La moda tiene maneras creativas de llamar la atención, hasta de los más distraídos. Hoy en día, incluso las personas que no están atentas a los últimos acontecimientos pueden sorprenderse al caminar por la calle y dar de cara con las galochas plateadas con punteras de espinos, de Marni; o entonces, con alguien que usa botas que al mismo tiempo son pantalones (las de Diesel); plataformas de juguetes y botines de fútbol que se sobreponen a zapatos mocasines también son una realidad.
El fetiche en ridiculizar objetos comunes del día a día viene a partir de la necesidad de innovar. Viralizar en las redes ya es una estrategia que las grandes firmas apuestan casi semanalmente. Crear una atmosfera fantasiosa alrededor de estos productos ayuda a darles un sentido de posesión limitada, un privilegio reservado solamente para los consumidores más especiales.
La pasarela es una sátira de la vida real que juega con deseos íntimos y los transforma en algo posible, tangible y principalmente, comprable.
TRANSFORMANDO EL COMÚN EN BIZARRO
Uno de los ejemplos más recientes de que el mercado de lujo depende del impacto popular (acompañado de cifras altas y modelos limitados) son las zapatillas sucias de Balenciaga, como bien explicado en esta nota . La fórmula estilo bizarro + producto común parece haber funcionado muy bien para las grandes firmas.
Tan bien que la estrategia llegó a las marcas de consumo masivo, con el objetivo de crear una rama de productos reformulados que atiende a estos consumidores de lujo. Es el caso de la marca americana Crocs, ícono de lo que es común y corriente: por fin conquistaron la tan soñada aceptación fashion cuando aparecieron al lado de magnates de la industria.
Modelos que repiensan la silueta clásica del calzado de goma, de maneras totalmente absurdas – desde las que brillaron en pasarela, hasta ediciones menos conocidas. Con la cadena de comida rápida KFC lanzaron un modelo adornado con pequeñas piezas de pollo frito, que tienen el olor a fritanga clásico del restaurante. ¿Creatividad o chiste?
EL DISEÑO DE AUTOR
Esa fiebre por zapatos fetichistas viajó por diferentes matrices del mercado y aterrizó en el imaginario de los diseñadores autorales: marcas jóvenes, apuntando al mismo consumidor de nicho, pero con piezas hechas de manera artesanal en su mayoría y que proponen ciclos de producción sustentables.
La diseñadora romana-británica Ancuta Sarca es la nueva sensación entre las fashionistas europeas. Sus diseños híbridos de zapatos de tacos y punta fina con elementos urbanos han ganado destaque entre celebrities y editoriales internacionales.
LA MODA COMO OBJETO DE FETICHE
Una jugada de marketing bien pensada y ejecutada: transformar objetos típicos en algo estéticamente absurdo; limitar su acceso a grupos exclusivos de compradores; y por fin, generar furor por sus escases. La apuesta del mercado de lujo en hacer de la moda un objeto de fetiche no es nueva, pero seguramente estamos desbravando un territorio jamás explorado antes. ¿Cuál será el próximo deseo bizarro de la industria?
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