Ileana Hochmann es una artista visual argentina, nacida en Buenos Aires en 1945. Inició su carrera profesional con apenas 16 años en los talleres del Museo de Arte Moderno, de Río de Janeiro, para continuar en la Escuela Nacional de Bellas Artes y la Escuela de Artes Visuales de Parque Lage, de la misma ciudad.
Ileana tiene una mirada juvenil y juguetona. No puede dejar de ver arte en las paredes, en las tapas de medidores de luz o en telas y sillones. Esa mirada la ha mantenido activa y vibrante en sus 60 años de relación con las artes. Explora la fotografía con teléfonos móviles con la misma ansiedad con la que ha explorado la serigrafía, la pintura sobre tela o el uso de transparencias. Es, en esencia, artista.
Su interés por la cultura, el arte, la identidad personal (carioca, argentina y judía) y la identidad social están presentes en su trayectoria: un trabajo autorreferencial que reconoce el contexto en el cual se inscribe su discurso. El deseo genuino por la experimentación y la innovación la acompañaron desde sus inicios. Su obra muta, para adaptarse a las posibilidades plásticas y estéticas contemporáneas.
Su primera aliada incondicional fue, sin duda, la serigrafía, pensada más allá de la mera técnica de reproducción: la artista la convierte en la plataforma que le permite experimentar sobre distintos soportes alternativos. Esto la lleva a un diálogo permanente con otras disciplinas, como la fotografía; y la participación activa en el espacio. La importancia del idioma, la manipulación de las lenguas, las fronteras difusas (propias de su identidad) le permiten la búsqueda constante, los nuevos caminos, la reinvención y la transformación.
En esta especie de arqueología poética, como lo define Ileana, su obra lleva la impronta de la inmigración/emigración, las huellas legibles e ilegibles de la escritura (rastros de una antigua carta familiar que marcó su historia), la fuerza de lo ritual (a través de las instalaciones y performances) y la renovación del objeto artístico tradicional. La teórica y curadora Mercedes Casanegra sostiene que: “su lenguaje posee la virtud de una levedad y una evanescencia orgánicas. Y, siempre en una dirección de búsqueda y transformación. Ningún signo pretende afincarse como permanente, sino más bien a convertirse hacia lo simbólico”.
Con una vasta trayectoria, sus exposiciones y muestras (individuales y colectivas) recorren el mundo hasta el presente. Su trabajo fue recibido por: Alemania, Italia, Dinamarca, Francia, Brasil y Argentina. Entre ellas se destacan: GRITO y Una(S)+ en Oi Futuro, en Brasil; Língua Falo Lengua, en su regreso a Argentina y SUB_19 en el Palacio Pamphilij, en Roma Además, sus obras forman parte de la colección de grabado más grande de América Latina y de importantes colecciones particulares nacionales e internacionales.
La transmutación expresivo-corporal, que la caracteriza, no es indiferente al espectador: cuando percibe esta provocación, ya se encuentra inmerso y siendo parte de la performance de la artista.
Su obra podrá verse/disfrutarse/apreciarse en Argentina en dos instancias. En principio, en Rosario, en Circa (España 768), cuya inauguración será el jueves 29 de junio a las 19 horas. Por otra parte, desde el 2 de noviembre al 27 de diciembre, la artista presentará "Terceira Margem, Retrospectiva 60 años", en la sede de Palacio Pereda, en la Embajada de Brasil. Esta exhibición reunirá una selección de más de 80 obras, entre las que se incluyen: dibujos, serigrafías, textiles, objetos, fotografías y videos, realizadas desde los años 60 hasta la actualidad. Este proyecto busca visibilizar la estrecha relación cultural entre Argentina y Brasil a través de su mirada y experiencia personal.
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