Alejándose de lo que refiere al mero acto de tomar un dispositivo y sumergirlo en un balde de mucha, mucha pintura, el trabajo detrás de esta asociación se tornó mucho más complejo y realmente sorprendente cuando ambas compañías pusieron el 100 por ciento de su esencia para crear el último producto en venta.
Motorola es una de las empresas de telefonía móvil más reconocidas por enfocarse en la experiencia del consumidor, teniendo como objetivo principal reducir la brecha entre las innovaciones y la posibilidad de que estas sean adquiribles.
Durante los últimos años han estado midiendo con exactitud en cada proceso de diseño las variables que pudiesen movilizar al consumidor desde otro lugar, buscando la perfecta tactilidad, térmica, peso y hasta el brillo de sus materiales. Pero tras acaparar todos estos aspectos con el equipo de ingeniería, notaron que aún faltaba un elemento muy importante que tocase la fibra de lo personal, dando pie a preguntarse cómo podrían cuantificar las emociones generadas.
En el 2020, la compañía se propuso volver a jugar fuerte dentro del sector premium y con ello llegó a las mesas de las oficinas centrales una nueva propuesta que iba más allá de lo que cualquier marca de consumo electrónico había conseguido antes. Rubén Castaño pensaba colaborar con Pantone, la empresa que por más de 5 décadas había sido líder mundial en consistencia y precisión del color para marcas y diseñadores de todo el mundo. El director ejecutivo de Consumer Experience, vio en esa posible unión la combinación perfecta que equilibraría desarrollo y diseño de smartphones con la comprensión de un lenguaje de emociones mesurable y predecible,
De la misma manera Pantone tuvo un buen augurio con la firma cuando se dieron cuenta que encajaban en el espectro de un socio ideal, siendo una empresa con antecedentes que aportaban desde la investigación, precisión, fabricación y motivación a los años de experiencia reflejados en sus productos. El primer acercamiento de Motorola fue conciso y al punto: “Ok, Pantone, solo para que sepan nos falta esa pieza que sabemos que generaría emoción en el mundo de hoy, ayúdennos a encontrarla”, cuenta entre risas Laurie Pressman, la vicepresidenta de Pantone Color Institute.
Al igual que en la moda, Pantone anticipó las tendencias en los diseños de smartphones con su equipo global que viaja por el mundo.
Entusiasmados por la búsqueda de contactarse y establecer un dialogo constante con sus consumidores a otro nivel más allá de las capacidades que tuvieran desde lo tecnológico, Pantone le propuso a Motorola entender a los teléfonos como un accesorio de moda que explica quiénes somos. Y debido al papel tan importante que tienen los colores en la expresión de la personalidad como una forma critica de resaltar la individualidad, se preguntaron: ¿por qué no darles la oportunidad de elegir un teléfono que hiciera una declaración distintiva sobre quiénes son?
Al igual que en la moda, Pantone anticipó las tendencias en los diseños de smartphones con su equipo global que viaja por el mundo viendo la vida a través de un lente de color; y de esta manera aquellas personas dedicadas a su pasión, siempre atentos a las novedades y lo que sucede en las diferentes áreas del diseño, conectaron los puntos casi de manera intuitiva y encontraron dentro de esas macrotendencias lo que necesita el mundo desde su spot más sensible.
Especialmente hoy en día y tras la pandemia, dos tendencias divergentes nos dominan; la naturaleza que viene a sumergirnos para enseñarnos a apreciar realmente la belleza del entorno que nos rodea y a su vez la tecnología y el universo digital que nos mastica. En base a cuál sería la estrategia del color utilizada Laurie Pressman nos comparte que: “sin dudas ésta girará en torno a lo que es relevante desde la tendencia, pero aún más en torno a lo que sea relevante para los diferentes grupos demográficos en los que presta servicio Motorola”. Mientras Castaño añadía que: “No habrá colores exclusivos e inasequibles, sino que los mismos estarán al alcance de todos. Y de hecho, una vez definida esta paleta, todo el portfolio de la empresa será curado en colaboración con Pantone”.
Más allá del arco irís
Ahora bien, los cuatro colores que entraran al partido de lo emocional constaran de dos tonos fundamentales y dos provenientes de las macrotendencias. Entre los primeros, se encuentra la encarnación de la sofisticación representado con el Black Onyx, un tono de negro profundo inspirado en los minerales, que logra representar protección, seguridad y confianza. Por un lado, practico y por el otro glamoroso.
A la par, el Ice Palace, una sombra que despierta nuestra imaginación hacia nuevos futuros de fantasía tecnológica, con el que se busca imitar el brillo reflectante de las estrellas y transmitir lujo y longevidad total, futurismo helado y refrescante.
Volviendo a las macrotendencias, el color Aqua Foam será el encargado de llevar calma al espíritu desde su sentido más orgánico. No es femenino ni masculino lo cual fue realmente importante para el equipo de diseño y tendrá una apariencia técnicamente moderna que a su vez nos transporta a las raíces de donde proviene, la naturaleza. Una dicotomía interesante de llevar que en su tono de ensueño habla de un futuro lleno de luminosidad.
Por último y como celebración de esta asociación, el color del año también se tenia que incorporar. Very Peri es un azul bígaro y dinámico, cuya confianza despreocupada y presencia novedosa inspirará a los soñadores mientras empoderará a los creadores. Este color será capaz de disolver las líneas y forjar los lazos entre géneros y generaciones, tal como el ADN que Motorola enmarca.
at Mélanie Read
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