Thursday 25 de April de 2024

SOCIEDAD | 21-01-2021 09:52

Sexo: "La mente comanda, autoriza y habilita el disfrute y el placer"

Hablamos con la sexóloga Mariana Kersz -que acaba de lanzar un libro- sobre feminismo y sexualidad.

Mariana Kersz acaba de lanzar su libro Viaje al Placer (Editorial Urano), en el cual se propone de manera súper didáctica y sin tapujos hablar de sexo y feminismo y la búsqueda del placer. Hablamos con ella sobre su nuevo lanzamiento y sobre diversos temas vinculados a la sexología. 

-¿Por qué la sexualidad fue un tema reprimido históricamente y por qué este es un momento importante para hablar de él?

-La  sexualidad y principalmente el placer femenino ha sido ubicado en un lugar secundario en los entretelones de la historia y fue relegado al dominio del modelo masculino. Por eso para explicar la historia de la sexualidad femenina tenemos que remontarnos a la sexualidad masculina. En la Edad Media el poderío de la Iglesia Católica era tan fuerte, que imponía a sus feligreses que sólo podían tener sexo con fines reproductivos. El sexo anal, oral o las relaciones homosexuales eran considerados pecados porque su fin era el placer. La masturbación femenina era un pecado de los más graves: si una mujer se autoestimulaba y acariciaba sus genitales descuidaría sus obligaciones maritales y olvidaría su compromiso social y espiritual de procrear. Era castigada con un año de oraciones.

Si bien esto nos parece ajeno y un poco jocoso, mucho de esto aun sigue haciendo ruido y está muy presente en la mirada que tenemos de la sexualidad actual. Muchos hombres creen que la mujer alcanza el orgasmo sólo con penetración; que las relaciones homosexuales no son naturales, que el ano no es para tener sexo, o que el sexo oral es una práctica asquerosa que sólo hace un cierto “tipo” de mujeres. 

Esta revolución que estamos viviendo nos lleva a reflexionar acerca de que la única manera de lograr más y mejores derechos para la sociedad y seguir generando logros por el empoderamiento femenino, es trabajando hombres y mujeres en conjunto, no en veredas opuestas, sino con miradas complementarias y facilitadoras de procesos que permitan entender una sexualidad plena y satisfactoria.

 

 

 

-¿Qué significa que estamos viviendo un tiempo de revolución sexual?

-Probablemente los cambios significativos en la historia reciente de la sexualidad (los últimos 50 años de feminismo, las investigaciones científicas de Masters y Johnson y la sofisticación de los juguetes sexuales femeninos, por ejemplo), han despertado un genuino interés en despertar a la sexualidad corriéndola del paradigma donde históricamente había quedado posicionada: la función reproductiva del sexo, como única función posible. Esto abre también una reflexión y una conducta asociada: si la sexualidad no es únicamente reproductiva, entonces tiene al menos una función más, que es la de poder dar y recibir placer.

La sexualidad vista así, alejada del modelo reduccionista de la genitalidad como único modelo posible del sexo, se convierte en un núcleo de variables donde se atraviesan factores físicos pero también emocionales. El sexo deja de ser genital para convertirse en parte de la esfera de bienestar de una persona, alimentando el autoconocimiento, la autoestima, el deseo, la pasión, el vínculo con otra u otras parejas sexuales, el placer, el cuidado del propio cuerpo y del cuerpo del otro.

Todo esto tiene, además, otra implicancia. Si bien es real que hay un paradigma que se abre y se corre del sexo únicamente como función reproductiva, también es cierto que muchos de los mandatos que hoy tenemos están ligados con esta sexualidad donde se espera un pene erecto y una vagina lubricada. Siempre. Pase lo que pase. No importa cómo. El pene tiene que lograr una erección y la vagina tiene que estar húmeda. Sin embargo, nadie se había tomado el tiempo de explicarnos qué pasa cuando el pene no se erecta, o por qué a veces la penetración duele si la vagina no está lubricada. Todos estos cambios y modificaciones muy positivas y favorables, que a lo largo de la historia reciente, en los últimos 30 o 40 años, han ido marcando un rumbo diferente para nuestra generación, siguen aun teñidas por mitos y tabúes que traemos de generación en generación. Por eso es que somos una generación bisagra: no hemos recibido ESI (Educación Sexual Integral), pero que a la vez tenemos a nuestro cuidado niños y niñas que piden y necesitan esa información, como parte de sus derechos de la infancia.

 

-¿Cuáles son los temas más tabúes entre mujeres y por qué?

-Hay un top 3 de temas que son los más difíciles de encarar para las mujeres en la sexualidad: masturbación, deseo sexual y orgasmos.

1Muchas mujeres sostienen firmemente que el deseo sexual tiene que ser espontáneo y natural, casi como si brotara de la tierra, el deseo “debería” surgir de una manera fluida y sin dificultades. Esta creencia irracional borra por completo la posibilidad de identificar los diferentes niveles de deseo, las distintas reacciones del cuerpo y la mente en función del placer y por supuesto, la posibilidad de acercarse afectiva y sexualmente a una pareja sexual sin sentir la presión de tener relaciones sexuales. El deseo sexual tiene varios subtipos: uno es espontáneo, suele ocurrir en el primer tiempo de relación de una pareja, por ejemplo, donde la conquista y la seducción están a la orden del día, y ambas personas hacen un gran esfuerzo conquistar a la otra persona: salidas, mensajes, llamadas, fotos, etc.

Cuando en una relación este período incial de conquista disminuye, aparece otro tipo de deseo sexual, que se llama reactivo. Este deseo reactivo es, justamente, una reacción al estímulo sexual. Si durante todo el día no pensé en ningún momento en nada erótico ni sensual, ¿por qué esperar que inmediatamente al ver a mi pareja se encienda la chispa de la pasión? Al deseo hay que cultivarlo, trabajarlo, buscarlo. De espontáneo tiene poco y lo mejor que podemos hacer es buscar momentos a lo largo del día para poner la mente en modo erótico, buscar espacios individuales y en pareja para que la conexión afectiva y sexual siga vigente permanentemente.

 

 

La masturbación tiene que ver con la autoexploración, con el autoconocimiento. Conocer nuestro propio cuerpo implica también apropiarnos de nuestro placer. Identificar qué y cómo nos gusta, para poder repetirlo. Una mujer que no se toca, que no se explora, que teme a sus propias reacciones físicas y/o emocionales, puede que sea una mujer que se desconozca por completo en el plano de la sexualidad. Los tabúes, los prejuicios, la falta de educación sexual y el miedo o las creencias irracionales suelen ser los factores por los que una mujer deja relegado su propio placer, esperando muchas veces llegar a un orgasmo que le han contado que existe, pero que nunca logró experimentar... Esto produce un circuito muy frustrante: si no me conozco, es difícil llegar a las sensaciones que otras mujeres dicen tener, mis expectativas son altísimas y mi percepción del placer es tan racional que no permito relajar mi cuerpo.

El tema de la masturbación está, por supuesto, íntimamente relacionado con el tema del orgasmo. ¿Cómo lograr un orgasmo si mis expectativas son siempre tan altas en relación a mi propio placer y a lo que debería estar sintiendo? Existe una autoobservación constante, que muchas veces es lo que genera la dificultad para lograr sentir placer. Cuando la mente está en un modo tan racional, cuesta mucho más liberarse y salir de esa posición de control. También es real que muchas mujeres esperan vivir el orgasmo como un gran momento, como un tsunami infernal que las tiene que invadir en un grito, ojos en blanco, agarrarse de las sábanas. Y sí, puede que pase, alguna vez. No siempre. No necesariamente. No a todas. Tener expectativas reales acerca de qué es y qué no es un orgasmo permite también recorrer y reconocer un espacio y un momento de placer donde el orgasmo no es una meta, sino un proceso.

 

 

-¿Cuál creés que es el primer paso para realizar "un viaje al placer"?

 -Sin dudas Un Viaje Al Placer comienza en la mente. La mente comanda, autoriza, habilita al disfrute y el placer. Si la mente está desconectada, si estás pensando si pagaste las expensas, si apagaste la luz de la cocina o si le diste de comer al gato, lo más probable es que aunque te compres el mejor juguete sexual del mundo o tengas una pareja sexual increíble al lado, si vos no estás en ese aquí y ahora, no vas a lograr nada más que cosquillas...con suerte.

Por el contrario, si a lo largo del día vas haciendo pequeñas inversiones para vos misma, momentos de disfrute y relax donde los 5 sentidos sean estimulados: un baño relajante, encender unas velitas, escuchar música que te guste, comprarte lencería, por ejemplo, son pequeños gestos de la cotidianeidad que van a conectarte con vos, con tu cuerpo, con tu mujer sensual. Y si a esto le agregás una cita semanal con vos misma, agendada, programada con anticipación, donde puedas tocarte, explorarte y recorrer tu cuerpo sin sentirte juzgada, dejando los miedos y los prejuicios de lado, vas a enriquecer tu propio capital erótico para que en el momento en que estés con una pareja sexual, puedas pedirle o repetir exactamente eso que te gustó. Esto es lo que llamo la mente en modo erótico, la conexión individual, personal, con el erotismo y la seducción. Y eso no es genital. Es mental.

 

 

 

 

 

 

at Clara Ballester

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