Tuesday 24 de June de 2025

BELLEZA | 20-05-2025 08:02

Todo lo que tenés que saber sobre la barrera de tu piel y cómo evitar que se dañe

La piel tiene su propia armadura natural: la barrera cutánea. Cuidarla es clave para preservar la hidratación, la firmeza y la salud del cuerpo.

Primero lo primero, ¿Qué es esta parte del cuerpo y por qué si se daña estamos en problemas?
También llamada capa córnea, es la más superficial de todas y el escudo de las demás. Una suerte de traje orgánico que resguarda nuestro organismo de agresiones internas y externas, conserva la hidratación y los nutrientes de la epidermis. Está compuesta por una mezcla de sustancias necesarias para tener una piel saludable, como ceramidas, ácido linoleico, aminoácidos y una compleja variedad de ácidos grasos.

Su misión es ayudar a prevenir la pérdida de agua y a cuidarnos de factores ambientales como el daño solar, la contaminación y los alergenos. “Cuando esta zona está sana, todos estos elementos trabajan en conjunto para formar y mantener la primera línea de defensa de nuestro cuerpo frente al exterior. Si se deteriora, empiezan los problemas y es necesario tomar medidas”, explica el médico dermatólogo Keith Choate, catedrático de la carrera de Dermatología de Yale Medicine.

La protección correcta
“El daño al estrato córneo casi siempre implica la pérdida de sustancias vitales que la piel necesita para mantenerse intacta y tersa”.

¿Por qué debería dañarse esta barrera protectora? Por varios motivos. Si creíamos que las alteraciones climáticas, más la proliferación de micro plásticos que están afectando la tierra no están perjudicando también nuestra salud, estábamos equivocados. Y la piel es uno de los órganos más delatores de este problema.


Por otro lado, hasta hace unos años nos guiábamos por las estaciones para elegir los cosméticos. Hoy, si bien cada temporada sigue teniendo diferentes particularidades que inciden en la dermis, conviene serle fiel a una rutina recomendada por un profesional y mantenerla. En el caso de ser necesario reacomodar los productos que vamos a aplicar porque nuestra epidermis así lo necesita a lo largo del año, conviene hacerlo de la mano de un experto.


Resulta que nuestro organismo es mucho más sabio de lo que pensamos. Cuenta con un preciso mecanismo de autorregulación de la temperatura por medio de la dilatación o contracción de los vasos sanguíneos. Cuando suben los grados, se dilatan para liberar calor a través de la piel y se produce la transpiración para enfriar el cuerpo. Si hace frío, se contraen para conservar la calidez corporal. Y, en gran parte, esta operación se produce gracias al buen trabajo de una barrera cutánea en buen estado.

La protección correcta
1. Orquídea Imperial Micro-Lift Concentrate (Guerlain). 2. Mineral 89 Crema (Vichy). 3. Esencia de tratamiento Biociencia Chronos (Natura). 4. Agua Micelar con ceramidas (Cerave). 5. Loción con pomelo (Sisley).
 

Aliada a cuidar


Sin dudas, esta suerte de muralla es una aliada importante. ¿Cuándo se ve afectada? Factores ambientales como la contaminación o la suciedad pueden causar estrés oxidativo. La luz solar (UVB y UVA) también perjudica. Si consideramos los factores internos, no hay nada peor que una mala hidratación y nutrición. Además, a medida que envejecemos, este manto tiende a afinarse y a perder firmeza, por lo que las uniones celulares tienden a ser más flexibles. Eso significa que células no se acoplan bien para formar esta fortaleza cutánea y la piel queda totalmente desprotegida.


“Otro tema a tener en cuenta es el desenfreno por exfoliar. El autodiagnóstico de este ejercicio es un grave error. Así como también lastimar la epidermis con sueros que pueden resultar agresivos para determinados tipos de piel”, confirma el doctor Choate. Y agrega que el uso excesivo de cualquier tipo de cosmético facial de alta potencia puede causar muchos trastornos. La piel se perjudica enseguida al aplicar y combinar demasiados activos irritantes. Por ejemplo, usar dos ácidos exfoliantes como retinol y vitamina C en una sola sesión, es suficiente para inflamar, dejando pequeñas grietas justamente en la parte del cuerpo que estamos tratando de proteger.

El cuidado esencial


Hace una década, los activos presentes en los tratamientos (ingredientes responsables de estimular cambios mensurables en la piel) rara vez se consideraban fuera del ámbito clínico, pero como ya superamos el miedo a los ácidos y retinoides, nos pasamos del otro lado. Los sueros con ácidos sin prescripción médica en las dosis incorrectas son un contratiempo para nuestro cuerpo. Sobre todo, cuando se utilizan de manera excesiva: el resultado es una barrera cutánea deshecha.


La obsesión por los productos de rejuvenecimiento se convirtió en el pilar de la misión de la industria para animarnos a despojarnos de las células superficiales y obtener una tez unificada y suave. Ultrarreflectante o súper tersa y luminosa son las promesas marketineras. Y mientras tanto, priorizar su salud por encima de la apariencia, se percibe como un punto de vista contrario. Hasta ahora.
La aplicación indiscriminada de cosméticos no logra otra cosa que destruir las células y provocar todo tipo de consecuencias. Hoy es tiempo de usar lo que la piel realmente necesita. De lo contrario, sólo lograremos dejarla al desnudo, sin amparo. ¿Y qué es lo que la tez requiere? Para empezar, agua.

Tiene un poder imbatible en el organismo. Si notamos que los cosméticos no están funcionando como deben, es bastante probable que se debe a la falta de retención de agua, o sea de la crema hidratante. Esto se debe a que la epidermis está diseñada para mantener ciertos elementos fuera (como agresores ambientales, contaminantes y alérgenos) y otros dentro (como el agua). ¿Cómo detectamos si se produjo algún trastorno? “El daño al estrato córneo casi siempre implica la pérdida de sustancias vitales (como las ceramidas y los ácidos grasos), que el cutis necesita para mantenerse intacto y terso”, afirma Dhaval Bhanusali, dermatólogo de Rhode, la marca de Hailey Bieber. “Estas sustancias son la base que mantiene las células dérmicas unidas. Cuando se agotan o se desorganizan, pierden su capacidad para detener la evaporación de agua y son menos capaces de defenderse de las agresiones externas, lo que las hace vulnerables a la deshidratación y las irritaciones. Esto provoca signos visibles de envejecimiento a corto plazo y, si no se corrige, empeora con el tiempo”.

La protección correcta
“La piel se perjudica enseguida al aplicar y combinar demasiados activos irritantes”.


Para diagnosticar una barrera deteriorada, hay que buscar signos como sequedad, tirantez, sensibilidad (incluso a productos suaves), picazón o descamación, erupciones o brotes, según un informe publicado en el Journal de la American Academy of Dermatology.
Sin embargo, los síntomas de un estrato córneo lastimado no siempre se manifiestan a simple vista. “Algunos problemas no se pueden ver, al menos no de inmediato. Y son la degradación del colágeno y la elastina, un microbioma deteriorado y una descamación cutánea anormal”.


La solución no implica dejar de usar productos activos, al menos no a largo plazo. Ingredientes como el retinol y la vitamina C pueden ser transformadores, pero es fundamental usarlos a consciencia. La idea no es llenarnos de cosméticos que tensen, alisen, iluminen y rejuvenezcan, sino que respeten la piel en lugar de lastimarla. Y lo mejor es incorporarlos gradualmente en una rutina constante y adecuada. Con cuidado y recomendación médica.

 

at María Molina

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