Monday 15 de December de 2025

CULTURA | 30-07-2025 08:02

Dentro del atelier de Caroline Corbasson, ganadora del Premio Arte & Medio Ambiente de Guerlain

Un recorrido por el atelier de la ganadora del Premio Arte & Medio Ambiente creado por Guerlain y Lee Ufan Arles. Conocer a Caroline Corbasson es emprender un viaje artístico y meditativo hacia el espacio profundo, con la ligereza y la intensidad del viento.

Entrar al Atelier de la fundación Lee Ufan es una experiencia íntima: una sala medieval abovedada, parecida a una cueva, y sin embargo, extrañamente luminosa. Suena la música suave de Elliott Smith cuando Caroline Corbasson nos recibe. Lleva una remera blanca, jeans y un delantal tan cubierto de pintura que parece una obra de arte abstracta. El pelo atado en una cola simple, una sonrisa serena, abierta pero reservada, y una voz suave y profunda que resuena como sus pinturas azul oscuro. “Es la primera vez que trabajo sobre lienzo. Eso quería explorar en esta residencia. Quise salir de mi zona de confort, dejar los dibujos a carbón que venía haciendo hace diez años”, cuenta.

Llegó a Arles buscando algo, y siente que tal vez lo encontró. “Vine con acrílico, óleo, tinta, pintura vinílica, pasteles, y empecé a buscar. Algunas de estas obras tuvieron muchas vidas. Las rasqué, las reparé, las pinté encima... Busco esa tensión entre lo abstracto y lo figurativo. A primera vista parecen abstractas, y de pronto ves imágenes universales, impresiones de la naturaleza, como la luz reflejada en el agua”, cuenta.

Opening Guerlain
La artista ahora, además se anima a escribir.


La naturaleza siempre estuvo en el centro de su inspiración. Hija de padres franceses, se crió en Canadá y Estados Unidos, mudándose seguido, con una infancia atravesada por el amor al aire libre y al cielo inmenso de América del Norte. “Sentía una conexión muy fuerte con la naturaleza, su estética, sus fenómenos observables”, asume. Su familia de científicos le transmitió una pasión por entender el mundo natural, aunque ella lo vive de un modo más sensible, estético y casi místico. “Antes dibujaba el cielo invisible a simple vista, el espacio profundo... Pero ahora me siento más enraizada, más cerca de la tierra”, acota. El legendario cineasta Wim Wenders, presidente del jurado, dijo al entregarle el premio:

“Caroline y yo compartimos un elemento precioso: el viento. Para ella, es un símbolo de vida y de destrucción”. Ann-Caroline Prazan, Directora Artística Internacional de Guerlain y creadora del premio, coincide: “Es importante que este premio una el arte con el medioambiente. Lo que me hizo elegir a Caroline fue que habló del viento como el mayor polinizador. Nunca lo había pensado así. Siempre pensamos en abejas, que son muy importantes para Guerlain. Me encantan esas ideas que te cambian para siempre. Ahora siempre voy a ver al viento como un polinizador”.

Opening Guerlain
La maternidad -según confiesa- fue un aluvión, una experiencia que le robó parte de ella.


Y sin embargo, en la Provenza el viento suele ser visto como un destructor. Para sentir su esencia vital, Caroline y Ann-Caroline fueron a las playas de la Camarga. “Sentís que estás en el fin del mundo, en un espacio límite. Muy salvaje y puro. Lleno de aves. Un desierto vivo. Increíblemente hermoso”, dice. Caminando por las dunas, encuentra un círculo perfecto trazado en la arena. Se acerca, curiosa por esa forma geométrica en medio de la nada. “Unas ramitas bailaban con el viento y dibujaban esos círculos, a veces completos, a veces no. Era hermoso porque era casi nada, y sin embargo te hacía sentir que esas ramas tenían alma”. Filmó ese momento y lo convirtió en una instalación de video para la exposición. Como dice Lee Ufan: “Es inevitable reflexionar sobre la naturaleza y nuestra cohabitación”.

Opening Guerlain
“Antes dibujaba el cielo invisible a simple vista, el espacio profundo... Pero ahora me siento más enraizada, más cerca
de la tierra”.


Trabajar bajo el patrocinio de un artista tan consagrado fue un privilegio, pero también una fuente de ansiedad. “Tenía miedo de mostrarle mi trabajo, de que no le gustara”. Aunque ya había compartido exposición con él: “Estaba tan orgullosa porque en el catálogo nuestras obras quedaron una al lado de la otra. Siempre me gustó su obra, pero aquí en Arles descubrí cosas que no conocía, como su serie ‘From Wind’. Me habla profundamente. No sabía que escribía poemas”. Caroline también escribe, y este verano se publicará un libro con textos suyos como complemento de la exposición en el Atelier MA. “Escribo en secreto desde la adolescencia. Esta residencia cambió muchas cosas. Siempre anoté cosas en el celular o en cuadernos. Y ahora se va a publicar... Me da miedo mostrar eso. Escribir es mucho más íntimo que pintar. Escribí poemas para mi hija de cuatro años. Un amor tan grande te desarma. Escribí un poema que se llama ‘Madre Artista’, donde le cuento que nací artista pero me convertí en madre”. La ama con locura, pero reconoce: “La maternidad me robó algo. Es un texto duro, no es tierno”.

Por eso esta residencia fue tan importante. El ganador del año pasado y miembro del jurado de este año, Djabril Boukhenaïssi, tomó un café con ella antes de su partida y le dijo: “Creo que este es el momento de romper tus formas, de expandirte, de explorar. Caroline, esta es tu oportunidad. Te va a abrir puertas”. Y así fue. “Antes de venir hacía dibujos muy controlados, en blanco y negro. Con la maternidad y el trabajo me sentía atrapada en la superficie, sin poder ir al fondo. No sé si llegué al fondo, pero rompí la superficie. Empecé a sumergirme. Algo se soltó acá. Sentí una necesidad de verticalidad, de profundidad. Después expandiré. Creo que puedo vivir un buen tiempo con todo lo que abrí aquí”.


Lee Ufan dijo: “En mi arte, el diálogo entre el adentro y el afuera es lo que da lugar a la obra. Las ideas y acciones del artista interactúan con las condiciones del entorno, la atmósfera, el lienzo o los colores”. Y eso es lo que Caroline Corbasson siente tras sus dos meses en Arles: búsqueda, trabajo, meditación. “Siento que abrí una puerta nueva en mi práctica. Y eso ya es enorme. Hay un mundo por explorar del otro lado. Esta residencia me dio aire. Cambió mi forma de trabajar, los materiales, los colores, las escalas. Esto me va a acompañar mucho tiempo. No sé qué viene, pero siento que será algo bueno”. La muestra se llama Something Moves. “Ese nombre lo tenía adentro hace mucho, pero aquí cobró todo su sentido. Sentí físicamente ese movimiento”. Este verano, las pinturas azul profundo de Caroline Corbasson dejarán que el viento sople en el Atelier MA, y nos invitarán a asomarnos a esas puertas que ella se animó a abrir.

at Galia Loupan

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