(Sergio Bianchi)
Foto: Sergio Bianchi
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Protectores solares: todo lo que hay que saber de cara al próximo verano
Frente a la tendencia viral que prioriza lo natural y el no uso de filtros solares, las instituciones médicas y profesionales defienden con argumentos firmes los cosméticos que cuidan nuestra piel.
Mientras en los cuarteles tiktokers se libra un movimiento anti protector solar que reúne millones de fanáticos, la comunidad científica enloquece. Hashtags como #NoSunscreen o #DitchTheSPF hoy acumulan más de 12 millones de visualizaciones, las búsquedas en Google como: “¿el protector solar causa cáncer?” aumentaron más del 160% en el último mes. Y publicaciones virales con la frase “sunscreen is toxic” ya circulan en más de 50 mil videos. El fenómeno no es aislado: se trata de microinfluencers, gurús de wellness y hasta algunas celebridades que promueven la idea de que estos productos son más dañinos que el sol.
¿El argumento? El claim principal se centra en que los filtros “químicos” contienen nanopartículas con potenciales tóxicos para el organismo y el medioambiente. Recordemos que los filtros solares físicos (también llamados inorgánicos o minerales) reflejan y dispersan la radiación como si fueran una barrera de espejos, mientras que los “polémicos” filtros químicos transforman la energía UV en una pequeña cantidad de calor inofensiva para la epidermis y luego la liberan. Es decir, los primeros se quedan sobre la superficie cutánea en modo escudo, mientras que los otros actúan desde el interior: por eso es que no hace falta esperar una media hora antes de la exposición al sol. En cambio, con los filtros químicos, sí hay que aguardar hasta que se absorban.
“El 80 % del daño de los ultravioletas se produce antes de los 18 años y el riesgo de melanoma aumenta significativamente con quemaduras en esas etapas”.
Principales funciones
Los filtros físicos se formulan principalmente con óxido de zinc y dióxido de titanio, dos compuestos estables, fotoprotectores y muy bien tolerados incluso en los casos de sensibilidad. Los de origen químico están desarrollados con moléculas como oxibenzona y octinoxato: y son las que encienden las alarmas del movimiento anti-sunscreen. ¿Por qué estos activos tienen tan mala reputación? Se los acusa de ser “disruptores hormonales”, bloquear la producción natural de vitamina D y también se los responsabiliza de afectar el medioambiente marino. Aunque la evidencia científica no los señala como peligrosos en las concentraciones aprobadas por autoridades regulatorias.
También podemos relajarnos con respecto a la producción de vitamina D, según los informes de la American Academy of Dermatology. La cantidad de radiación que llega a nuestro cuerpo, entre un 2% y un 7% de ultravioletas B, es suficiente para que se genere la producción de esta vitamina, incluso cuando se usa el solar correctamente. ¿A qué se refieren los expertos cuando dicen “correctamente”? La realidad es que los especialistas no se cansan de explicar una y otra vez cómo “cubrir” todo el cuerpo para estar a salvo de los ultravioletas. No por nada el mantra de este año es el de la OMS: “el mejor protector solar es el que vamos a aplicar y volver a aplicar cada vez que sea necesario”. Por otro lado, la exposición necesaria para fabricar vitamina D es mínima. Con exponerse de 10 a 15 minutos, dos o tres veces por semana; alcanza. Siempre y cuando no exista otra patología. Por eso es importante realizar controles clínicos periódicamente.
1. Protector solar 50 (Dermaglós Solar). 2. Fluido para rostro (Avène). 3. Portección solar 30 FPS (Idraet).
4.Super UV 50 FPS (Garnier). 5. Anthelios (La Roche-Posay).
Derribando mitos
¿Qué hay de cierto con respecto a estos filtros como disruptores endocrinos? La oxibenzona y el octinoxato se estudian exhaustivamente en laboratorios en concentraciones muy altas, justamente para comprobar que nuestro organismo está a salvo en las dosis presentes en los productos de venta libre. Además, nuestra absorción sistémica es muy baja y las pruebas no muestran cambios que alteren el sistema hormonal. El consenso científico es que estos componentes son seguros cuando estamos frente a productos que están al día con todas las regulaciones, al igual que sucede con los demás cosméticos y muchísimos más activos que tal vez desconocemos. Los beneficios de protegerse de la radiación UV vencen cualquier argumento en contra. “Cuando los protectores están estrictamente regulados y cumplen con estrictos estándares de seguridad y eficacia antes de ser aprobados para el consumo, son seguros”, informan desde la Skin Cancer Foundation.
Pero ¿por qué surge toda esta confusión? Tengamos en cuenta que estos últimos años tomamos mucha más conciencia de la importancia de resguardarnos de los rayos. Entonces, ¿cuál es la verdad? Si el melanoma está en aumento, ¿podría la crema solar estar provocando más deterioro que beneficios? Los expertos dicen un “no” rotundo e identifican al enemigo con pruebas cuantificables. La exposición crónica a los UVA y UVB sin la escolta de un protector está directamente relacionada con el aumento de cáncer de piel. De hecho, los casos de melanoma ascendieron un 35% en la población joven este año. “Abandonar el uso de solares conlleva riesgos inmediatos: desde quemaduras severas hasta el incremento acumulativo de daño en el ADN celular, que años más tarde se traduce en lesiones graves y un riesgo para la salud”, advierte el último informe de Harvard T. H. Chan School of Public Health. Además, la radiación ultravioleta es la responsable del 90% de los signos visibles de envejecimiento prematuro. Si bien no se puede culpar a las redes del trato que cada persona le dedica a su salud, la cruzada virtual que demoniza a estos productos es preocupante. Se propaga como una epidemia y el sesgo de confirmación crece.
En pleno auge de fake news y teorías conspirativas, nada mejor que la bandera naturalista para rebelarse en contra de esas fórmulas que tantas personas detestan usar. Convengamos que tienen mala reputación. “Pegajosas”, “molestas”, “incómodas si hay sudor”. La nueva generación de productos es high tech y los laboratorios tienen una respuesta positiva a todos estos fastidios. Hoy hablamos de cosméticos tan eficaces como invisibles y reconfortantes. ¿Por qué la movida anti sunscreen continúa? En una era en la que la sobredosis de información es constante, es fácil encontrar un argumento que concuerde con lo que pensamos y confirme que tenemos la razón. Y el relato que banaliza el impacto de la radiación, disfrazado de estilo de vida natural, prolifera mientras el sol hace de las suyas. La OMS estima que cada año se registran más de 1,5 millones de nuevos casos de cáncer cutáneo en el mundo. Y el melanoma, la forma más agresiva, es hoy uno de los cinco de más rápido crecimiento en incidencia global, con más de 132 mil casos en lo que va del año. Una cifra récord.
El relato que banaliza el impacto de la radiación, disfrazado de estilo de vida natural, prolifera mientras el sol hace de las suyas.
Daños y perjuicios
El problema, además, es que los trastornos que ocasiona exponerse sin prevención son acumulativos. Es decir, el estrés oxidativo, la pérdida de colágeno y las alteraciones de pigmentación comienzan desde la infancia y no se detienen. “El 80 % del daño de los ultravioletas se produce antes de los 18 años y el riesgo de melanoma aumenta significativamente con quemaduras en esas etapas”, nos recuerda la Skin Cancer Foundation. Como si fuera poco, también atraviesan nubes y vidrios: o sea, no se puede bajar la guardia ni siquiera los días nublados o en interiores soleados porque la epidermis siempre es vulnerable a la radiación solar. La evidencia científica demuestra que los protectores aprobados, con filtros químicos o minerales, no sólo son seguros sino esenciales para prevenir fotoenvejecimiento, manchas y melanomas; mientras que los postulados virales podrían acelerar estos procesos sin piedad.
“El movimiento anti-sunscreen también se vincula con la obsesión actual por deshacerse de las toxinas (a pesar de que muchas personas no comprenden realmente qué es una toxina) y por la belleza limpia”, comenta la doctora Sophie Shotter, investigadora de la organización inglesa Melanoma Fund. Y agrega que la difusión de propaganda sobre el aumento de cáncer atribuidos a los filtros UV colabora como un elemento clave y perturbador para quienes creen a ciegas lo que afirman los videos de TikTok no verificados en lugar de fuentes confiables. “Estamos en medio de una crisis de desinformación que le puede costar caro a nuestra salud”, afirma la doctora Deborah Sanofi, presidenta de la Skin Cancer Foundation. “El protector solar no causa enfermedades. Todo lo contrario, es una estrategia completa para prevenirlas”, agrega.