Desde Barcelona, en donde vive, y desde donde lanzó su nuevo tema Buenos Aires, la cantante argentina y radicada en España hace mucho tiempo, Nathy Peluso, charlo con nosotros en el marco de los Ciclos de Encuentros Marie Claire.
-¿Cómo pasaste el momento de cuarentena en España, donde las cifras de contagiados y muertos fueron bastante alarmantes?
-La verdad que fue estresante para todos porque no se sabía qué estaba pasando, fue algo nuevo. Pero, realmente, acá la gente lo hizo muy bien y poco a poco, si todo lo permite, se va a ir volviendo a la normalidad, pero con precaución. Hay que tener cuidado porque esto no lo conocemos, no sabemos lo que puede pasar. Pero, de momento, agradecida por poder salir a la calle. Es una locura. Tomar algo en un barcito, cosas mínimas que uno extrañaba mucho.
-Justamente en medio de todo esto lanzaste un tema, “Buenos Aires”. Contame cómo se dio el desarrollo de “Buenos Aires” y por qué decidiste lanzarlo ahora.
-“Buenos Aires” la compuse hace como un año. Lo que pasa es que las canciones, y más si forman parte de un disco, van teniendo un desarrollo. Yo le quise dar su tiempo, quise viajar a Buenos Aires para grabarla. Entonces fue reposando, fue haciéndose con calma hasta que me vi envuelta en esta cuarentena. Estaba fumando un puchito en el balcón y dije “Es tan relatable, encaja tan bien con lo que está sucediendo”. Sentí que era el momento de compartirla, porque hay veces que la música cumple la función de acompañar, de hacer de amiga, en diferentes momentos medio que te salva. Y pensé que “Buenos Aires” era una buena canción para este momento".
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-El video lo grabaste de manera remota, también...
-Sí, lo dirigió Orco por videollamada, fue una locura. Lo grabamos acá en mi casa, dos personas éramos, fue muy muy chiquito.
-¿Cómo surge este tema, por qué quisiste hacer esta canción y ponerle Buenos Aires?.
-La canción surgió de manera muy intuitiva, improvisada. No suelo pretender escribir sobre cosas en concreto. Me vi envuelta en la situación de la nostalgia y escribí sobre eso. Y a raíz del mensaje y de las líneas melódicas y de todo, yo sentí que en ese sonido me emanaban muchas sensaciones de Argentina, de la ciudad, de lo que siento cuando voy, de lo que siento cuando la extraño, y de muchos códigos musicales que me hacen identificar a la música argentina. Entonces, dije “Che, le tengo que poner ´Buenos Aires´ en homenaje a esta sensación. Si yo logré ponerle música a esta sensación, le tengo que poner este nombre”.
-Hace mucho que te fuiste de Buenos Aires. ¿Qué cosas seguís extrañando o qué cosas te siguen trayendo acá a Buenos Aires?
-Bueno, la verdad es que estoy constantemente vínculo –además, ahora con las redes y todo es todo el tiempo-, pero hablar con mis amigas de allá, las llamo. Bueno, estoy comiendo todo el tiempo cosas argentinas, me la paso tomando mate, comiendo alfajores, cocinando milangas. Al final, uno elige. Mi equipo, toda mi crew, la mayoría son argentos all around the world. Muchos están en Miami, otros están en España, otros están en Argentina, pero son argentinos. Y es curioso cómo, al final, uno construye su alrededor, uno construye su presente y mi presente tiene muchos matices que me mantienen conectada con allá.
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-Justo mencionaste la comida, ¿qué importancia tiene para vos, ya que la mencionás muchísimo en tus canciones?
-Es algo que me brinda muchísimo placer, ganas. La comida es inspiradora, nuestra vida ronda en torno a la comida. Más los argentinos. Nos levantamos y estamos todo el día: “¿Qué vamos a desayunar”, desayunamos y después estamos “¿Qué vamos a comer?”, con el mate, “¿Compramos facturas?”, “¿A la noche qué hacemos? ¿Un asadito?”. ¿Cómo no voy a hablar de la comida si forma parte de mi día a día? Y, además, me parece que es sexual, despierta todos nuestros sentidos, el olfato hasta el oído. Cuando tirás un huevo a la sartén, el sonido que hace. Y forma parte de un montón de códigos culturales, los alimentos nos emanan toda una data que nos estimula un montón de cosas. Yo soy una romántica, y romantiquear la comida me parece algo hermoso. Y, además, es algo que nos representa como humanos. Está bien hablar del amor, bueno, todo bien. Pero me gusta también la comida.
-Tu anterior tema fue Business Woman, ¿cuánto tenés de business woman?
-Me gusta ser artista y también una mujer de negocios. Yo soy muy capricorniana, me gusta tener todo bien atado y no me gusta mucho delegar. Entonces, peco a veces de estar muy metida en todo. El lado creativo, obviamente, es lo principal, pero me encanta enterarme para dar las pautas de cómo se maneja el proyecto, que al final yo soy la que lo dirige. Y, luego, me rodeo de gente que me ayuda a terminar de darle forma y a controlar cosas que a veces nos alejan mucho del lado creativo, ¿no?
-¿Tenés un proceso creativo determinado para componer, para hacer tu música?
-No, normalmente surge mucho de la improvisación, no soy una mujer que se siente y diga “Hoy vamos a hacer una canción” y se ponga con la viola a tocar. No, casi siempre compongo en transiciones, me gusta componer en movimiento, en los aviones, en los taxis. Bueno, de hecho, “Buenos Aires” la compuse en un taxi. Me gusta componer, bajar el cable a tierra, que surja. Me gusta no modificar mucho lo que sale de las improvisaciones porque tiene una magia especial, si lo retocas pierde un poco lo genuino, lo espontáneo.
.¿Cómo te llevás con las etiquetas? ¿Te molesta que la prensa busca todo el tiempo encasillarte?
-No, no me molestan, porque al final una dicta lo que… la gente puede decir, la prensa puede hablar, pero al final la que dirige el speech y la que va mostrando lo que realmente viene a traer es una misma. Entonces, bueno, la gente a veces también necesita encajonar las cosas para entenderlas, y yo lo comprendo. Pero es verdad que la propia experiencia con mi música va demostrando que entiendo que en algunos momentos se me encasille en el hip hop, en otro momentos se me encasille en el R&B, pero realmente eso está en mis manos demostrar que se puede decir, pero luego en la práctica como que no se corresponde. A mí me gusta hacer de todo.
-Escribiste también un libro que llamaste Deja que te combata. ¿Qué significa para vos esta frase ?
-Dejar a uno combatir su propio speech, pero no desde el odio, la violencia. No lo combativo desde ese lugar, sino desde “Vamos a hablar de esto. ¿Qué pasa? Dejame que te cuente, dejame que hable lo que necesite decir yo y vos decime lo que necesites decir”. Al final, se trata de la libertad.
-Acá, por lo menos en Buenos Aires, la lucha feminista te tomó como cierto estandarte, te sigue, te escucha. ¿Eso fue buscado también o se dio más que nada por tu naturalidad y por lo que fuiste tratando de transmitir?
-Fue algo muy orgánico. Desde mis experiencias escribí mis canciones y fui encontrándome con todas estas mujeres con muchas ganas de reivindicarse y de mostrar una verdad absoluta que es necesario que salga a la luz y que lleva muchísimos siglos estando presente. Y que me hayan dado ese lugar fue un descubrimiento para mí, pero no fue nunca desde la pretensión, fue desde la naturalidad que yo siento, de lo que me pasaba y nos encontramos ahí. Y eso es como una amistad hermosa, como que nos conocemos, nos acompañamos y hay una energía ahí latente que da mucha esperanza, mucha fuerza, mucha garra. Ya no solo para uno mismo, para la vida, ¿sabés? Para cómo afrontar la vida, sentir que estás acompañada es algo que no se puede explicar con palabras.
-Tenés muchísimos seguidores en redes, ¿qué buscás comunicar?
-Es una búsqueda constante, y es una exposición a veces un poquito hinchabolas, porque es muy demandante y muy crítica. Entonces, bueno, es una balanza. A veces lo habito desde el lado gracioso, desde el lado de lo cómico, de lo satírico porque a mí me divierte mucho. También tengo esa parte de actriz, que a veces me dan ganas de actuar, de caricaturizar ciertas cosas. Y por otro lado lo uso como una herramienta de promoción de mi música, que también mucha de la gente que me sigue es por mis canciones y siempre las comparto por acá. Hay que dominarlo y que no te domine, porque si no es un poquito violento a veces. Hay que saber ubicarse y saber qué es la vida real y qué es eso que acá todo el mundo tiene voz y voto, todo el mundo tiene mucha opinión. Antes pienso que los artistas veían lo que los críticos decían en el diario o en un noticiero, ahora estamos constantemente expuestos a la opinión pública de una manera como masiva. Y todo el tiempo, a cualquier hora del día: cuatro de la mañana, tres de la tarde, cinco de la tarde. No podés hacer nada, tenés para leer de vos. Y eso hay que saber ubicarse y no excederse tampoco. Entonces, yo las utilizo para divertirme con mi gente y, si tengo la oportunidad de compartir algo para inspirar, es un privilegio.
-Para terminar, ¿cuál fue tu mayor descubrimiento en cuarentena? Emocional y artístico”. Bueno, artístico tuviste “Buenos Aires”.
-Creo que “Buenos Aires” es una muestra de los que yo vengo trabajando no solo en cuarentena, sino desde un poquito antes. Estamos en constante crecimiento, en constante evolución. “Buenos Aires” es como un resumen, ¿no? Y, personalmente, creo que la soledad me resultó muy inspiradora para revisar ciertas cositas que, luego, a nivel vincular son muy fructíferas. Siento que la soledad capaz que, con tanto estrés y tanta cosa, y parece que solo se aprende si estamos con gente y viviendo cosas. Y capaz que en la calma, en la soledad y en ese reposo hay otro tipo de cosas que aprender y me gustó mucho rencontrarme conmigo en ese lugar. Y descansar, también reflexionar mucho.
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