Gabrielle Chanel abrió en 1910 su primera boutique en el centro de París, y si bien sus diseños prêt-à- porter eran sobrios, elegantes y discretos, cuando apareció en escena la nueva tienda de la maison, en 18 Place Vendôme y nació el reloj Premiére, la industria de relojería de lujo dio un giro de 360º.
Con agujas refinadas, cristal biselado y un estuche octogonal inspirado en el tapón del frasco de la fragancia Chanel Nº5, que a su vez recuerda el contorno de la Place Vendôme, que Gabrielle observaba desde su suite en el Ritz. El reloj Premiére tuvo una entrada triunfal al mercado allá por el año 1987. Pero no fue solamente por su diseño original, sino que fue ante todo, porque liberó el uso del reloj de los “códigos masculinos” a los que estaba asociado. Desde los 90’ que el espíritu del Première perduró como una oda a la libertad de toda mujer que vive en el presente y aprovecha el momento. Diseñaron una obra de arte, un símbolo de lujo y poder para las mujeres, que no era una versión reducida de un reloj para hombres, sino una creación elegantemente audaz y totalmente dedicada a ellas.
De esfera de laca negra engastada en una caja dorada nace la elegante superficie del reloj.No hay números ni índices, ni segundero ni indicador de fecha. Sólo existen, únicas y divisibles, dos agujas recortadas y acabadas en oro que se mueven en eje hacía la derecha en este microcosmos infinito, que actua como un abismo negro en el que reina la elegancia.
Un cabujón de ónix completa esta geometría bicolor.
Para Chanel, el reloj que apareció por primera vez hace 35 años atrás, encarna el espíritu de su universo y al ser el inicio de una nueva visión, el director del Watchmaking Creation Studio, Arnaud Chastaingt, busca que para el 2022 el Première vuelva a encontrar su lugar en el corazón de la nueva colección. “Esta creación es nuestro ADN y un código Chanel de principio a fin”, planteó.
El reloj con los años se convirtió en una odisea a la imaginación, en un domador del tiempo y en un ícono en el que respira la esencia de otros íconos de la maison francesa: aparte de que su geometría está directamente inspirada en el tapón del frasco de perfume N°5, su correa de cuero es un guiño a la cadena entretejida del icónico bolso acolchado. Así juega el Première, con estos clásicos, para crear uno que resista la prueba del tiempo.
Comparte relanzamiento con otros 3 emblemas de la haute joaillerie de Chanel: J12, Code Coco y Boy-friend. Esta vez la maison dejó de lado los colores estridentes que habían reinado en su colección de relojería anterior y optó por volver a los colores sobrios, como el gris, el negro y el blanco, que son los colores originales que llevan los diseños desde su nacimiento. El Première vuelve a ser el centro de atención, en una versión sutilmente aerodinámica y, siempre tan fiel a sí misma. Si pudiera autodefinirse, el reloj Première diría: “Soy un estilo, cuyo único principio rector es la libertad”.
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