El gigante textil Shein vuelve a estar en el centro de las polémicas luego de que se emitiera una investigación que reveló las atrocidades a las que están expuestos sus trabajadores. Poco se sabe de la cadena de producción del negocio multinacional de Chris Xu, aunque su "buen nombre" se ha visto asociado a problemas éticos como la explotación infantil y el trabajo forzado. Ahora, lo que se sospechaba se puso en evidencia tras la emisión del documental británico Inside the Shein Machine.
El documental ha sacado a la luz las malas condiciones salariales de los empleados de dos fábricas de Guangzhou, al sureste de China, luego de que una periodista lograse infiltrarse. Entre otras cosas, se descubrió que las personas realizan jornadas de 18 horas, tienen un sólo día al mes libre y se destaparon acuerdos que incumplen desde la legislación china hasta el código de conducta de la propia empresa.
La investigación se centró en fábricas que trabajan para dos de los proveedores de Shein. En una de ellas, los asalariados cobran 4.000 yuanes (565 euros) al mes por realizar un mínimo de 500 prendas diarias. En la otra, cobran por prenda confeccionada: 0,27 yuanes, lo que equivale a 4 centavos de euros.
La firma Shein fue valorada recientemente en más de 96.000 millones de euros. Sin embargo, la avaricia de los proveedores de la empresa parece no tener tope: presiona a sus empleados con restarles dinero de su sueldo por "baja productividad". Es decir, si se equivocan en algo, pueden ser multados hasta con dos tercios de su salario diario. Incluso en las imágenes difundidas por el documental, se puede ver como varias mujeres se lavan el pelo en su descanso para comer.
Hace unas horas, Shein emitía un comunicado para defenderse de lo emitido por el canal de televisión británico y alegaba que en esas fábricas se "violan los códigos de conducta de la compañía". De hecho, aseguraron que "tomarán medidas oportunas" tras ponerse en contacto con la emisora para conseguir más información respecto a las fábricas.
Lo cierto es que Shein subcontrata a las fábricas que producen sus productos en masa. Una forma de "lavarse las manos" en cuanto a manejo laboral y ética respecta. Sin embargo, los códigos que dicen manejar en su página web oficial, distan demasiado de lo que vivencian los empleados de sus proveedores a diario.
No hay salidas de emergencia y tienen rejas en las ventanas
En las fábricas que fueron investigadas se pudo constatar que no existen las salidas de emergencias y las ventadas tienen rejas, por lo que si hay una situación de contratiempo en la que sus empleados tienen que "escaparse", las chances son nulas. Estos datos coinciden con lo que denunciaba "Public Eye".
Según la organización suiza, las escaleras que no permiten abandonar rápidamente el edificio y no están dadas las condiciones de seguridad propicias para que funcione todo en regla. Un panorama muy diferente al que Shein proclama: "los socios proveedores deben proporcionar un entorno de trabajo seguro, higiénico y saludable",
Incluso, tras la emisión de Channel 4, Shein insiste en que es “muy importante que sus proveedores proporcionen un entorno de trabajo justo y seguro a sus trabajadores”. Además, la empresa china asegura que invirtió cerca de 15 millones de dólares para mejorar las fábricas de “cientos” de proveedores y que una auditoría independiente realizada por Intertek encontró que los trabajadores recibían de media un salario por hora que duplica el salario mínimo local.
"Seguiremos trabajando con nuestros proveedores para garantizar que los empleados de nuestra cadena de suministro, que hacen posible nuestro negocio, sean tratados justamente y con respeto", se defendía Shein.
Shein, una empresa rodeada de polémica
Varios fueron los mensajes de "ayuda" que se viralizaron en redes sociales mediante usuarios que denunciaron que en sus etiquetas se leían frases como "Necesito tu ayuda", "Me duele la boca" o "S.O.S!". Estos mensajes recorrieron las redes sociales y lograron que la firma oriental se hiciese viral nuevamente, esta vez no por algún key ítem que voló de su e-commerce en cuestión de minutos, sino que por algo mucho más grave.
En algunas de las prendas que han llegado a las casas de las compradores se puede ver cómo explícitamente - y de forma desesperada- hay quienes piden ayuda. Según se puede inferir, se trata de trabajadores del mundo textil de origen chino que se encuentran en malas condiciones e incluso en situaciones de semi esclavitud.
La publicación de la usuaria Laritza Arcos que se hizo viral en TikTok alarmó a sus seguidores y hay quienes hicieron énfasis en que la empresa ha recibido denuncias en el pasado por explotación laboral, en especial en sus fábricas de Asia. “Notamos que este video contiene información errónea sobre Shein y queremos abordar las afirmaciones. Por favor envíenos un mensaje directo”, dijo al respecto la empresa en un comunicado.
Para que una firma como Shein logre cubrir las expectativas de "bonito y barato" su cadena de producción debería fabricar más de 700 prendas diarias a un costo del salario mínimo y condiciones laborales más que precarias. La organización Public Eye ha denunciado casos de explotación laboral en los que ha incurrido Shein: sus empleados son obligados a trabajar jornadas de 75 horas semanales, cuando las leyes internacionales sobre trabajo digno hablan de 8 horas diarias y 40 a la semana.
El impacto del fast fashion en el medioambiente
El consumismo es la rueda que lleva a las personas a no parar de comprar, incluso cuando no se necesita realmente de la prenda. Más es más y la rueda parece no parar nunca.
De hecho, desde los espacios "de moda rápida" del sector textil alimentan el lema de "comprar, usar y tirar". Como consecuencia, la producción en masa, contrasta con el tiempo de utilización de la ropa, que es muy corto. Sus precios bajos y la alta volatilidad hacen que las personas no utilicen sus prendas por más de una temporada.
Este comportamiento da como resultado además un incremento considerable del coste medioambiental. Para visualizar de qué hablamos, un informe de la ONU que asegura que fabricar un par de jeans requiere unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona de promedio en 7 años. La contaminación y el uso excesivo de recursos naturales representa una amenaza para un futuro sustentable y una relación equilibrada con la naturaleza.
Tengamos presente además que la producción de ropa representa el 10% de las emisiones de CO2 a nivel global. Esto es el equivalente a lo que libera la Unión Europea por sí sola. La contaminación que genera la producción de ropa alcanza también a la tierra y el agua: lavar ropa desemboca en un aproximado de 500 mil toneladas de microplásticos al año en los océanos.
Respecto al desecho de prendas, cada segundo se quema o arroja a los basureros el equivalente a 2.6 toneladas. Producir ropa en realidad es muy costoso bajo el modelo actual: 2 mil 700 litros de agua son necesarios para fabricar apenas una remera de algodón. Si la tendencia a la alza continúa, para 2050 se triplicaría el consumo de petróleo a 300 millones de toneladas para producir ropa.
Porqué Shein es tan exitosa
A 10 años de haber fundado este retail, la firma de Chris Xu se ha convertido en una de las plataformas más populares de la industria alrededor del mundo, logrando además increíbles cifras en cuanto a ganancias respecta. Según Bloomberg, la web consiguió al menos 10.000 millones de dólares en 2020, superando con creces los números de Inditex on line.
Quizás el verdadero éxito de Shein radique en que a diferencia del grupo Inditex, los diseños que reproduce en formato económico, no están del todo inspirados en las principales marcas de moda y lujo sino más bien en firmas más masivas como lo son Zara, Stradivarius o Pull&Bear. Sí, de quién más que sino el creador de Inditex, Amancio Ortega.
Universidad Oberta de Cataluña ha destacado en un estudio que la popularidad de la marca china está en que ha conseguido productos de una calidad "muy aceptable", un precio "muy económico" y diseños "de tendencia".
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