En un mundo donde el confort ganó protagonismo sin cederle terreno al estilo, las Birkenstock se posicionaron como el calzado ideal para quienes buscan elegancia sin esfuerzo. La ex primera dama Juliana Awada, referente local del minimalismo sofisticado, las eligió como parte de sus outfits relajados, reafirmando que comodidad y diseño pueden ir de la mano. Pero ¿cuál es la historia detrás de este calzado que pasó de ser utilitario a objeto de deseo fashion?
La historia de Birkenstock se remonta a 1774 en Alemania, cuando Johann Adam Birkenstock comenzó a trabajar como zapatero en una pequeña villa. Más de un siglo después, en 1896, uno de sus descendientes diseñó una plantilla flexible que revolucionaría la manera de caminar. El concepto de “plantilla anatómica” fue el corazón de la marca y la base de su éxito global.

Durante décadas, las sandalias fueron populares entre profesionales de la salud y amantes del bienestar. Sin embargo, fue recién en los años 90 y especialmente en la última década cuando las Birkenstock cruzaron al mundo de la moda. Diseñadores como Phoebe Philo en Céline las validaron en pasarela, mientras que celebridades como Gwyneth Paltrow, Kate Moss y más recientemente Kendall Jenner, las incluyeron en sus vestuarios cotidianos.
En la Argentina, Juliana Awada las transformó en sinónimo de elegancia casual. Con sus estilismos naturales y paletas neutras, demostró que unas Birkenstock pueden ser tan versátiles como un par de mocasines o alpargatas. Ya sea en la ciudad, en la costa o en casa, el calzado alemán se impuso como el must-have comfy que atraviesa generaciones.
at redacción Marie Claire
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