Congelar óvulos: ¿cómo es el procedimiento?

La ciencia avanza, y con ella llegan nuevos métodos que nos ofrecen distintas formas de organizar nuestra vida según nuestros deseos y necesidades. Uno de los más escuchados en los últimos tiempos es la congelación de óvulos por las tantas ventajas que este procedimiento trae para las mujeres.

Transitamos una época en la que las mujeres nos empoderamos, decidiendo qué hacer con nuestro cuerpo y con el destino de nuestras vidas. Sabemos ahora, con más firmeza, que las mujeres no hemos venido al mundo solo para gestar vidas, es más, para algunas esa idea ni siquiera pasa por sus mentes. Ya no vemos a la maternidad como una obligación o deber con el que cumplir, sino como una elección.

Muchas mujeres decidimos poner el foco en otros ámbitos de nuestra vida, quizás tenemos una meta profesional y aún no estamos pensando en formar una familia. Sin embargo, lo cierto es que la etapa más fértil de las mujeres culmina alrededor de los 35 años, y es por eso que la congelación de óvulos es una gran solución. 

Quizás tenés 26 años, y todavía no te sentís preparada para tener un hijo, pero estás segura de que a futuro sí vas a querer ser madre. Congelar óvulos aparece como una alternativa perfecta, ya que mediante un sencillo procedimiento, tus óvulos serán extraídos y se congelarán hasta el día en que decidas comenzar a formar una familia. No obstante, la congelación de óvulos nació por otro motivo, el cual explicaremos a continuación.

¿Cómo surgió la técnica?

Comenzó a practicarse en 1980 en diferentes partes del mundo, pero fue recién en 2012 que en Estados Unidos se la legalizó como un método para permitirle a las mujeres, que estaban por iniciar tratamientos abrasivos contra el cáncer, poder embarazarse sin riesgos para ellas ni para sus bebés.

Si bien apareció como una alternativa para las mujeres que luchan contra el cáncer, luego de dos años de investigación, se aprobó el método para que pueda ser utilizado por cualquier persona que quiera gestar. Así, los avances tecnológicos colaboran con nuestros deseos de independencia y de querer desarrollar nuestras vidas tal y como queramos, sin que nadie nos corra ni las exigencias impuestas por la sociedad nos abrumen.

¿Cómo es el procedimiento?

La principal función de la congelación de óvulos es pausar su estado ideal de fecundación, para que el embarazo pueda llevarse a cabo pasada esta etapa si así se quiere, y con menos riesgos de complicaciones por el deterioro natural del cuerpo que suele suceder alrededor de los 35 años de edad.

El proceso dura un mes e inicia con una ecografía de la vagina para que la ginecóloga pueda conocer el estado del aparato reproductivo de la paciente, esto es, la reserva de óvulos y sus niveles hormonales. Los resultados permitirán conocer el índice de fertilidad y con ello determinar los medicamentos y las dosis necesarias para la estimulación ovárica.

Los ovarios liberan óvulos a través de la estimulación hormonal, que normalmente sucede durante la menstruación. Es por eso que el procedimiento de congelación de óvulos, comienza el segundo día del período menstrual, cuando la mujer empieza a inyectarse diariamente hormonas durante 10 a 12 días, para incentivar la maduración de los óvulos. Durante ese tiempo, la médica estará monitoreando la respuesta del organismo al tratamiento a través de análisis de sangre y ecografías pélvicas.

A los 8 o 14 días se aplicará una última inyección que terminará de completar la maduración de los óvulos. Pasadas las 36 horas, se procederá a la extracción, que no es dolorosa y dura apenas 15 minutos. Consiste en introducir una aguja por la vagina hasta los ovarios para así aspirar los óvulos. Una vez ya extraídos, se los limpia y se los mantiene congelados a una temperatura de -196°C. 

Se almacenarán de 15 a 20 óvulos por embarazo deseado, que permanecerán intactos hasta que la persona decida usarlos. Al momento, bastará con una fertilización in vitro para dar comienzo al embarazo.

Lo mejor de todo, es que si lo analizamos, no hay forma de que el procedimiento implique un desperdicio de tiempo, ya que si al final de cuentas, la mujer que se sometió al procedimiento decide no querer tener hijos, puede donar sus óvulos a otra persona que busque óvulos sanos para lograr embarazarse.