Thursday 5 de December de 2024

SOCIEDAD | 30-05-2023 08:21

Alcohol: ¿por qué es el enemigo silencioso de la salud mental?

Aceptado socialmente y muy ligado a un estilo de vida descontracturado, la ingesta de alcohol está creciendo de manera exponencial. Los riesgos para la salud y el vacío emocional que puede generar.

La imagen es recurrente. Gente que brinda, divertida, en una fiesta, en una terraza con lucecitas tenues o a orillas del mar. Están felices y, para celebrar, parecería que necesitan tener una copa de vino o un trago en la mano. Así, la foto es perfecta. Escenas que abundan en los medios de comunicación y en las redes sociales no llaman la atención, aunque se contraponen con otras secuencias, que también nos invaden, sobre productos, consejos y tips para llevar adelante una vida saludable.

Alcoholismo
La Organización Panamericana de la Salud remarcó el consumo de alcohol como preocupante en la región: 40% mayor que la media mundial.


Más allá de las contradicciones, se encendieron las alertas y los especialistas advierten que el consumo de alcohol se fue incrementando paulatinamente en los últimos años, a edades cada vez más precoces y con el peligro de que sea asociado a un estilo de vida descontracturado, canchero, al que hay que subirse “para pertenecer”.


“Que el consumo de alcohol sea visto como cool no significa que acompañe el hábito de una vida saludable”, explica el Dr. Omar Prieto, médico cardiólogo, secretario técnico del Consejo de Aspectos Psicosociales en Cardiología de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC). Al tiempo que advierte que la compañía de una bebida alcohólica en la vida cotidiana “tiene impacto directo sobre muchos de los objetivos que habitualmente intentamos combatir como, por ejemplo, el aumento de peso o los niveles de azúcar en sangre”.

Alcoholismo
En Argentina, la edad de inicio de consumo de alcohol es a los 13 años y las enfermedades vinculadas a su ingesta generan
8 mil muertes al año.


Maldita pandemia


Las cifras son contundentes e inquietantes: en Argentina, la edad de inicio de consumo de alcohol es a los 13 años y las enfermedades vinculadas a su ingesta generan 8 mil fallecimientos al año.
En este punto, no podemos obviar la incidencia que tuvo el aislamiento a causa del covid-19 en relación a la disparada ascendente del consumo de alcohol. Al punto que la Organización Panamericana de la Salud lo ha remarcado como preocupante en la región -40% mayor que la media mundial- y desplegó lineamientos y objetivos a conseguir en los países de América.


Preocupados por estos parámetros, los especialistas advierten sobre los riesgos que los excesos pueden provocar a nivel personal y social. Desde accidentes de tránsito o episodios de violencia por falta de impulsos inhibitorios hasta coma etílico. El consumo descontrolado, a largo plazo, favorecerá la aparición o complicación de enfermedades crónicas, como la cirrosis hepática, ciertos tipos de tumores, demencia, depresión o ansiedad. Además, afecta la salud del corazón, incrementa la presión arterial y el riesgo de sufrir ACV.

Llamativa, pero no accidentalmente porque esta problemática pega en varios países, la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) lanzó una campaña el pasado enero llamada “Enero Seco” -ó  “Dry January”- que propuso no consumir bebidas con alcohol por un período de al menos 30 días. ¿El objetivo? Impulsar la concepción de una vida saludable, evitando las bebidas alcohólicas, para beneficiar la disminución de peso, el control de los niveles de azúcar en sangre, optimizar la concentración, estabilizar y mejorar la calidad del sueño, fortalecer la calidad de la piel y brindar un descanso a la función del hígado.

Una copa al día


Desde hace un tiempo, se popularizó el concepto de que  una o dos copas de vino al día disminuirían la probabilidad de enfermedad coronaria previniendo infartos.  Esto, gracias a los beneficios que generan sus compuestos fenólicos y a que, además, incrementaría el colesterol HDL, o colesterol bueno.


“Es frecuente decir que hasta dos copas de vino por día en el hombre y una en la mujer no serían perjudiciales para la salud, siempre que no haya alguna enfermedad concomitante que desaconseje su ingesta. De todos modos, es pertinente que cada persona converse este tipo de cuestiones con su médico de cabecera, para recibir una indicación personalizada que tendrá en cuenta aspectos como el estado de salud general, cardiovascular y mental, antecedentes familiares, edad, peso corporal, si se conduce un auto en forma cotidiana, por mencionar algunos”, sostuvo el Dr. Fitz Maurice, cardiólogo y especialista en arritmias.

Lo instantáneo manda


En tiempos de inmediatez como los que atravesamos, parecería que buscar alivios o parches emocionales igual de instantáneos tendría bastante que ver con el consumo de alcohol en exceso.
Y así lo confirma el psicólogo Alejandro Schujman, especialista en familias y adolescentes, cuando sostiene  que “vivimos en tiempos de satisfacción inmediata y los canales por excelencia son las pantallas, que garantizan las hormonas del placer a través de los likes y el feedback de la gente; la hipererotizacion que las redes y las apps de encuentros propician y, por otro lado, el consumo de alcohol y sustancias”.


Parafraseando al sociólogo polaco Zygmunt Bauman, Shcujman coincide en que atravesamos tiempos de amores y relaciones líquidas.  “Hay mucho de la búsqueda de lo inmediato, del autoerotismo, para sentir placer con el alcohol. Es como el boom actual y la explosión de los aparatos de autosastisfacción erótica, los juguetes sexuales, mucho más en las mujeres que en los hombres. Creo que va en la misma línea. Cierta búsqueda del hedonismo, independientemente de la presencia de otro”.


Según Schujman, esa búsqueda de la satisfacción en lo inmediato a través de sustancias o juguetes sexuales “es inversamente proporcional a lo difícil que es vincularse saludablemente con otro y buscar satisfacción por ahí”.
Por eso, si bien el consumo de alcohol es socialmente aceptado y promocionado en publicidades y redes sociales, es importante desnaturalizar estas conductas. “Estar atentos a estos comportamientos nocivos que favorecen más de 200 complicaciones de salud, incluyendo varios aspectos de la salud mental en las personas que lo consumen”, explica la Lic. Mariana Gracia, psicóloga, colaboradora del Consejo de Aspectos Psicosociales en Cardiología de la SAC.


El consumo de alcohol produce en el cerebro un aumento rápido de endorfinas que nos brindan una sensación de bienestar y, probablemente, en primera instancia nos muestren socialmente más enérgicos y divertidos. Para el Dr. Prieto, el problema contradictorio es que “este estado es transitorio y hasta inclusive -por reacciones contrapuestas- puede ocasionar emociones inversas, ya que alcohol también es el encargado de incrementar los niveles de dinorfinas, sustancias que cumplen función inversa a las endorfinas”.


Es momento, entones, para pensar si todo lo que se ve o muestra como cool es saludable. Seamos más asertivos y consultemos, siempre, a nuestro médico de cabecera.

at Juana Aguirre

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