Dirigida por Alejandro Doria, y con guion suyo y de Jacobo Langsner (autor de la obra original), Esperando a la carroza llegó a las salas de nuestro país un día como hoy pero de 1985.
Sí, hace 35 años, y a pesar de que en un comienzo la crítica no fue para nada condesciende con ella, con el tiempo se trasformó en una referencia implacable para hablar de nuestro cine, de nuestra idiosincrasia y también de nuestro humor.
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Con un espectacular trabajo de Antonio Gasalla como Mamá Cora (personaje que lo sigue acompañando hasta hoy) la película contó con muchas otras actuaciones salientes como las de Luis Brandoni, Betiana Blum, China Zorrilla, Mónica Villa, Julio De Grazia e incluso Darío Grandinetti.
En este nuevo aniversario de su estreno, nos pareció interesante revisar cómo eran los personajes femeninos de entonces y repensar líneas de continuidad y ruptura con nuestro presente. Acá van:
- Emilia (Lida Catalano): Empezamos por la única hija de Mama Cora, que a su manera refleja el secular machismo de nuestra sociedad. Es la única mujer de esa nueva generación de hijos y, como tal, no gravita en ninguna decisión ni debate. Es viuda, con un hijo discapacitado y no cuenta con ayuda de nadie. Su destino de sumisión la llevó a instalarse en una villa de emergencia y a sobrevivir como puede, trabajando como empleada doméstica.
- Susana (Mónica Villa), casada con Jorge (Julio De Grazia). Es el “personaje femenino fuerte” de la película, pero solo por el hecho de que es la primera en cuestionar el estado de las cosas (su convivencia con Mamá Cora). A lo largo de toda la película será ese su retrato y registro, mezclándolo con etiquetas muy usuales para aquel entonces sobre cada mujer que hacía notar su voz: “loca” e “histérica”.
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- Elvira (China Zorrilla), casada con Sergio (Juan Manuel Tenuta): Es la imagen perfecta de “mi señora”, “la patrona” o “la jabru”. Se le puede temer sí, pero no quedan dudas que su potestad está limitada a las dimensiones hogareñas y que en última instancia su deber es permanecer siempre junto a su marido, mostrando “lealtad” y obediencia.
- Nora (Betiana Blum), casada con Antonio (Luis Brandoni): Otro personaje que funciona a modo de “espejo”, como contrapartida del personaje masculino magistralmente interpretado por Brandoni. Si él es ladino, acomodaticio, falso y oscuro, ella también lo tiene que ser. Es por eso que era la mejor candidata para tener un affaire secreto, en este caso con su propio cuñado.
- Matilde (Andrea Tenuta): Era imposible desarrollar todas las líneas y personajes al mismo tiempo y quizá una de las que más adolece de ello es esta hija adolescente que no parece tener mucho en mente. O sí. Sueña con ser “linda y simpática”, como muchos de los mandatos de aquel entonces (¿y de ahora?).
- Dominga (Ceclia Rossetto): Seguramente el personaje más adelantado a su época. Aunque la mirada paternalista a la prostitución existió siempre, acá se combina con ciertos elementos que podían ser polémicos entonces (y que todavía provocan ruido y rechazo). Una mamá soltera y prostituta que “abandona” (o lo deja con quien sea) a su hijo para trabajar. Basta recordar el repudio que generó en varios sectores de la sociedad la película de Anahí Berneri, Alanis (con ese gran protagónico de Sofia Gala), para notar que nuestra mirada a la prostitución y a las prostitutas siguen siendo un tema muy vigente.
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at Redacción Marie Claire
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