Sin duda, esta quinta temporada de The Crown es por lejos la más polémica de todas. Al menos desde la perspectiva de la realeza británica, que no ha visto con buenos ojos (más bien todo lo contrario) que los planes de estreno de estos nuevos 10 episodios no se hayan alterado en absoluto con la muerte de su “protagonista”, la Reina Isabel II.
Abocada de lleno a la larga despedida de la legendaria monarca, y la futura coronación del rey Carlos III, la casa real redobló su hermetismo respecto a la popular serie de Netflix. Sin embargo, con el correr de los días del estreno de los nuevos episodios, cierto renovado malestar comenzó a llegar a los medios británicos.
Por un lado, porque no se “cuida” a Carlos III, a quien sigue retratando de manera bastante cruenta y por otro, y en especial, porque una subtrama se mete de lleno con un delicado asunto en la historia real.
En declaraciones citadas por The Sun, el ex secretario de prensa de la Reina Dickie Arbiter se mostró más que insatisfecho porque la serie comenzó a sugerir (más que claramente) que el difunto príncipe Felipe mantenía un affaire amoroso con Lady “Penny”, o mejor dicho, con Penelope Meredith Mary Eastbourne, la condesa de Mountbatten de Birmania.
Interpretada por la talentosa Natascha McElhone (inolvidable como la partenarie de Jim Carrey en The Truman Show), Penny es de origen plebeyo, pero estudió en las mejores escuelas de Londres, donde comenzó a codearse con la aristocracia local. Así conoció a su futuro esposo, Norton Knatchbull, el tercer conde Mountbatten de Birmania y ahijado del duque de Edimburgo.
Y así conoció al propio Felipe, durante un partido de polo en 1975, cuando ella tenía apenas 22 años y él 55. Desde entonces, trabaron una gran amistad que durante años estuvo cargada de rumores. Fue una gran tragedia, la muerte de la hija de Penny, uno de los factores que más unió a ambos, al punto de que desde entonces comenzaron a mostrarse juntos en varios eventos épicos, con y sin la Reina.
Según consignóThe Sun, ver a Felipe (interpretado por otro gigante de la actuación, Jonathan Pryce) hablar infidencias de su matrimonio y “tomado de la mano de otra mujer”, fue un límite demasiado alto para la Corona que, de todas formas, no romperá su rígida regla de no emitir declaraciones oficiales.
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