del sistema de moda es a través de una contribución global.
at Matías Irala
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