El mensaje que busca transmitir Fabiola Yañez a través de su vestimenta excede los límites del estilo. Desde repetir conjuntos, hasta apostar por el diseño local u optar por la moda sustentable son algunas de sus características.
Durante años, hablar de la indumentaria de las lideresas políticas ha sido un tabú, como si evitar referirse a la apariencia implicara necesariamente que se va a tomar en serio a las mujeres en un ambiente en el que predominan los hombres.
Desde luego, los políticos varones tienen sus propios dilemas de indumentaria. Pero ver la ropa como una forma de expresión personal no ha sido, tradicionalmente, un elemento explícito en la política electoral.
Tan pronto como reconocemos su importancia, se convierte en un acto profundamente feminista. Durante décadas, las mujeres glamorosas se arriesgaban a que no las tomaran en serio.
Pero ahora estamos viendo que es una maravilla que las mujeres no le teman al arsenal de glamour, expresen su estilo y lo usen como la herramienta políticamente poderosa que siempre ha sido.
En Argentina, la representación está perfectamente clara con el mensaje que busca transmitir la primera dama a través de su vestimenta.
Es que la también periodista, es experta en utilizar la moda como instrumento y en defender prácticas sustentables, como el upcycling, para fomentar un nuevo estilo de vida.
Sin embargo, el estilismo de la pareja de Alberto Fernández no siempre fue el mismo y durante la campaña fue el momento donde más se notó la gran evolución de su imagen.
Venía de un estilo bastante sexy e hizo un viraje para volverlo más sutil, formal y clásico, siempre resaltando la feminidad. Hoy luce renovada y con acertados cambios tanto en sus elecciones de vestuario como de maquillaje y pelo.
Pasó de vestidos cortos con hombros al descubierto a vestidos corte “Jackie” de líneas redondeadas en escotes, mangas, una paleta de colores neutros, pasteles y claros.
En cuanto al maquillaje, siempre busca resaltar sus rasgos y transmite una imagen muy fresca y natural.
Esta es quizás la época más emocionante para ser mujer, porque se transita un proceso histórico de liberación. En el momento de mayor intensidad, quien fue conductora nacida en Villa Regina, opta por darle un uso político a su vestimenta y prioriza el “Hecho en Argentina” como condición de uso.
“Su guardarropa está hecho completamente en Argentina y combina etiquetas de primera línea con diseñadores menos conocidos o poco promocionados”, cuenta Carolina Marafioti, su asesora de vestuario. La presencia amable de Yáñez está significativamente asociada al estilo de las mujeres argentinas.
En sus apariciones públicas como oficiales, la Primera Dama usó y repitió marcas como Cynthia Matos, Vicki Otero, Marisa Campanella, Natalia Antolin, Zarkany, Pablo Ramirez, Perramus, Cher, Ginger Buenos Aires, Florencia Tellado, Evangelina Bomparola y Kovacs, una reconocida marca de zapatos de tango.
Ropa cómoda y pensada para trascender en el tiempo y distinguir a quien la usa. La noción de vestuario por sobre la idea de moda entendida como tendencia y renovación de prendas. Así se define el espíritu de la moda de esta época al que Fabiola en estos primeros meses va sentando base.
La simpleza lujosa marca el zeitgeist estilístico de esta época y es capaz de expresar ideas, entronizar con sustancia el semblante de la apariencia, tan asociado a lo femenino. El vestir en el poder es importante porque articula intenciones y significados.
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