Somos una: seis mujeres negras unidas por el compromiso, la inclusión y la resistencia
Seis mujeres negras comparten sus vivencias en Argentina. Historias de vida marcadas por el amor, la resistencia y el compromiso con la inclusión. Un llamado a reflexionar sobre nuestras diferencias, abrazarlas y construir una sociedad más empática y justa.
En diciembre, para celebrarnos a todas elegimos a seis mujeres que representan la lucha, el compormiso y la resistencia. Tienen diferentes orígenes, algunas son marrones descendientes de pueblos originarios, otras afroargentinas y otras inmigrantes y configuran lo que es la sociedad argentina actual.
Dandara
Con solo 21 años Dandara es la definición de una artista 360.
Cantante, actriz, cultora de las danzas urbanas, siente además una pasión irrefrenable por la moda y la vuelca en su propio estilo porque además es modelo. Debajo de la palabra multifacética seguramente está la foto de Dandára.
Se formó en la carrera de Artes Escénicas, en 2022 participó de La Voz Argentina y la rompió. Llegó a octavos de final, cantó para todo un Movistar Arena y confirmó su pasión.
En 2023 lanzó su primer sencillo Phone plantando la bandera del R&B en su camino y lanzó su primer EP Feelings donde siguió con su sonido R&B/Hiphop e incorporó el Afrobeat, estilo que sintió propio desde chica. Este año sacó diversos singles, varios en colaboración con artistas mujeres nacionales e internacionales.
¿Querés más? Realizó una campaña junto a Adidas Originals y estuvo en el festival EQUAL de Spotify. Dandára es inagotable.
-¿Desde el arte se puede combatir prejuicios?
-Sí, creo que es una de las formas más hermosas y heroicas para desafiar estereotipos, ampliar mentes, fomentar y dar lugar a la empatía. El arte ha derrumbado muchas cosas en mí que tenía establecidas; quizás por mandatos sociales o desconocimiento. Te diría que el arte es mi escuela…¡nunca me fue bien en la tradicional! (risas).
“El arte es más que un disfrute, es un grito de expresión, es sanación, es unión. Hago todo por y para eso, ojalá que esa sea la huella que deje en este mundo”.
-¿Cuales son los referentes que cambiaron tu modo de ver el mundo?
-Ver y escuchar a artistas como Erykah Badu, Aretha, Nina Simone, Rihanna, Jorja Smitho y Alicia Keys me hicieron ver que tengo un lugar en donde apoyarme como mujer, artista, afrodescendiente, comunicadora y humana. El arte es más que un disfrute, es un grito de expresión, es sanación, es unión. Hago todo por y para eso, ojalá que esa sea la huella que deje en este mundo.
-Siempre se dice que en Argentina no hay gente negra, cosa que no es real. El ámbito musical es muy diverso en todo el mundo, ¿acá es igual o hay racismo?
-Creo que hay muy poca información en cuanto a la comunidad negra en Argentina y a su historia. De hecho, después de mucho tiempo investigando, entendí y aprendí el por qué “no hay tanta gente negra en Argentina”. En el día a día están normalizados los “mini” comentarios racistas, pero también me parece que surgen sobre todo de la falta de visibilidad, la escasa información sobre la cultura afroargentina y lo importante que es para nuestro país. En cuanto a lo musical, mi experiencia siempre fue muy buena, he recibido un montón de apoyo, formo parte de un círculo hermoso con personas muy alejadas del racismo y que aman esta música.
JESY BÁEZ
Es hija de Enrique Baez e Irma Portillo, orgullosa de ser la segunda generación de peluqueros por parte de su padre. “Llevo en mí la fortaleza y raíces de la cuarta generación de una abuela afrodescendiente del sur de Brasil”, dice emocionada.
Es madre de Bastien, fruto de su unión con Romeo Kede, africano de Camerún, con quien mantiene un amor y respeto profundos a pesar de estar separados. Con esa misma entrega, se dedica a su vocación, es una reconocida profesional, empresaria, y dueña de Estudio Baez, su proyecto y legado. La perseverancia y el amor propio son sus banderas.
-Durante mucho tiempo se consideró que una mujer negra o marrón para ser considerada bella debía alisarse el pelo o teñirse de rubia, adaptándose al canon caucásico. ¿El pelo es una declaración de principios?
-Sí y una expresión de la identidad. Trato de enfocarme y enseñar que el cabello lo llevan tal cual es, ya sea que tengas canas rulos o cabello liso. Respetar lo natural sin estar pendientes de los estándares de belleza europeos que dictan el cabello lacio y claro como la norma. Soy Embajadora de authenticbeautyconcept.arg, un colectivo que que se apoya en otra belleza ligada a la naturalidad y a la autoestima. El cabello natural, rizado o liso representa algo profundamente personal es una afirmación de orgullo de herencia y resistencia
En Argentina se producen muchos tutoriales y videos de maquillaje, pero casi ninguno está enfocado en pieles que no sean blancas.
-¿Cuál es el aporte de tu trabajo a la diversidad real?
-Mi aporte es la creación de un espacio inclusivo donde todas las pieles, texturas de cabello y estilos sean celebrados. Mi foco está puesto en ofrecer soluciones y recomendaciones adaptadas a todos los tonos de piel y texturas de cabello, dar visibilidad a esa belleza tan valiosa y única donde la diversidad no sea solo un slogan sino un modo de vida.
“En Argentina se producen muchos tutoriales y videos de maquillaje, pero casi ninguno está enfocado en pieles que no sean blancas”.
-En algunos ámbitos se disfraza el racismo con adjetivos tales como exótico o inclusivo. ¿Cómo lo vivís desde tu oficio?
-Desde mi profesión, soy consciente de cómo estos términos pueden afectar, especialmente cuando se habla de la belleza de las personas negras y marrones. A lo largo de los años, he vivido el proceso de ser etiquetada y reducida a un concepto de belleza que no necesariamente refleja mi autenticidad, sino más bien una idea de lo que los demás consideran “interesante” o “diferente”. Esto se ve en la industria de la moda, el maquillaje y la peluquería, donde en ocasiones el objetivo no es valorar la individualidad, sino crear una tendencia.
DAYANA BERMÚDEZ CORTÉS
¿El cine puede cambiarte la vida? Seguramente Dayana Bermúdez Cortés diría que sí desde que conoció a un argentino en el Festival de Cine Independiente de Bogotá. Se enamoraron y esa pasión llegó con una certeza: “Lo tomé como una señal, era Argentina, era actuar, era él” y se vino para Buenos Aires.
Cuando a los 12 años debutó actuando y bailando en la compañía Vuelta Canela en Pereira (su pueblo natal) nunca imaginó que completaría su formación en la mítica sala Timbre 4 dirigida por Claudio Tolcachir y en la Escuela del quien fuera el gran maestro del teatro argentino, Agustín Alezzo.
Su carrera profesional incluye su participación en la obra Muchacho de Lun dirigida por Oscar Barney Finn, La Madre de La Patria dirigida por Lorena Romanin, y su protágonico en la película El Exilio Del Mar. Este año cumplió un sueño, participó en la aplaudida puesta en escena de la ópera Aurora en el Teatro Colón. Actualmente está ensayando su primer unipersonal El Grito Sagrado que se estrenará en abril. Conozcan a Dayana y sepan cómo es ser una actriz negra en Argentina.
-¿El prejuicio racial estuvo presente durante tu formación como actriz y tu inserción en el medio?
-El prejuicio racial está muy instalado en todos los ámbitos, yo no lo sufrí en mi etapa de formación profesional porque me encontré con profesores que tienen una amplitud de ideas que iban más allá de mi etnicidad. En mi etapa de formación nunca me sentí encasillada en algún personaje, por eso creo que como actriz tengo las mismas herramientas que cualquiera. No es fácil insertarse en la profesión y trabajar, nos pasa a todos. Para darme a conocer he producido mis propios proyectos, actuar y así romper con el prejuicio de la primera impresión, porque eso pasa.
“Este es un país donde la gente negra recién está siendo visualizada y de a poco vamos ganando nuestros espacios”.
-Hablemos de hacer casting. ¿Sentís que es difícil salir del estereotipo en los roles para actrices negras?Por ejemplo, que siempre los papeles sean para interpretar personas extranjeras...
-En un país donde la gente negra recién está siendo visualizada y de a poco vamos ganando nuestros espacios, la actuación no es la excepción pero con la llegada de las plataformas y las producciones que se hacen en la región para todo el mundo hoy hay más oportunidades para las disidencias aunque para los roles principales el caucásico lleva siempre las de ganar.
FLOR ALVARADO
Es artista visual y activista en el colectivo antirracista Identidad Marrón. Está terminando mis estudios en la Licenciatura en Artes Visuales en la UNA, siempre supo que quería ser artista y lo logró gracias al apoyo incondicional tanto de su familia como de la educación pública. Dice Flor: “Soy marrona, mujer e hija de padres migrantes. El Colectivo Identidad Marrón es una construcción de muchos y muchas activistas de orígenes populares que se armaron desde los márgenes y aún crearon espacios, porque la respuesta real al racismo estructural transcurre cuando se abren puertas a otros”.
-En la Marcha del Orgullo llevaste un cartel que decía “Lo queer no te quita lo racista”. Hay una percepción de que en los movimientos todos somos seres de luz, pasa mucho dentro del feminismo. ¿Hay racismo en el colectivo LGBTIQ+?
-El racismo atraviesa a toda la sociedad, y los colectivos no son una excepción. Aunque tanto el movimiento LGTBIQ+ como el feminismo tienen una fuerte vocación por la igualdad y la justicia, no están exentos de reproducir dinámicas racistas. Los cuerpos marrones sirven para llenar marchas, sostener banderas, para representar la tristeza y la marginalidad, para las fotos cuando nos usan como musas, mientras otros lavan sus culpas con nuestras historias, pero se nos cuestiona cuando llegamos (si es que llegamos) a los lugares de poder o toma de decisiones.
Las problemáticas de una mujer marrona de clase popular no son las mismas que las de una mujer blanca clase media ¿Cómo hablar de un feminismo o de un colectivo LGBTIQ+ que represente a todos, todas y todes si puertas adentro todavía hay debates que aún hoy son tabú?
“El racismo atraviesa a toda la sociedad, y los colectivos no son una excepción. Aunque tanto el movimiento LGBTIQ+ como el feminismo tienen una fuerte vocación por la igualdad y la justicia, no están exentos de reproducir dinámicas racistas”.
-¿Percibís que hay una reivindicación orgullosa genuina de la identidad marrón?
-En los últimos años ha habido una mayor visibilidad de la identidad marrón pero es un proceso que aún enfrenta resistencias en un país como Argentina que evita el debate sobre la cuestión étnica. Si ponés “marrón” en X vas a encontrar mucho material en torno al término que, obviamente, tiene una connotación negativa. Marrón es el pobre, el villero, el indio, el boliviano, el migrante, en definitiva, es aquello que remite a un origen etnico, racial y un estrato social-económico. No es que ahora somos más racistas que antes, sino que quizás este concepto nos ayuda a poner en la mesa de manera explícita el problema. Vivimos un momento histórico global en el que los discursos de odio han cobrado mucha fuerza. En Argentina, estos sectores comprenden la importancia del arte y la cultura y por esto hay un intento de desmantelamiento. Para mí el arte es una puerta, un espacio en el que puedo expresarme sin tutelaje. Soy yo, Flor, contando mi historia. Sin intermediarios, sin ser la musa de nadie, sin un tutor que dicte qué debo decir o cómo debo mostrarme.
Dina Choquetarqui
Hay presentaciones que necesitan ser dichas en primera persona y esta es una de ellas. “Mi nombre es Dina Choquetarqui, soy una villera marrona de Villa Soldati y estudio Sociología en la UBA. De chiquita, escribí un cuento que fue publicado por mi escuela. A los 18 años, me encontré con el feminismo y la militancia villera, y a partir de ahí encontré respuestas que resonaron con mi visión del mundo”.
-Existe la ilusión de que venimos de los barcos. ¿Cómo ves a esta sociedad que niega sus orígenes?
-Una sociedad que niega sus orígenes es más fácil de fracturar. Entiendo que el discurso hegemónico no nos incluye en sus narrativas, y esto tiene consecuencias hasta el día de hoy en las experiencias de quienes no formamos parte de ese imaginario.
La conformación de la nación en su momento, con la inmigración europea y la consolidación del Estado argentino, condujo a masacres como la mal llamada Conquista del Desierto. Aunque el racismo no llevó al exterminio de pueblos, configuró nuestro presente. Si observamos a nuestro alrededor, vemos que los trabajos que nadie quiere realizar terminan siendo llevados a cabo por personas racializadas, que cargan con condiciones laborales precarias y mal remuneradas. La idea de que los argentinos “bajaron de los barcos” nos borra del mapa a todos los que somos inmigrantes, hijos de inmigrantes, conurbanos, provincianos y pueblos originarios.
-Formás parte del colectivo Escritores Villeres. ¿Sentís que persiste el prejuicio de que la intelectualidad está reservada para los poderosos, blancos y pudientes?
-Lamentablemente el prejuicio persiste. En el ámbito intelectual, quienes logran una publicación y pueden vivir de ello son personas privilegiadas que han tenido sus necesidades básicas resueltas. No obstante, desde Escritores Villeres tuvimos presente la idea de “arrebatar” ese arte de las clases más altas y con nuestra literatura, hemos querido también visibilizar vivencias desde las villas. Desde el colectivo enfrentamos otros desafíos cotidianos, como llegar a fin de mes, y eso no nos permite filosofar o repensarnos libremente sobre la vida y nuestras experiencias.
“Se hace uso de nuestra marginalidad, es parte del fetichismo de la marginalidad: nos llaman para cumplir estereotipos. Pero hay mucho por cambiar para que nuestras voces sean realmente tomadas en cuenta”.
-¿La inclusión es un espejismo?
-A veces, esa inclusión que mencionan sobre nuestra participación en espacios artísticos suele estar cargada de una funcionalidad que, en realidad, no cambia en absoluto las estructuras que criticamos y buscamos transformar. Incluso se hace uso de nuestra marginalidad, es parte del fetichismo de la marginalidad: nos llaman para cumplir estereotipos. Pero hay mucho por cambiar para que nuestras voces sean realmente tomadas en cuenta.
Marioska
Cuenta que de chiquita en su República Dominicana natal era muy tímida pero cuesta imaginar escondida a esta fuerza de la naturaleza llamada Mariosca Fabián Núñez, modelo y actriz.
Cambió la C por la K y nació su nombre artístico, Marioska, cuando comenzó a participar en publicidades, donde descubrió que su vocación no era solo el modelaje sino también la actuación.
Se formó en la escuela de teatro Buenos Aires. Hace poco pudimos verla en la serie Privier y en 2025 estrenará algo que nos adelanta entusiasmada: “Tuve el honor de participar en mi primera película, La Muerte de un comediante, codirigida por Javier Beltramino y Diego Peretti que también es el protagonista”. ¿Cómo no estar orgullosa con semejante logro?
-¿Sentís que bajo su aparente capa de frivolidad la moda es un medio importante para derribar estereotipos?
-Definitivamente, siento que la moda, aunque a veces es percibida como frívola, tiene un enorme poder. Es un lenguaje visual que puede desafiar las normas establecidas y abrir puertas hacia nuevas formas de expresión y aceptación. En mi experiencia como modelo, he visto cómo romper con los cánones tradicionales de belleza permite que más personas se sientan representadas y valoradas. Para mí, la moda no es solo estética; es una herramienta transformadora que puede generar cambios sociales profundos.
-En los últimos años se habla mucho de abrazar la diversidad, ¿cuánto de realidad y cuánto de ilusión sobre ese tema cuando sos una persona de raza negra en Argentina?
-Se ha avanzado mucho en cuanto a la diversidad pero fue gracias a que los activismos visibilizan una hegemonía que no refleja a la sociedad. La moda desde sus inicios ha tenido muchas limitaciones para las personas que no encajan en los parámetros establecidos y estaríamos mintiendo si negáramos que hoy sigue pasando. Por eso es saludable que sigamos cuestionando a las grandes marcas para lograr un cambio real.
-¿Sentís que una actriz negra tiene las mismas posibilidades de conseguir un rol importante que una actriz blanca?
-Me gustaría decir que sí, pero las producciones que tienen personajes negros aquí son pocas generalmente está repletas de clichés. En Argentina se ha invisibilizado a las personas negras y marrones construyendo un estereotipo de sociedad blanca, hasta que no se derribe ese mito es imposible ver a una persona negra en Argentina ocupando roles protagónicos.Me hubiera gustado cuando niña crecer viendo a personas como yo ocupando espacios importantes, no solo en la moda, en la tele, en la política, porque estamos aquí, existimos y somos parte.
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