Clubhouse nació en plena pandemia (abril del año pasado) con un objetivo en mente: captar todo ese caudal de “conversaciones” que se cuelan por las diferentes redes sociales y plataformas (WhatsApp principalmente, pero también Tik Tok, Twitter e Instagram) en formato audio.
Desde el vamos, además, fue concebida con el signo de la exclusividad, ya que por ahora solo está disponible en iOS (solo iPhones) y para entrar hace falta la invitación de un usuario activo (que solo tiene dos invitaciones disponibles).
Según las cifras compartidas por la app, por ahora tiene tan solo dos millones de personas usuarias, pero en breve tienen pensado ampliar esa base y llegar además a Android, el sistema operativo que prácticamente usan todos los celulares que no son iPhone.
Cómo funciona la app
Su mecanismo es más que familiar para cualquier usuario de redes sociales (e incluso para los pioneros fanáticos de los chats, allá por los primeros años 90): la idea es conectar con otras personas, a través de temas e intereses similares.
¿Cómo? Por medio de rooms (habitaciones o salas) temáticas, que en un principio nos aparecerán sugeridas por el tan mentado (sí, una vez más) algoritmo, ponderando nuestra edad, lugar de residencia, búsquedas en Internet, et, etc.
Luego será cuestión de navegar y buscar por decisión propia a través de tópicos como Moda, Cine, Series, Maquillaje, Astrología, Religión, Amor, Deportes o lo que fuera.
Cada habitación tiene una audiencia y un moderador, figura clave para ordenar -y silenciar- al resto de los asistentes. Se puede ser solo oyente o también participar de manera activa, siempre y cuando quien modere te lo permita.
También se puede quedar en contacto (y chatear, con texto) con alguno o varios de los participantes, de manera privada.
Popular entre celebrities
O, mejor dicho, mega celebrities, porque entre los famosos que hicieron pública su fascinación por Clubhouse se encuentran figuras como Oprah Winfrey, Drake, Jared Leto y Ashton Kutcher (una de las figuras que más hizo por Twitter, allá por 2009 y junto a su entonces pareja Demi Moore).
Claro que entre las razones de esas muestras de amor y apoyo hay un poco de todo, snobismo, curiosidad, necesidad de ser trendy y de pertenecer y también intereses económicos vinculados a los principales inversionistas de la industria tecnológica.
Y acá, como ya es habitual, hay mucho dinero de por medio. Según los informes oficiales, el reconocido grupo inversor Andreessen Horowitz (que apostó, y ganó, con Facebook, Airbnb, Groupon, Buzzfeed y muchas otras startups) ya desembolsó 12 millones de dólares para el desarrollo y expansión de Clubhouse.
Según estimaciones de la industria, su valuación ya está en el orden de los mil millones de dólares, el piso necesario para ser considerada un nuevo unicornio.
El último gran empujón que recibió Clubhouse se lo dio nada menos que Elon Musk, que “eligió” (hola de nuevo, intereses de por medio) esta red social para hablar de sus múltiples proyectos espaciales ante una audiencia de 5000 personas (el máximo de asistentes permitido por la app).
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