La masturbación es mucho más que un acto mecánico: es una oportunidad para explorar el placer, conocerse mejor y hasta mejorar la conexión con el propio cuerpo. Si bien los dedos son una herramienta poderosa, hay muchas formas de hacer que la experiencia sea más intensa, variada y placentera. ¿Lista para llevar el autoplacer a otro nivel? Probá estas 10 técnicas.
1. Juguetes sexuales: más allá del vibrador clásico
No hace falta un arsenal, pero sumar un juguete puede cambiar por completo la experiencia. Desde succionadores de clítoris hasta consoladores de cristal que retienen la temperatura, cada opción ofrece una nueva forma de estimulación. Probá con diferentes intensidades y texturas para descubrir qué te gusta más.
2. Edging: el arte de alargar el placer
El edging consiste en acercarse al orgasmo y frenar justo antes, repitiendo el proceso varias veces antes de llegar al clímax final. Esta técnica intensifica la sensación y puede hacer que el orgasmo sea mucho más explosivo.
3. Presión y ritmo: cambiá la intensidad
A veces, la clave no está en el movimiento, sino en cómo aplicás la presión. Alternar entre caricias suaves y presión más firme en distintas zonas puede generar nuevas sensaciones. Experimentá con distintos ritmos hasta encontrar el equilibrio perfecto.
4. Estimulación sin manos: la magia de la almohada o el chorro de agua
Si nunca probaste otras formas de estimulación, esta es tu señal. Apoyarte sobre una almohada, mover la pelvis contra ella o dejar que el chorro de la ducha haga su trabajo pueden ser formas sutiles pero intensas de experimentar el placer sin intervención manual.
5. Explorá zonas erógenas inesperadas
El placer no se limita a los genitales. Jugá con la parte interna de los muslos, los pezones, el cuello o la espalda baja. Un soft touch con las yemas de los dedos, un masaje con aceite o hasta un poco de presión pueden aumentar la excitación sin necesidad de contacto directo.
6. Incorporá la respiración consciente
Respirar profundo y de manera rítmica puede potenciar la experiencia. El orgasmic breathing (o respiración orgásmica) consiste en inhalar profundamente y exhalar lentamente, manteniendo la atención en las sensaciones del cuerpo. Esta práctica no solo intensifica el placer, sino que ayuda a prolongar el orgasmo.
7. Usá el poder de la imaginación (o el erotismo auditivo)
Las fantasías pueden ser una herramienta increíble para excitarse. Si querés sumar un estímulo externo, los audios eróticos guiados o relatos sensuales pueden hacer que la experiencia sea más envolvente y estimulante. Plataformas como Dipsea o Ferly ofrecen contenido pensado para explorar el placer desde lo auditivo.
8. Probá distintas posiciones
No siempre tenés que estar acostada boca arriba. Masturbarse en cuclillas, de espaldas, con las piernas cruzadas o incluso de pie puede generar nuevos ángulos de estimulación y modificar la sensación. Cambiar de postura también permite experimentar con la tensión muscular y el control del ritmo.
9. Temperatura y texturas: un plus sensorial
Un poco de hielo, un masajeador tibio o incluso una ducha caliente pueden cambiar la forma en que experimentás el placer. La temperatura y las texturas (desde sábanas de seda hasta plumas o aceites) pueden despertar nuevas sensaciones en la piel y hacer que la experiencia sea mucho más sensorial.
10. No te obsesiones con el orgasmo
El placer no tiene que ser un medio para un fin. Disfrutar de la experiencia sin presionarte por llegar al clímax puede hacer que la masturbación sea más placentera. Permitite jugar, explorar y descubrir qué te hace bien sin apuros.
at redacción Marie Claire
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