Hace 13 años, el 9 de mayo de 2012, Argentina dio un paso histórico con la sanción de la Ley de Identidad de Género. Desde entonces, miles de personas trans y travestis pudieron modificar sus documentos para reflejar quiénes son, sin tener que atravesar diagnósticos ni juicios. Fue un antes y un después en el reconocimiento de derechos. Pero, más allá del documento, todavía hay muchos espacios donde el acceso a una vida plena sigue siendo una lucha diaria. Uno de ellos, clave, es el mundo laboral. Desde Grow-género y trabajo, una ONG con más de 14 años acompañando organizaciones en sus procesos de transformación, analizamos esta situación.
Una desigualdad estructural
Las cifras son claras: la desocupación en el colectivo trans y no binario supera por mucho el promedio nacional. Según el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica (2023), la desocupación alcanza al 12,3% de las mujeres trans, 14,3% de las masculinidades trans y 10,1% de las personas no binarias.
Y quienes logran conseguir empleo muchas veces enfrentan discriminación, prejuicios y falta de acompañamiento. Desde Grow – género y trabajo, trabajamos para transformar esa realidad. Porque no alcanza con reconocer una identidad en el DNI si luego esa persona no puede acceder a un trabajo digno o tiene que esconder quién es para conservarlo.
Garantizar un derecho, ganar una oportunidad
La inclusión laboral no es un favor, es un derecho. Y más aún: es una oportunidad para enriquecer los espacios de trabajo, sumando perspectivas diversas, talentos nuevos, y sobre todo, humanidad. Tener equipos de trabajo diversos fomenta la creatividad y aumenta la productividad.
Pero incluir no es solo sumar una vacante, es crear condiciones reales de pertenencia: desde revisar los procesos de selección hasta acompañar transiciones de género, modificar infraestructuras y formar equipos sensibles a la diversidad.
En un contexto en el que los discursos de odio y la desinformación crecen, es clave que las organizaciones no se mantengan al margen. Incluir es también posicionarse. No sabemos qué puede surgir de un encuentro genuino entre una persona trans o travesti y su lugar de trabajo… hasta que ese encuentro sucede. Y para que suceda, hay que empezar por algo tan simple y poderoso como generar la posibilidad de conversar.
Fuente: Área de diversidades de Grow-género y trabajo
at redacción Marie Claire
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