La noticia se viralizó a nivel global en apenas unos minutos: tras un largo silencio respecto al caso Madelaine McCann (la pequeña que despareció misteriosamente de un all inclusive de Algarve, Portugal, en mayo de 2007), la policía británica de Scotland Yard afirmaba tener un nuevo sospechoso en la mira, un ciudadano alemán y condenado por violación y otros delitos que había sido visto en la zona del complejo hotelero en esas fechas.
Fuero minutos y horas de mucho revuelo policial y de noticias y rumores que corrieron sin parar hasta que finalmente, los medios ingleses y alemanes coincidieron en señalar a Christian Brueckner, una suerte de “depredador sexual” como el sospechoso en cuestión.
Der Spiegel, uno de esos medios alemanes, informó que Brueckner posee un amplio historial delictivo, con unos 17 casos de agresiones, abusos, robos y asuntos relacionados con drogas. Su primer juicio por delito sexual fue en 1994, cuando fue condenado en Baviera por abusar de un niño. El último caso relacionado con menores fue un proceso por tenencia de pornografía infantil, en 2016.
En 2005, dos años antes de la desaparición de Madelanie, estuvo envuelto en un importante caso de violación y robo en la zona de Praia Praia da Luz, muy cerca de donde despareció la pequeña. Allí, Brueckner, según la justicia alemana, ató, pegó, robó y violó a una anciana de 72 años que prácticamente no lo pudo identificar por ese nivel de violencia y porque en todo momento el agresor usó una capucha.
El caso tardó bastante en esclarecerse y de hecho Brueckner permaneció libre durante los siguientes dos años, frecuentando siempre esa zona del sur de Portugal, donde trabajaba de ratos en el rubro gastronómico y cometía además otros delitos, principalmente robos.
En 2007, a poco del impacto global por el caso Madelanie, Brueckner se mudó de la zona y permaneció con domicilio desconocido mientras en su tierra natal, el Tribunal de Braunschweig asumió el caso de violación de la anciana en base a pruebas de ADN y lo sentenció a cumplir una condena que nunca se hizo efectiva. Se comenzó un largo proceso de extradición que fue dilatado en base a muchos amparos y recursos judiciales y finalmente el sospechoso fue arrestado en Milán, Italia, en 2017, pero a raíz de otro delito: tráfico de drogas.
En manos de la justicia alemana, Brueckner enfrenta ahora un nuevo expediente en su pesado legajo penal ya que según un testigo, él mismo habría sido el que se ufanó de “saber qué pasó con Madelanie” en un bar mientras en la televisión pasaban un especial sobre el caso.
Sin brindar su nombre por cuestiones legales, la Fiscalía de Braunschweig informó hoy que estaba trabajando sobre el caso de “un depredador sexual que ya ha sido condenado por pedofilia y que está cumpliendo una larga condena". Sin embargo, el portavoz agregó que esa oficina parte de la base de que Madeleine McCann está muerta, una tesis que los padres de la pequeña británica, desaparecida hace 13 años, se han negado siempre a barajar.
Hace horas, además, el fiscal del caso, Hans Christian Wolters, le escribió ambos progenitores, Kate y Gerry, que tiene "pruebas concretas" de la muerte de Madeleine aunque no entró en mayores detalles. para no poner en peligro las investigaciones. Según The Daily Mail, el fiscal tampoco ha compartido los avances con las policías británica y portuguesa, implicadas también en el caso.
Seguramente se trata del caso de desaparición más resonante de las últimas décadas y ha sido replicado y cubierto en todo tipo de publicaciones y noticieros del mundo entero así como en un comentadísimo documental de Netflix del año pasado que en 8 episodios de una hora avanzó sobre las múltiples hipótesis que se barajaron en la (errática) investigación para concluir que la de un presunto agresor sexual era la más acertada hasta la fecha. ¿Será este un capítulo más o el definitivo de esta desesperante historia?
at Redacción Marie Claire
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