"Los primeros días de febrero viajé a India y percibí lo que empezaba a ocurrir con el virus, por las precauciones que se tomaban. Vi mucha gente con barbijo en el viaje y en el aeropuerto de Londres. De hecho, yo me llevé, por las dudas, los clásicos de friselina. Después empecé a recibir correos de amigas con notas del New York Times sobre el tema. Al regresar a Buenos Aires, comenzó de a poco a aparecer el virus, entonces, pedí moldería a Japón para comparar con lo que habíamos recién empezado a desarrollar acá. Intuitivamente quise hacer un bolsillo para poner adentro el verdadero barbijo de hospital para protegerlo y embellecerlo. Después salió la disposición gubernamental de uso obligatorio del tapabocas, el mismo día que hacíamos fotos con mi familia con los primeros 13 prototipos y ese mismo lunes dieron permiso para trabajar a las pymes exportadoras así que las personas del taller de Juana de Arco fueron y empezaron a producir.
Se nos ocurrió enseguida la idea de donar uno por cada uno que vendíamos, porque lo que queremos es inspirar a que haya más tapabocas que abunden, para concientizar a la gente a cuidarse y cambiar hábitos. El proyecto se llama Namasté, porque creemos que será la nueva forma de saludarnos sin tocarnos. Es como lo hacen en India donde es la cuna del yoga, y Juana de Arco básicamente es ropa para hacer yoga, ropa interior y para estar en casa. Ya mandamos tapabocas a Japón, Estados Unidos, Alemania, España, Uruguay, Chile y Paraguay. Y esta semana comenzamos a donar a: Manos que ayudan (Arte de vivir) , Sembrando sueños Asociación Civil (7 escuelas rurales de Santiago del Estero) y Parroquia San Juan Bosco para las Villas de José León Suárez (los curas villeros del Padre Pepe).Este es un proyecto de quíntuple impacto: Te cuidás vos, a otras personas, ayudas a una ONG, le das trabajo a un/a costurero/a y apoyas a una Pyme.
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