Puede que el título de la nota suene algo raro, pero tiene una explicación. Y es que más allá de que el verbo “comparar” tenga una connotación negativa, podemos darle una vuelta de rosca si esa comparación la hacemos a nivel personal. Explican los expertos que cuando nos concentramos en comparar nuestros distintos estadíos, en vez de compararnos con el afuera y con las personas que nos rodean, somos más propensos a generar avances y cumplir objetivos.
Hoy día podría decirse que vivimos en una sociedad sumamente competitiva. Sin ir muy lejos podemos verlo claramente en las redes sociales, en donde, sobre todos los jóvenes, compiten por la cantidad de me gusta y por los comentarios más halagadores. Así nuestro éxito pasa a depender de quienes tenemos alrededor, porque solo comparándonos con ellos podremos "ser conscientes de nuestro valor como personas".
Sin embargo, si queremos avanzar, si queremos crecer, sea en lo personal, como en lo profesional, debemos erradicar este pensamiento de nuestra cabeza. De nada sirve compararnos con el otro. Cada uno tiene sus tiempos, y hace las cosas a su ritmo. Con quien sí nos podemos comparar es con nosotras mismas.
Para poner en acción esta práctica primeramente debemos tener en claro cuáles son nuestras metas a alcanzar y cuáles son los valores que nos identifican y por los cuales nos vamos a guiar. Una vez que hayamos determinado esto, es cuestión de desarrollar una autocompasión hacia nosotras mismas, de valorar el aprendizaje, de amigarnos con nuestros errores y sacar provecho de ellos para salir mejores. Cuando “compararnos con nosotras mismas” se vuelve rutina, dejando de lado a los otros, veremos cuánto más realizados nos sentimos.
Consejos para sentirnos orgullosas y realizadas:
- Valorá tu capacidad: No atribuyas todo el éxito obtenido a causas externas como la suerte o la casualidad. Creé en tu esfuerzo y en la dedicación que pusiste en cada proyecto con el que te comprometiste.
- Mentalidad positiva: Tené presente todo lo que conseguiste y dejá de dar tantas vueltas sobre aquello que no pudo ser. No te castigues por lo que no lograste, siempre hay nuevas oportunidades.
- Reflexioná sobre tus logros: Tomate el tiempo para asimilar todo aquello que alcanzaste, todos los objetivos que cumpliste, y las metas a las que llegaste. Es importante que te des un espacio de gratificación por todo ello.
- Trabajá el autoestima: Una pieza clave para nuestra salud, y muchas veces dejada de lado. Si es necesario busca ayuda terapéutica, es importante que tu autoestima goce de bienestar.
¿Cómo evitar la comparación con el otro?
Compararnos con las personas que nos rodean es algo muy común y con lo que convivimos la mayoría de las personas, pero es un mal que definitivamente debemos erradicar. Más aún cuando nos damos cuenta del sin sentido de esta negativa práctica. Cada persona vive una vida distinta, desde el aspecto más material hasta lo más profundo e intelectual. No todos contamos con las mismas oportunidades ni posibilidades, por eso es en vano compararse con el otro.
Por eso, nuestro trabajo no debe ser otro que el fortalecer nuestra autoestima, y esto puede lograrse si se sigue una serie de consejos:
- Poné atención a tus fortalezas: Enfocate en esas habilidades y aspectos que te hacen única
- Rodeate de personas positivas: Las personas con las que te relacionás deben alegrarse por tus logros y apoyarte en tus metas.
- Centrate en tu camino y en lo que querés lograr: Visualizá a dónde querés llegar y andá tras ello.
- Reducí la exposición a redes sociales: No creas todo lo que ves en las fotos de los otros, la mayor parte es solo ficción.
- Ayuda terapéutica: Si notás que tu autoestima está pasando por un mal momento nunca está demás consultar con un especialista.
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