Con el clima más amigable y las posibilidades que nos da la “nueva normalidad” de salir un poco más de casa, disfrutar del aire libre y de las reuniones con amigos, es un buen momento para no tirar por la borda los objetivos del plan nutricional que hayas tenido durante el año o para arrancar con una alimentación más consciente.
Te propongo algunas preguntas que pueden servirte de puntapié inicial para realizar elecciones más inteligentes.
-¿Estás optando por lo que te hace bien y lo que de verdad disfrutás o te dejás llevar por el imaginario colectivo que relaciona al verano con un tiempo de excesos?
Para responder vas a tener que trabajar la conciencia plena y cuestionar las pequeñas elecciones que hacés a lo largo del día. Te doy un ejemplo: ¿estás acompañando esa juntada con amigos tomando cerveza porque de verdad sentís que es la mejor bebida para hidratarte en los días de calor o porque después de tantos meses ahora vas a disfrutar todas las salidas con menos culpa? Tener este juego retórico con vos mismo te va a permitir pensar lo más importante: que cada comida es una oportunidad.
-En un momento en que empezamos a retomar las reuniones sociales ¿cómo romper mandatos y alinearte con la meta que te propusiste?
Aunque parezca que nuestro entorno tiene una forma poco consciente de alimentarse, cada vez hay más personas que eligen el camino hacia una mejor nutrición. Los cambios empiezan de a poco: tomar una copa de vino en lugar de alcohol a demanda, evitar el exceso de alimentos procesados, bajar los niveles de carbohidratos. Pero si todos lo hacemos en silencio, creyendo que el resto va en dirección contraria, el cambio global nunca termina de ponerse en marcha. La forma de mantenerte alineado con tu objetivo es, también, ayudar al resto con tu ejemplo. Si salís a comer, podes elegir las comidas que le den el empujoncito que le falta a alguno de tus amigos. Decilo, mostralo, compartilo.
¿Qué me puede ofrecer esta etapa del año para hacer más sólido mi cambio de hábitos?
Siempre teniendo en cuenta la meta que te hayas propuesto, este es un buen momento para aprovechar que el cuerpo precisa menos calorías y muy buena hidratación, lo que permite ingestas más livianas y una reconciliación con ese oro líquido que tantas veces esquivás: el agua. Es el gran aliado para reponer la hidratación del cuerpo constantemente, evitando las bebidas azucaradas y el alcohol en exceso.
La temporada estival es también una muy buena época para incrementar el consumo de frutas, teniendo en cuenta la gran variedad que ofrece esta estación. ¡Dejate tentar por los colores!
Y no menos importante: ahora que podemos ejercitarnos al aire libre, que el calor no sea excusa para disminuir la actividad física. ¡Aprovechá que los días son más largos!
La GRAN oportunidad es poner en marcha todos estos cambios y mentalizarte para replicarlos el resto del año. Porque el verano termina en unos meses, pero estos buenos hábitos pueden durar toda la vida.
Matías Marchetti @matias.marchetti Licenciado en Nutrición, Matricula Nr. 7210
at Matías Marchetti
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