Ícono de la cultura visual y escénica, Renata Schussheim desafía las etiquetas con un universo artístico enigmático donde el misterio y la interpretación personal son protagonistas. Su obra, que abarca desde el arte plástico y la ilustración hasta el diseño de vestuario teatral y musical, se enriquece con colaboraciones memorables junto a grandes artistas como Charly García. En esta entrevista, comparte además su entusiasmo por participar en Arte Pequeño Formato en el Museo de Arquitectura y Diseño, a fin de mes, en un espacio que celebra la accesibilidad y la cercanía del arte.

Sos un ícono de la cultura visual y escénica, ¿cómo definirías el universo Renata Schussheim, y cómo describirías tu estilo y sus simbolismos?
- Definirme nunca me resultó fácil, quizás porque no me siento cómoda con las etiquetas. Me interesa explorar distintos lenguajes y disciplinas, y eso hace que mi trabajo sea diverso, cambiante. En cuanto a mis simbolismos, son intencionalmente enigmáticos; incluso yo misma a veces no los descifro del todo, y no sé si quiero hacerlo. Tiene que ver más lo misterioso, lo ancestral, lo que deja espacio a la interpretación.
- Lo que más me motiva es que quien contempla una obra pueda proyectarse en ella, encontrar significados propios, únicos. Para mí, el arte funciona como un espejo: no dice una sola cosa, sino que rebota emociones, pensamientos, memorias; toca algo muy personal en quien la mira, y lo hace sin imponer una lectura única. Me interesa provocar esa conexión íntima, que cada persona se construya su propia película frente a lo que ve.
Tu obra abarca desde el arte plástico hasta el vestuario teatral y la ilustración. ¿Cómo lográs integrar estas disciplinas sin perder tu esencia artística? ¿Y con qué disciplina te identificás más?
- Me resulta muy difícil elegir una sola disciplina porque realmente disfruto de todas las que practico. Cada una me aporta algo distinto y me permite expresarme de maneras únicas. No tengo una favorita: cada una tiene su tiempo, su intensidad y su rol en mi proceso creativo. Valoro mucho esa diversidad, porque me da libertad para explorar.
A raíz de la multiplicidad de producciones en las que trabajaste, ¿qué diferencias encontrás entre diseñar vestuarios para teatro y para conciertos?
- En el diseño escénico, cada disciplina tiene sus particularidades. No es lo mismo diseñar para una ópera que para el ballet. El ballet implica movimiento, liviandad, una conexión directa con el cuerpo en acción. En cambio, la ópera tiene una presencia más estática, y eso permite jugar con otros volúmenes, materiales y dinámicas, sobre todo considerando el protagonismo de la voz.
- Yo me formé en el mundo de la danza, y eso influyó profundamente en mi forma de diseñar e ilustrar. Pasé muchas horas observando ensayos, y de ahí aprendí a entender cómo se mueve el cuerpo. Esa experiencia fue clave, no solo para diseñar, sino también para desarrollar mi mirada.
- Aunque cada disciplina tiene su lenguaje, el proceso de trabajo suele ser similar: parte del dibujo, continúa con la producción del vestuario, la supervisión, las pruebas y ajustes, hasta llegar al estreno.

Una de tus colaboraciones más emblemáticas fue con Charly García, ¿cómo surgió esta alianza y qué aprendiste de trabajar con él?
- Con Charly todo comenzó por una admiración mutua y por el enamoramiento del trabajo que uno hacía del otro. Yo estaba profundamente impactada por su música desde la primera vez que lo escuché. Me dio vuelta la cabeza; me pareció un artista extraordinario. Fue él quien me propuso trabajar en Bicicleta, algo que jamás me hubiese imaginado. Este proyecto marcó el inicio de una tercera etapa en mi carrera, vinculada a pensar puestas más integrales, más globales.
- Nuestra relación es muy fluida, casi fraternal. Nos entendemos como compañeros, como hermanos artísticos, y eso genera una confianza que potencia el trabajo. He tenido la suerte de vivir experiencias similares con otros artistas, como Jean Francois Casanovas y Oscar Araiz. Son encuentros muy valiosos, donde surgen alianzas que trascienden lo profesional.
- Me interesa mucho generar puentes entre personas que, desde mi intuición, deberían conocerse y trabajar juntas. Armar proyectos desde ese lugar de afinidad artística y humana es algo que disfruto profundamente. Y siento que es un privilegio que no todos tienen.
¿Qué proyectos futuros y qué nuevos desafíos te gustaría explorar?
- Actualmente estoy muy involucrada en un proyecto editorial que me entusiasma mucho. Estoy trabajando en un libro de figurines junto con Ampersand y Eudeba. La selección del material fue un verdadero desafío porque tengo muchísima producción acumulada, y hacer una curaduría fue todo un proceso.
- Aunque este libro todavía está en desarrollo, ya tengo en mente un próximo proyecto editorial. Como es muy reciente, prefiero no adelantar nada por el momento. Siempre pienso en los libros desde lo visual. Adoro el proceso que implica su creación.

Vas a participar de Arte en Pequeño Formato, ¿qué te entusiasma de esta experiencia compartida con otros artistas? ¿Cómo fue el proceso de selección de las obras que formarán parte de tu espacio y cuál es tu expectativa o qué puede esperar el público al recorrerlo?
- Mi obra está muy vinculada al formato pequeño; de hecho, es una característica que define gran parte de mi trabajo. Casi no trabajo en formatos grandes, que sé que suelen ser más valorados en el mercado. Me atrae especialmente lo pequeño y minucioso, porque me permite un nivel de detalle y delicadeza que disfruto mucho.
- Agradezco enormemente el homenaje y la oportunidad de participar en Arte Pequeño Formato en el Museo de Arquitectura y Diseño del 27 al 29 de junio. Me encanta exponer en grupos y ya he tenido esa experiencia, como cuando presenté La Sirena en Recoleta. Para mí, el trabajo en equipo es fundamental y estoy muy entusiasmada con este proyecto.
- Además, la idea de un formato pequeño y accesible me parece muy valiosa, porque promueve un arte más participativo y cercano, algo que considero esencial. Tengo toda la selección lista y creo que será una gran experiencia tanto para mí como para quienes lo disfruten.
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