Para empezar el día con energía y reponer los nutrientes que perdemos tras horas de ayuno es importante tener un buen desayuno, además si ingerimos alimentos saludables podemos tener un mejor rendimiento cerebral. Pero el problema está cuando no tenés hambre por la mañana.
Razones por las que te levantas sin apetito:
-Puede deberse a haber dormido muchas horas, por lo que entramos en un estado de cetosis que nos genera saciedad y por eso despertamos sin hambre.
-Y la otra opción deriva de un estado de ansiedad por todas las actividades que tenemos que realizar que conlleva a no tener ganas de alimentarnos.
¿Esto es algo malo?
La realidad es que no es ni bueno ni malo, pero las calorías que ingerimos en el desayuno nos aportan energía para afrontar el día lo que resulta muy positivo ya que nos ayuda con nuestro rendimiento físico y mental. Además dichas calorías son fáciles de quemar con el transcurso del día.
¿Cómo desayuno si no tengo hambre?
Podés desayunar más tarde y no ni bien te levantas, o sino otra opción sería dividir el desayuno en dos partes desayunando ligero,puede ser una infusión, una fruta o un yogur a primera hora y hacer un desayuno más potente a media mañana donde ya ingeris la rebanada de pan integral con la proteína. Lo primordial es establecer rutinas horarias como forma de autocuidado.
Si cenamos en exceso o tarde, la hormona del apetito, la grelina se alborota. Si no desayunamos el cuerpo produce menos grelina por la mañana, lo que hace que al final del día terminemos con más hambre y este hábito nos puede llevar a engordar más. Por eso hay que desayunar por más mínimo que sea, un refrigerio, un yogur o un puñado de frutos secos, alimentos que contienen proteínas y grasas. Si seguimos desayunando de manera progresiva el apetito va a volver.
ML
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