Testeo animal: Consumo consciente de maquillaje y productos de belleza

Tras la campaña que se hizo viral “Save Ralph”(Salven a Ralph), del conejo de peluche que expone los sufrimientos que pueden padecer los animales al ser testeados con fines cosméticos, el interés por la procedencia de los productos de maquillaje y cuidado personal, se hizo visible en las altas búsquedas de internet, y en cuentas de influencers y celebridades.

Hace varios años organizaciones defensoras de los derechos de los animales como PETA o la ONG Humane Society International, del video de Ralph, se han encargado de educar y concientizar a las personas sobre los procedimientos que se llevan a cabo para elaboración de productos de belleza y cuidado personal.

Las nuevas generaciones han mostrado una fuerte tendencia en el consumo responsable y consciente no solo de productos cosméticos, sino de la moda y alimentos. El internet y las redes sociales han permitido acercar al consumidor a los procesos de elaboración, y conocer de primera mano, información que antes era lejana e inaccesible.

Todas las marcas cosméticas están obligadas a detallar no solo los componentes que lleva cada producto, sino a brindar con transparencia los procesos de elaboración. Para identificar por ejemplo si el maquillaje comprado no ha sido testeado en animales, logos de un conejo con el sello “cruelty free”, un corazón o una huella de perro, suelen aparecer en los detalles de ingredientes.

Países alrededor del mundo han buscado por medio de leyes sancionar este tipo de prácticas. En Latinoamérica, Colombia se convirtió en el primer país de la región en castigar a las compañías que realicen testeo en animales, con multas a las empresas e incentivos para los productores que busquen otro tipo de métodos, la ley colombiana aunque ya fue aprobada en el 2020, solo empezará a regir a partir del 2024. Se espera que al igual que este país, más naciones de la región se sumen a estas iniciativas de protección animal.