Quién es Clara, la hija diseñadora y poco conocida de Ricardo Darín que triunfa como artista

Con una determinación tranquila pero constante, Clara Darín ha estado trabajando diligentemente para encontrar su lugar en el mundo. Aunque podría haberse apoyado en la fama de sus apellidos y en las alfombras rojas que tan de moda están en Hollywood para los llamados "nepobabies", Clara ha optado por una vida privada y reservada, alejada de los reflectores. 

Clara es la segunda hija del querido y admirado actor Ricardo Darín y la talentosa Florencia Bas. Su historia de amor comenzó cuando Ricardo tenía 30 años y Florencia recién había cumplido la mayoría de edad. Se conocieron a la salida de un teatro a finales de 1987 y, en poco tiempo, se casaron el 18 de abril de 1988. Menos de un año después, nació su primer hijo, el también actor Chino Darín, y cinco años más tarde llegó al mundo Clara.

Desde su infancia, Clara ha heredado el talento artístico de su familia. Aunque en un momento consideró estudiar Diseño de Indumentaria, finalmente se decantó por Bellas Artes, cursando sus estudios en la reconocida Nueva Escuela de Buenos Aires. Fue allí donde descubrió su habilidad para la pintura y, especialmente, la fotografía. Incluso tiene una cuenta de Instagram dedicada exclusivamente a sus fotografías.

El mundo del diseño

Pero el arte no fue su único interés. En 2015, Clara fundó la marca de ropa Sarasa junto a su amiga de la infancia, Sofía Koening. Lo que comenzó como una actividad divertida de customizar remeras en su casa, se convirtió rápidamente en un proyecto próspero.

Clara logró destacarse en el mundo de la moda y fue reconocida como una it-girl. Para 2018, estaba inaugurando una tienda para su nueva línea CxClara en Palermo Soho, una de las zonas más vibrantes y artísticas de la capital argentina.

En ese momento, declaró: "Voy probando lo que me divierte. No digo que por tener un título soy artista. No me gusta encasillarme en un solo lugar. Me divierte que los demás me etiqueten, pero yo no me etiqueto a mí misma". Su enfoque versátil le ha permitido explorar diversas pasiones y expandir sus horizontes creativos.

La sociedad con su madre

Pero la joven no se detuvo ahí. En colaboración con otras dos amigas, fundó Yey House, una compañía que reúne a una treintena de marcas de jóvenes diseñadores argentinos. Además, dio vida a Teta, un proyecto conjunto con su madre en el que crean y venden cerámicas, joyas y velas.

Esta faceta emprendedora demuestra la versatilidad de Clara y su habilidad para colaborar con otros talentos en la creación de proyectos creativos.

En cuanto a su vida personal, la hija de Ricardo Darín y Florencia Bas ha sido muy abierta acerca de su relación con Rodrigo, su novio desde hace casi una década. Aunque prefieren mantener su romance lejos de los ojos curiosos de los medios, Clara ha dejado en claro que no tiene planes de casarse.

En lugar de seguir convenciones sociales, ella ha sido influenciada por la educación que recibió de sus padres, quienes le enseñaron a disfrutar de lo que tiene sin necesidad de etiquetas. Su objetivo es construir una familia basada en el amor y la felicidad, al igual que sus padres, quienes son un ejemplo de una relación sólida.

La vida de Clara Darín es una prueba de que se puede encontrar la felicidad y el éxito siguiendo tu propio camino. Con una actitud reservada pero decidida, ha construido una carrera en el mundo del arte y el diseño, dejando su huella en la industria.

Su talento y versatilidad han sido reconocidos tanto en el ámbito de la moda como en el emprendimiento creativo. Clara personifica la valentía y la autenticidad, y su historia inspira a otros a seguir sus pasiones y a construir una vida en sus propios términos.

En un mundo donde la exposición pública es la norma, Clara destaca como una artista y empresaria única, comprometida con su visión y determinada a dejar una marca en el mundo del arte y el diseño.

Con su actitud discreta y su enfoque multifacético, la hija de Ricardo Darín continúa sorprendiendo y demostrando que el talento y el éxito no siempre dependen de los apellidos o las conexiones familiares, sino de la pasión y el esfuerzo dedicados a perseguir los sueños propios.