Maydi, diseñadora que trabaja con fibras naturales: “Busco que el tejido sea una experiencia sensorial”

Mi proyecto nació en 2014 como algo artesanal y sustentable. Y ahora, después de tantos años, vendo en el mundo y hay marcas internacionales interesadas en lo que hago”, cuenta María Abdala Zolezzi, más conocida como Maydi desde su showroom en Palermo. Comenzó diseñando cuellos de lana y en más de una década ya presenta sus productos en París y vende en Japón.

“Elegí los cuellos porque mi musa era Juana de Arco: los veía como protección, armadura, una forma de empoderamiento”, explica, quien hoy ya presenta dos colecciones anuales de piezas de mohair, guanaco, merino y hasta espartillo (material oriundo de los Esteros del Iberá).

-¿Cómo fue ese proceso? ¿Te lo imaginaste así desde el inicio?

-Cuando volví de Francia (N. de la R.: trabajó en la prestigiosa agencia de prensa de Kuki de Salvertes, Totem, y , luego en Showroom Robert Dodd, Sonia Rykiel e Isabel Marant), después de haber trabajado muchos años sobre todo en el área comercial, tenía como objetivo principal revalorizar los recursos de Argentina y transformarlos en algo propio. No tenía noción sobre fibras, lo aprendí de forma autodidacta. Estaba muy segura de que quería mostrar la moda desde otro lugar, con conciencia. En ese momento nadie hablaba de producciones locales, no era un tema. Desde el primer momento tenía claro que quería vender en el mercado internacional. Esa fue siempre mi brújula.

-¿Cómo fue el acercamiento a las fibras?

-Empecé investigando, fui caminando por Scalabrini Ortiz, que era lo más cercano, y descubrí un proveedor. Pero para escalar necesitaba ir directo al productor. Así podía garantizar trazabilidad y abaratar costos. Así fue que conocí a una persona con la que había trabajado y que me invitó a una feria en Italia en 2014. Ahí presenté mis primeros cuellos y recibí un pedido de una tienda muy importante de Milán, Biffi.

-¿Y cómo hiciste con la producción?

-No tenía experiencia. Me dieron una carpeta con artesanos y elegí a tres personas. Un hombre que tejía en telar y dos hermanas, Ana y Elisa, que hasta hoy trabajan conmigo. Todo era lanzarse a la pileta. En octubre de 2014 me publican en Wallpaper Magazine. Fue mi primera nota internacional.

-¿Cómo llegaste al mercado de Japón?

-En 2017, después de todo ese recorrido, presenté la marca y recibí pedidos de 250 prendas de una tienda importante de Tokio. No tenía el dinero para producirlas, así que mis padres me ayudaron. Un comprador japonés me dijo: “para crear una marca tenés que esperar tres años”. Esa fue mi apuesta. Desde ahí Maydi creció, yo empecé a involucrarme más con el diseño y con los productores. Quiero ser una embajadora de Argentina, mostrar la lana con trazabilidad, desde el productor hasta la artesana.

-¿Cómo encontrás a las artesanas?

-Soy muy rigurosa. No me sirve trabajar con intermediarios. Pongo avisos en sitios especializados y hoy tengo 15 artesanos/as, cada uno en su técnica. Busco profesionalizar el oficio, que no quede solo como hobby o trabajo informal. Trabajo con mujeres jóvenes para que el saber no se pierda. Estoy en contacto con personas de todo el país. Creo en las economías regionales. Quiero mostrar lo que puede ofrecer cada región de la Argentina. Estoy convencida de que el país puede funcionar potenciando sus economías locales.

-¿Qué fue clave para vender en el exterior?

-El diseño, las fibras, la narrativa… Les muestro a los compradores los paisajes, las historias detrás. Creo que eso los enamora. Y cumplo con los tiempos de entrega. La formación en Francia me enseñó cómo funcionan los mercados: no alcanza con tener materia prima o creatividad, hay que construir una estructura.

-¿Qué fibra representa hoy a tu marca?

-La lana merino es el 70% de mi colección. Pero estoy empezando a trabajar con fibra de guanaco, aunque faltan máquinas y tecnología en el país para desarrollarla bien. Me gustaría que Argentina haga con el guanaco lo que Perú hizo con la alpaca: una marca país.

-¿Cómo responde el público argentino?

-Antes apuntaba solo al mercado internacional. Ahora quiero consolidarme acá. Me cuesta, pero creo que hay público. Lo artesanal a veces está asociado a lo barato o a lo de feria. Por eso explico todo: quiénes están detrás, cómo se produce, que se puede hacer a medida. Busco que sea una experiencia sensorial.

-¿Qué te gustaría lograr a corto y largo plazo?

-A corto plazo: conseguir inversión para máquinas. A largo plazo: abrir una tienda propia en Tokio o París, que son mis lugares en el mundo. París porque me formé ahí, y Tokio porque es donde está mi comunidad.