Ubicada en el corazón del Mediterráneo, Malta fue durante siglos un punto estratégico entre Europa, África y Oriente Medio. Fenicios, romanos, árabes y normandos dejaron su huella en esta isla, aunque fueron los Caballeros de la Orden de San Juan quienes la transformaron en un centro de arte, arquitectura y cultura. Hoy, este archipiélago logra fusionar su pasado histórico con un estilo de vida moderno, ofreciendo a los viajeros una experiencia sofisticada durante todo el año.
Dormir entre murallas y lujo contemporáneo
En el puerto de Senglea, Cugó Gran Macina redefine la idea de hotel boutique de lujo. Este cinco estrellas combina arquitectura del siglo XVI con un diseño interior contemporáneo, obra del prestigioso estudio Daaa Haus, ganador del Premio Alemán de Diseño 2020 por este proyecto.
Con solo 21 suites que van de los 40 a los 130 m², el hotel ofrece techos abovedados, mobiliario de diseño y vistas privilegiadas al puerto. Su terraza, con piscina y panorámica a Vittoriosa y Cospicua, convierte cualquier atardecer en un espectáculo.
En el restaurante The Little Bastion, la experiencia gastronómica es otro punto alto. Desde el desayuno, con opciones como stracciatella, palta y el clásico pan maltés "ftira", hasta la cena de autor a cargo del Chef Johann Costa, donde los productos locales y de estación se lucen en cada plato. Este espacio, además, está listado en la prestigiosa Guía Michelin.
La Valeta: historia viva y terrazas con encanto
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, La Valeta es una joya barroca con sus calles adoquinadas, balcones de colores y edificios históricos. Entre los imperdibles: la Concatedral de San Juan Bautista, donde se encuentra la única obra firmada por Caravaggio, y los Jardines Barrakka, con vistas inolvidables a las Tres Ciudades.
Malta y el cine son un romance histórico: más de 150 películas se filmaron aquí, incluyendo Gladiador, Troya y Game of Thrones. Visitar el Fuerte Ricasoli es entrar directo al set de muchas de estas producciones.
Para una pausa con sabor local, Café Cordina, abierto desde 1837, es un clásico de la Plaza de la República, ideal para probar las pastas de limón y otras delicias maltesas.
Sliema, St. Julian’s y Paceville: el lado más vibrante de Malta
Al norte de La Valeta, estas tres zonas combinan vida nocturna, shopping y gastronomía. En Sliema, el paseo marítimo ofrece vistas panorámicas de la capital, mientras que en St. Julian’s, el restaurante The Avenue es un ícono local desde 1987.
Para experiencias más exclusivas, Noyane, en el piso 33 de Mercury Towers en Paceville, fusiona sabores asiáticos bajo la firma del chef Richard Sandoval, con una terraza impactante y piscina con vista 360°.
Naxxar: elegancia entre palacios y jardines
Palazzo Parisio, una joya barroca de 1733, es el corazón de Naxxar. Restaurado a su esplendor original, combina interiores opulentos con jardines de ensueño, ideales para un almuerzo al aire libre. Entre los platos más recomendados, el risotto de pistacho y champiñones es un must.
Mdina y Rabat: el alma medieval de Malta
En lo alto de una colina, Mdina es una de las ciudades amuralladas mejor conservadas de Europa. Sus callecitas de piedra y edificios históricos enamoran a viajeros de todo el mundo. Para comer con vistas inolvidables, la terraza de Coogi’s ofrece una atmósfera mágica, con luces multicolores, hierbas frescas y campanillas de viento.
A pocos minutos, en Rabat, la parada obligada es Coffee Circus, famoso por su café artesanal de alta calidad, ideal para recargar energías después de recorrer esta zona histórica.
Fotos: Orlando Benavides y Santiago Obando
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