Por esta vez, el sol no es el único que va al banco de los acusados. Si bien es la principal fuente de radiación, el daño mayor hoy proviene de smartphones, tablets, computadoras, lámparas LED, televisores de pantalla plana, consolas.
Y como gran parte de la población mundial pasa más tiempo frente a monitores y celulares que al aire libre, es tiempo de tomar medidas. Sobre todo porque los efectos nocivos permanecen hasta tres y cuatro horas después de haberse expuesto a estos dispositivos.
Los millennials son el blanco más vulnerable. La última encuesta que realizó Motorola de manera online en diferentes países, Quiz Phone Life Balance, reveló datos alarmantes: el 70 por ciento de los chicos, de 10 a 19 años, no se desprende de su Smartphone durante 12 horas diarias.
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Y aunque a esa edad no es común que ya se preocupen por el envejecimiento de la piel, el deterioro es acumulativo. Con más razón, teniendo en cuenta que pasan horas en espacios poblados de pantallas: televisor, celular, computadora, consolas.
Lo primero y último que hacen en el día es chequear el teléfono móvil, según un estudio de la firma británica Time To Log Off, especializada en desintoxicación digital.
Estos descubrimientos también se viralizaron y, de a poco, hasta los adolescentes empiezan a tomar conciencia sobre el tema. El National Institutes of Health publicó en su página un informe que explica todos los deterioros a los que estamos expuestos: hiperpigmentación, envejecimiento prematuro, afecciones en la vista, alteración del sueño y del ritmo cardíaco.
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La estrecha longitud lumínica (a 30 cm o menos de distancia) es el verdadero problema. En principio se manifiesta con la aparición temprana de manchas porque desequilibra la producción de melanina.
Y aunque no se perciban enseguida futuros perjuicios, ahí se quedan latentes hasta que la piel empieza a pasar factura.
Cosmética Blue Light
“El daño se puede prevenir pero no es reversible, además es acumulativo. La luz azul desarmoniza los iones y así se acelera la aparición de radicales libres, los peores enemigos de una piel joven”, explica Marta Harff, creadora de Perfumum Bue.
El impacto que emite el sol y el artificial, es el mismo, salvo que la mayor cercanía y el tiempo de exposición son dos factores determinantes. Por eso algo fundamental es resguardarnos antes que nada con un protector solar.
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También se están desarrollando fórmulas de tratamiento específicas a base de complejos vegetales que crean una película de defensa, retinol para estimular la producción de colágeno, vitaminas C y E; que evitan las manchas, la oxidación y la inflamación causada por el debilitamiento del sistema inmunitario.
“Además de escudarnos con filtros UVA y UVB, es vital sumar productos que hidraten y reconforten la epidermis”, agrega Marta Harff. Tranquilas: ya existen productos capaces de escoltarnos y protegernos durante el día y la noche.
Desde brumas a base de liposomas de Argán, serums con doble concentración hasta cremas repletas de activos inteligentes para brindarnos una hidratación prolongada.
No sólo los factores externos y el paso del tiempo afectan la piel. La tecnología también puede ser un problema. A nuestro favor, la cosmética y las recomendaciones expertas se viralizan con la misma velocidad.
at María Molina
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