Así es la nueva longevidad: cuerpo, mente y alma en equilibrio

Una pausa. Pero no cualquier pausa: una pausa consciente que, muy probablemente, transforme tu forma de vivir. En un entorno privilegiado, con técnicas de wellness milenarias, tratamientos de salud regenerativa enfocados en la nueva longevidad y una alimentación macrobiótica como base, SHA —ubicada en Costa Mujeres, México— redefine el concepto de bienestar. Su sede central está en Alicante, España, con más de 15 años de trayectoria, y este año abrirá una nueva filial en Emiratos Árabes.

El método SHA se basa en nueve pilares fundamentales: nutrición saludable, salud holística, medicina preventiva y envejecimiento saludable, estética avanzada, estimulación cognitiva, salud emocional, bienestar, equilibrio interior y rendimiento físico. La combinación personalizada de estas áreas busca generar una transformación real del cuerpo y la mente, incorporando hábitos sostenibles que perduren en el tiempo.

En primera persona

Alfredo Bataller, fundador de SHA, atravesó un problema digestivo que derivó en un diagnóstico médico preocupante. En su búsqueda de respuestas, conoció a un profesional especializado en medicina regenerativa y nutrición, con quien comenzó a tratarse y a alimentarse según los principios de la macrobiótica. En pocas semanas, sus síntomas desaparecieron. Sin buscarlo, había encontrado la clave de su bienestar y decidió compartirla. Conversó con su familia y juntos crearon un espacio para ayudar a otras personas a acercarse a una vida más saludable. De allí nació el método SHA, diseñado para lograr resultados visibles en poco tiempo, a partir de una combinación inteligente de disciplinas científicas y naturales. 

El método combina tratamientos avanzados de medicina científica con terapias naturales, centrado especialmente en la nutrición altamente terapéutica. 

El programa adecuado 

SHA ofrece distintas alternativas según las necesidades de cada huésped, que integran áreas como nutrición saludable, medicina holística, estimulación cognitiva, diagnóstico preventivo, equilibrio emocional, rendimiento físico y aprendizaje de hábitos sostenibles. Todos los programas tienen una duración mínima de cuatro días. 

El recorrido comienza con una evaluación médica de alta tecnología: se analiza, entre otras cosas, la composición corporal, el peso, el nivel de grasa muscular, la función cognitiva, el estrés y parámetros bioquímicos, además de realizar análisis de sangre. Con esos datos, un equipo médico diseña un plan de actividades y tratamientos personalizados para la estadía.

Entre los tratamientos más destacados se incluyen: estimulación eléctrica transcraneal (para activar funciones cerebrales), ozonoterapia intravenosa (de efecto antiinflamatorio y antioxidante), cura hidroenergética detox (para eliminar toxinas y mejorar la circulación sanguínea), fotobiomodulación intestinal y vagal (mejora el proceso digestivo), terapia de frío (se realiza con una máquina de alta tecnología), shot de sueroterapia NAD, consulta de medicina revitalizante, masajes orientales como shiatsu y acupuntura, entre otros.

El fine dining se une con la alimentación saludable de forma perfecta.

Nutrición de excelencia

Una de las primeras entrevistas que recibe el huésped al llegar es con un nutricionista, quien define el plan alimenticio según objetivos específicos. La alimentación saludable y el fine dining conviven en armonía. Cada plato —basado en frutas, verduras orgánicas, legumbres y pescados— es un despliegue de sabor, color, nutrición y estética, con una presentación digna de un restaurante con estrella Michelin. Existen tres menús posibles: Kushi, el más restrictivo, ideal para perder peso; Biolight, que permite incluir postres y pescados y SHA, que suma toques gourmet sin perder el enfoque terapéutico. Para los que gusten existe la posibilidad de tomar una clase de cocina con los expertos para aprender los pasos básicos para seguir adelante con este tipo de nutrición al regresar a sus casas. 

Un entorno que cura

Las locaciones de SHA no son elegidas al azar. El entorno es considerado parte del proceso de sanación. En este caso, el complejo se ubica en Costa Mujeres, a solo media hora de Cancún, entre el mar Caribe y los manglares de Quintana Roo.

El edificio blanco, con forma de genoma humano, fue diseñado para integrarse de manera orgánica al paisaje. Cuenta con jardines tropicales, materiales naturales, energía renovable y un diseño sustentable que minimiza el impacto ambiental.

Tiene 100 habitaciones y 35 residencias, además de dos piscinas (una de ellas infinita con vista al mar), gimnasio, salas de meditación y yoga, un spa con salas de sauna, camas de piedra calientes y duchas escocesas con vista a los manglares y, por supuesto, todos los consultorios médicos necesarios para los tratamientos.