Despedimos un año muy singular. En marzo cuando festejábamos nuestro primer aniversario en Argentina comenzábamos a escuchar las primeras noticias que venían desde Europa sobre el coronavirus. Nunca imaginamos que al poco tiempo íbamos a estar en cuarentena un tiempo tan largo, que no volveríamos a la redacción y que haríamos cada número de Marie Claire desde nuestras casas. Y así fue. La virtualidad rompió ese místico clima de redacción. Las videollamadas se volvieron tan cotidianas como el ruido de los teclados y las pausas para tomar un café en la oficina.
De a poco, términos tan ajenos como covid-19, PCR, aforo, lockdown se colaron en nuestro vocabulario cotidiano y, acá estamos, sin haberlo imaginado si quisiera: editando el último número del año de la revista otra vez desde nuestras casas. Fue y es un momento muy singular, distópico para la humanidad y, a pesar de que la pandemia continúa y tenemos que seguir cuidándonos, sentimos que era importante acompañarlas y acompañarlos como lo hicimos durante estos meses tan duros con una edición que invite a conectarnos con el lado más luminoso de la vida.
Para empezar nuestra producción de tapa la realizamos en uno de los edificios más hermosos de Buenos Aires: la Embajada Francesa. Además, charlamos con dos importantes estrellas mundiales como Shakira y Chris Hemsworth, viajamos a San Martín de los Andes a conocer un proyecto solidario que vincula la discapacidad con la naturaleza y, como siempre, te mostramos lo último en tendencias de moda y belleza. Esta vez con mucho color y algo de brillo para volver a compartir en las próximas Fiestas.
Bienvenidas y bienvenidos a esta pequeña ventana al mundo llamada Marie Claire. Y -a pesar de todo- Célébrons!
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