Con 77 looks, Giorgio Armani se reinventa con el teatro del siglo XVI en su colección de alta costura que denominó Commedia dell’Art. Esta temporada, para Armani Privé, fue el tema de los arlequines. La pista pintada a cuadros en diagonal delató el juego y la magia de la maison italiana.
Los colores, uno de los grandes aliados del diseñador, tuvieron su protagonismo en mayor o menor escala en cada una de las piezas. En lugar de los más llamativos que se ven en los trajes tradicionales de arlequín, aquí había verde agua, malva, azul pálido y dorado. Armani también ubicó sutilmente al arlequín dentro de la centenaria commedia dell'Arte veneciana y las raíces históricas del teatro.
Su colección fue calculada para brillar con diseños clásicos y vestir con elegancia con los bloques de negro. El patrón de rombos estaba bordado en cristales o parcheado en cuero metalizado en chaquetas en diferentes intensidades de color.
En la pasarela se pudo ver con gran claridad como el diseñador jugo con pijamas estampado con diamantes por toda la prenda y una gorguera de pierrot. Más tarde, aparecieron los vestidos largos y sinuosos de manga larga con paillettes en diferentes tonos de rosa.
Hubo salidas de estilos que leían vagamente Deco Jazz-Age, otros que parecían más vestidos de gala con volantes de los años 80. Dentro de una secuencia de vestidos transparentes de doble capa, de repente incluso hubo uno con una banda negra estrecha para un top que parecía claramente punk-fetiche.
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