Monday 15 de December de 2025

LIFESTYLE | 21-04-2025 08:02

Mercedes Larreta: descubrí el universo creativo de esta artista plástica

Aunque pintó toda su vida, recién se animó a llamarse artista tras su primera exposición. Un Recorrido por su historia desde la intimidad de su atelier en Palermo Chico.

Es fácil perderse en sus obras. Imágenes de perros, árboles, caballos, extensiones de campo y abrazos simbólicos y no tanto a la naturaleza. También algunas creaciones más abstractas, como vórtices que invitan a dejarse llevar. En todas impera el color y la profundidad, no hay espacio para el blanco. Es que lo de Mercedes Larreta es puro compromiso con su arte. Lo fue desde siempre, desde que asistía a talleres como el de Eduardo Audivert o Guillermo Roux por el puro placer de pintar, y también cuando en 2020 se animó por primera vez a mostrar sus obras más allá de su círculo íntimo.


Sumamente prolífica y con material desplegado tanto en su casa y atelier en Palermo Chico como en su campo, empezó a ponerle orden a partir de la guía de Juliana Ganuza, con quien realizó un trabajo de archivo de sus pinturas y dibujos, pero también de sus muchos escritos y poesías. De allí surgió primero la idea de hacer un libro que reuniera ambas disciplinas (con texto de Pablo Gianera, quien hizo la selección de los poemas, y de Diana Flatto, curadora americana). Más tarde y como paso lógico llegaron las exposiciones: en 2023 en el consulado argentino en Nueva York y en 2024 en dos ocasiones en Buenos Aires. “Fue como una revolución, nunca consideré mostrar porque soy muy tímida, y también porque pensaba que no me iba a ir bien”, confiesa.

Mercedes Larreta
Con Almendrita, la salchicha mini de su hija menor, Aixa, una de las compañeras en sus jornadas decreación.

-A partir de organizar la obra, ¿encontraste un patrón común en tu trabajo?
-La pandemia me hizo pintar mucho, y lo primero que hice fue un chiquito abrazado a un árbol. Tenía una gran necesidad de naturaleza y contacto humano. Y me fui dando cuenta de que esa es una de las cosas que me importan. Pero no por hacer un paisaje, sino por algo que me conmovió. Algo que me involucre como ser humano. Me interesa el vínculo del humano con los animales. Me interesan los perros, a los que amo y que me han acompañado toda la vida. Aunque nunca tuve galgos, me encanta dibujarlos y pintarlos. Me gusta el agua en movimiento, los remolinos, donde lo figurativo se vuelve abstracto. Los árboles, los ríos, la figura humana, el tema del abrazo, la ternura, el contacto. El camino que recorro tiene que ver con trabajar con honestidad, respetando mis afectos y sensibilidad.

Mercedes Larreta
“Cuando termino una obra lo sé porque siento que ya no forma parte de mí”.


¿Cómo es tu proceso creativo?
Me inspiro mucho en la ruta, en el auto. Escribo cuando maneja mi marido, hay algo de la luz y el movimiento. Tengo el celular a mano y escribo unas líneas, que quedan como una especie de archivo en mi cabeza.
¿Cuánto podés tardar en hacer una obra?
Hay veces en las que tardo tres horas, puedo hacerlas a una gran velocidad. Una persona vino hace un tiempo a ver mi obra al taller y me dijo “qué rápido pintás”, ¡y me sentí descubierta! Pero en otras ocasiones puedo tardar dos o tres días. Y no se trata del tamaño, sino de los fondos. Porque muy rara vez pinto sobre blanco, los fondos los hago con acrílico y me dan un trabajo chino. Hago un gesto que es casi como una coreografía.
-¿Cómo sabés cuando está terminado?
-Lo sabe el cuadro. Cuando se terminó, es como que ya no forma parte de mí.
-Entonces te debe ser fácil el proceso de venta…
No, en algunos casos me cuesta desprenderme. Hay obras que no voy a vender nunca. Los retratos de mis perros, por ejemplo.

Mercedes Larreta
Me inspiro mucho en la ruta, en el auto. Escribo cuando maneja mi marido, hay algo de la luz y el movimiento.


-¿Qué te pasó con las primeras exposiciones y el feedback de la gente?
-Pensé que iba a estar torturada y nerviosísima, pero me pareció increíble. Lo disfruté mucho. Me encantó esta última exposición porque hubo talleres, se mezcló la danza con los poemas, se hizo algo creativo casi de happening. Además, en mi obra también hay una cosa gestual como de danza y de ritmo. Me gusta el movimiento.
-¿Dónde pintás?
-En mi atelier en casa, y estoy bastante tiempo ahí metida. Me acompaña Flowy, un corgi, y a veces tamién Almendrita, la salchicha de mi hija Aixa. Uno piensa que pintar es solo el momento de estar ahí delante del cuadro, pero también hay una cocina interna. El pensar por dónde ir, y que la paleta nunca sea lo que pensás que va a ser. Jamás he logrado pintar algo del color que quería. Y está bien también.
-En ese sentido, ¿te drena? ¿Te exige mucho?
-No, no me cansa. Al revés, me da una energía increíble. Lo mismo me pasa con la escritura, es un proceso parecido. En ambos me gusta eso que siento cuando estoy creando. Es una cosa que traigo desde muy chica, como una excitación que tenés que manejar, que tenés que llevar con el lápiz y el color. Es mágico y es lo que me nutre como ser humano. De chica, en el campo teníamos un arenero grande, y ahí adentro pasaba todo, era un universo. Hacer casitas, animales, historias. El arenero lo tiene uno en el alma y continúa por el resto de la vida.
¿Qué soñás para tu arte?
No hay un gran sueño desarrollado, es un día a día. Lo que más me seduce es poder seguir haciendo lo que me gusta desde mi casa. Mi marido trabaja en el cuarto de al lado, vienen mis hijos, estoy con los perros. Y los fines de semana no me llevo ni un pomo al campo, me dedico a estar en un estado de observación, recibiendo todo lo que después se traduce al arte.
-¿Dirías que comenzar a mostrar tu obra te profesionalizó?
-Sí. Si ahora me preguntan qué soy, finalmente digo “artista”.

at Vicky Guazzone di Passalacqua

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