A pesar de la migración de muchos diseñadores hacia París, la Semana de la Moda de Nueva York sigue manteniendo su relevancia gracias a su fuerte identidad y oportunidades comerciales. La edición Otoño/Invierno 2025 de NYFW presentó colecciones que mezclaron el minimalismo con la extravagancia, la nostalgia con la modernidad y la funcionalidad con el arte. Estas fueron las firmas que marcaron la pauta.
CALVIN KLEIN: un regreso triunfal
Después de casi siete años fuera de las pasarelas, Calvin Klein volvió con fuerza bajo la dirección de Veronica Leoni. La colección fusionó el minimalismo clásico de la marca con una visión renovada, donde predominaron la sastrería estructurada y los tonos neutros con toques de color. En un desfile lleno de figuras icónicas como Kate Moss y Christy Turlington, una de las mayores sorpresas fue la presencia de Bad Bunny, quien coincidió en la pasarela con su ex, Kendall Jenner.
CAMPILLO: realismo mágico y vanguardia latinoamericana
En Fictions of Reality, el diseñador Patricio Campillo fusionó el realismo mágico con la identidad latinoamericana. La colección desafió las nociones tradicionales de género con una apuesta por texturas, volúmenes y estructuras surrealistas. Además, reafirmó su compromiso con la sostenibilidad, alineándose con una industria en transformación. La pasarela contó con la participación de Bernie Martínez, hermano de Bad Bunny.
DEADWOOD: inspiración marítima con alma rockera
La colección Uncharted exploró la mitología marítima y el simbolismo de las sirenas, rindiendo tributo a los navegantes que han desafiado los océanos. Con una estética que combinó la rebelión rockera con influencias western, la marca reafirmó su compromiso con el uso de materiales reciclados. Destacó una bomber jacket de cuero blanco pintada a mano y una llamativa cartera en forma de pez, que elevó el nivel de detalle y artesanía de la colección.
COLLINA STRADA: feminismo, reciclaje y diversidad
Con Fempire, Collina Strada celebró el empoderamiento y la inclusión, inspirándose en un “imperio femenino”. La colección incorporó prendas vintage de los años 80 reinventadas con volados, maxi mangas y accesorios llamativos. La diversidad fue protagonista, culminando con el beso entre dos modelos al final del desfile, mientras Dove Cameron y Cole Sprouse observaban desde el front row.
CHRISTIAN COWAN: un homenaje surrealista
La colección de Christian Cowan, inspirada en los años 60, combinó lo retro con una estética futurista y alienígena. Sombras de ojos azules, cuero, malla y metales dominaron la pasarela, con piezas tan sorprendentes como faldas hechas con tacones y vestidos de goma de silicona. El desfile fue acompañado por un remix que mezcló ópera, Toxic de Britney Spears e hiperpop, potenciando su atmósfera surrealista.
MELKE: moda y gastronomía en una fusión inesperada
La diseñadora Emma Gage sorprendió con una colaboración con Hidden Valley Ranch, llevando su estética irreverente a estampados vibrantes inspirados en el icónico aderezo. El desfile incluyó un “menú” como invitación y piezas que mezclaban humor, nostalgia y audacia, destacándose un vestido negro con huevos fritos bordados.
MARC JACOBS: el poder de la imaginación
Con Courage, Marc Jacobs presentó una colección que exploró la relación entre la moda y la imaginación infantil. Volúmenes exagerados y siluetas inspiradas en muñecas dominaron la pasarela en la Biblioteca Pública de Nueva York, donde asistieron figuras como Sofia Coppola, J Balvin y Valentina Ferrer.
MONSE: el glamour del descanso
Los diseñadores Laura Kim y Fernando García apostaron por una colección inspirada en la ropa de descanso y el lujo relajado. En el Soho Grand Hotel, presentaron reinterpretaciones de pijamas en vestidos de seda, camisas plisadas y tejidos Art Nouveau. Un traje rosa pálido con solapas de pañuelo y pantalones relajados destacó en la colección masculina.
ELENA VÉLEZ: mitología y feminidad indomable
La diseñadora transformó su pasarela en un universo náutico mitológico con su colección Leech. Luces que evocaban el agua y sonidos oceánicos acompañaron prendas en seda y cuero con referencias a sirenas y marineros. La fusión entre estética industrial y artesanía consolidó a Vélez como una de las diseñadoras más disruptivas de esta edición.
ALTUZARRA: romanticismo oscuro inspirado en Cumbres Borrascosas
Con referencias a la novela de Emily Brontë, Joseph Altuzarra exploró la intersección entre el amor y la pérdida. Abrigos dramáticos, tejidos de punto y detalles aristocráticos definieron una colección donde los cristales bordados simulaban lágrimas congeladas.
PAMELLA ROLAND: sofisticación con influencias londinenses
Inspirada en la energía vibrante de Londres, Pamella Roland presentó diseños con colores intensos, estructuras dramáticas y detalles metálicos. Entre las piezas más impactantes destacó un vestido de bronce con hombros esculpidos y un abrigo con cristales y motivo de cebra.
ZANKOV: color y emoción en clave artesanal
Zankov apostó por el minimalismo con un giro maximalista, fusionando técnicas avanzadas de tejido con paletas vibrantes. Su trabajo artesanal destacó por la combinación de lana merino y terciopelo, reafirmando su compromiso con la moda sustentable.
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