Tiempo, precisión y cultura: el universo de lujo según Lex Borrero

Después de redefinir la industria musical latina y posicionarse como uno de los creadores culturales más influyentes del continente, Lex Borrero volvió a hacer lo que mejor sabe: romper estructuras. Esta vez, lejos del estudio de grabación, entra en un nuevo universo donde el tiempo, la velocidad y la artesanía se encuentran. Así nace Time to Drive, una travesía exclusiva por Alemania y Suiza que conecta a la alta relojería, los autos de lujo y la narrativa sensorial del estilo de vida contemporáneo.

No es un evento. Es un manifiesto.

Durante cinco días, solo quince invitados recorren los templos del tiempo y el movimiento: las históricas casas relojeras como IWC Schaffhausen, los talleres donde nacen los motores de Mercedes-AMG, y espacios de diseño como Gübelin. No se trata solo de observar máquinas perfectas, sino de sentir el latido de cada mecanismo, el pulso del metal, la historia guardada en cada pieza.
“No es solo sobre autos o relojes —es sobre precisión, legado y emoción”, dice Borrero. Y ahí está el eje de su nueva etapa: el lujo como experiencia íntima, no como espectáculo.

 

 

Su relación con los relojes empezó en los años 90, cuando el hip-hop convirtió los Rolex de oro y los Jacob & Co. en símbolos de identidad y poder. Hoy, su cuenta de Instagram es un atlas de micromecánica, diseño extremo y rarezas relojeras. Ese ojo entrenado se expandió naturalmente a otra obsesión: crear espacios donde el lujo no intimide, sino que inspire.

Así nació 0260 Coffee, en Miami. Un café, sí. Pero también un punto de encuentro para creativos, emprendedores, coleccionistas y soñadores de alta velocidad. Autos clásicos estacionados entre espressos, vitrinas con ediciones limitadas de relojes, colaboraciones con marcas independientes y artistas locales. Lujo como conversación, no como vitrina.

 

 

Time to Drive y 0260 Coffee son, en realidad, una misma declaración: el lujo no es acumulación, es intención. Es abrir un reloj y descubrir una historia. Escuchar cómo arranca un motor y sentir el alma de quien lo construyó. Compartir un café con desconocidos que hablan el mismo idioma: el de la pasión.

 

 

Con NEON16 ya había demostrado que la cultura no tiene fronteras. Ahora, vuelve a probar que el lujo tampoco. Lo que viene no es solo una nueva etapa profesional. Es una invitación a vivir el tiempo —y el estilo— con sentido.

at redacción Marie Claire