Amistad: El problema de idealizar lo que no es
La amistad es una de las mejores cosas de la vida, pero muchas veces lo que confundimos con amistad termina por decepcionarnos.
Las amistades de cierta forma es parte de quienes somos, de nuestros gustos, nos influye y también influimos en el otro. Y estar con las personas correctas es fundamental, no sólo porque los amigos son quienes te apoyan y están con vos toda la vida sino porque también son parte de tu personalidad.
Se supone que una buena amistad nos “va a guiar por el buen camino”, y nos van a ayudar a ser la mejor versión de nosotros pero si estamos con la persona equivocada nos vamos a perder a nosotros mismos en una relación bastante tóxica.
Seguramente más de una persona pasó por eso y se preguntaran porque estuvieron tanto tiempo al lado de alguien que no les aportaba cosas positivas, la realidad es que esas personas son muy hábiles a la hora de ocultar sus malos tratos.
En parte es nuestra culpa porque idealizamos lo que no es, y esperamos que esa persona actúe como jamás lo va a hacer. Esta idea de amistad logra modificar nuestra autoestima, te hace tener una bondad tóxica porque aguantas cosas que no deberías, te hace terminar teniendo la culpa de todo. Y sobre todo te hace tener miedo a abandonarlo, por lo que dejas pasar las cosas malas “porque hace mucho que son amigos”.
Y aunque parezca algo super difícil de superar lo principal es reconocer que está ahí, que existe y que te afecta emocionalmente y mentalmente, y luego debes poner límites, que estás dispuesto a soportar y que no. Otra cosa importante es ser resistente emocionalmente, seguro va a hacerte sentir mal por alejarte, y te va a tratar de convencer de que todo ese daño que te hace está en tu cabeza “por que son personas distintas que actúan diferente” y girarlo todo en tu contra, pero hay que resistir. Tomaste la decisión de alejarte y es lo correcto.
Cuando enfrentes a tu amistad tóxica no será capaz de darte revancha porque es consciente de que tenés razón aunque nunca vaya a aceptarlo. Pero tal vez también le sirva para replantearse muchas cosas a futuro.
No es fácil salir de nuestra zona de confort, pero a veces es necesario dejar ir, para poder darle la bienvenida a lo que nos merecemos de verdad. Obvio que da miedo pero es un paso hacia la madurez.
ML
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