Tamara Ralph presentó su colección Couture Otoño-Invierno 2025/2026 en París: lujo etéreo y espíritu art déco

París es siempre el escenario ideal (casi único) para contar historias de alta costura. Y eso fue lo que hizo Tamara Ralph este lunes por la noche, al presentar su colección Autumn/Winter 2025-2026 en el icónico Palais de Tokyo. Bajo el nombre La Perle Rare, (La Perla rara), la diseñadora australiana apostó por una narrativa donde el refinamiento clásico del art déco se funde con un lujo actual, suave y profundamente femenino.

Desde los primeros diseños, se percibió una intención clara: crear piezas que fluyen, brillan y dialogan con el cuerpo sin imponerlo. Blancos invernales, blush empolvado, crema y oro rosado (y algunos negros) dominaron una paleta que remitía a la luz más sutil del invierno. Los corsets escotados en satén rosa pálido, combinados con cuero blanco de avestruz o terciopelo negro, fueron algunos de los puntos altos del desfile.

Las estructuras geométricas, como los corpiños con incrustaciones de nácar en forma de rayos, aportaban ese equilibrio justo entre precisión arquitectónica y movimiento. Cada pieza parecía pensada para ser observada de cerca: los detalles en cristales, las caídas de seda doble y los drapeados en crepé de seda construían una elegancia que no necesitaba exagerar.

Accesorios que completan la escena

Los collares con perlas y cristales caían como una extensión de los vestidos, y los tacos con brillos se encargaban de elevar —literal y simbólicamente— cada look. Nada desentonaba: todo en la colección parecía responder a una misma idea de sofisticación silenciosa y presencia atemporal.

“Diseñar esta colección fue una forma de agradecer el camino recorrido”, contó Ralph al finalizar el show. “Hace dos años debuté con mi marca en París, y hoy sigo creando con la misma pasión y entrega.”

Y eso se notó. La propuesta AW25/26 de Tamara Ralph no fue solo un homenaje a la alta costura; fue también un manifiesto de sensibilidad estética y amor por los detalles. En tiempos de ruido y velocidad, ella volvió a recordarnos que el lujo real es el que se toma su tiempo.

FOTOS: ROGER VEKSTEIN.

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